sábado, 1 de junio de 2013

Las lágrimas de Narciso y las de Caravaggio
























Despechada ninfa Eco, ahí le tienes. De nada te ha valido enamorarte de él. De nada te han servido tus salidas a su encuentro. De nada que le envolvieras en tus propuestas cautivadoras. Él, a lo suyo. Él buscando su propio eco, su mero reflejo. Hasta que llega Michelangelo Merisi, alias Caravaggio y, ay, entonces Narciso es y no es. Porque alguien cautivo de sí mismo no es él del todo. Alguien que no se desnuda en su integridad no se sabe. Alguien que no se desprovee de los reflejos ficticios no se conoce. Alguien que solo se contempla imaginando que el tiempo es su posesión invariable no se acepta con sinceridad. Alguien que dormita en su autocomplacencia no avanza en el nuevo placer. Alguien que se obnubila con la propiedad y la posesión se encuentra vacío en su propia morada íntima. Caravaggio rompe el esquema. ¿Será Némesis quien ha guiado la mano del pintor milanés para vengar a la despreciada Eco? Narciso no se ahoga en las aguas, como se ha creído habitualmente solo en base al mito. Caravaggio lo hunde en la fealdad de su edad provecta. ¿No es peor castigo?  


Nota. Coloco este post pronto para liberar la fealdad del tema de la entrada anterior, mientras seguimos el desenlace de los despropósitos con esa mujer (hay muchas en el mismo plan) de El Salvador. 

Ahora disfrútese de la Lachrimae Caravaggio, por la mano y el talento de Jordi Savall y Hespèrion XXI.




12 comentarios:

  1. Me agrada el vídeo pero es demasiado largo para la limitación de mi "pincho". Lo escucharé el mes que viene en la biblioteca de Arriondas, pero por lo poco que he escuchado a trompicones comunica bien mucho dolor, si mucho dolor. Bs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No necesariamente, Emejota, míralo desde otro ángulo. La percepción del dolor es siempre personal y subjetiva aunque toque a la generalidad. La calidad de la composición y de los intérpretes es, además, excepcional. Disfrútala cuando puedas, ventilando recuerdos, pesimismos e inseguridades. Merece la pena. Además Arriondas, Ribadesella, Tito Bustillo, etc. merecen la pena y animan (claro que aquí damos con otro hueso: el golpeo de los bárbaros sobre Asturias, pero yo no quiero Pelayos, eh...) Venga, un beso.

      Eliminar
  2. No está claro, al menos para mí, que: "Caravaggio lo hunde en la fealdad de su edad provecta". No detecto fealdad en la imagen reflejada. Es posible que mi interpretación de ese cuadro pueda parecer un tanto enrevesada, pero es el personaje inmerso en el río (en la vida) el que contempla al reflejado en la orilla (su propio pasado). La vida fluye (está en río) contemplado la estática "imagen" (recuerdo) del pasado.
    Salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero al menos, Loam, deja abierta la puerta a interpretaciones o enfoques diferentes. Tu visión es interesante, probable y aceptable. Yo quería ir por otro lado y sé por qué, aunque parezca más suave y superficial.

      Salud en el día de este curso del río español bastante fétido.

      Eliminar
  3. Su propio eco, su propio ego... Gran reflexión, Fackel!

    ResponderEliminar
  4. Amigo Fackel, agradezco mucho este post, ante la obra de Caravaggio que tanto admiro y la música de Savall ya no hay nada más que decir, es bellísimo y nos refugiamos en el silencio.
    Salud
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, a mí me anodadado. En general todo lo de Savall y su grupo.

      Supongo que conoces esto otro:

      http://www.youtube.com/watch?v=jCq5GiqvMhU

      Eliminar
  5. Mi querido Fackel

    Siempre me fascinó ese reflejo de Narciso en el agua pintado por Caravaggio. Hay buena parte de lo que dices, aunque yo creo que el verdadero drama de Narciso está justamente en enamorarse de sí mismo. Y él acabó por no poder resistirlo.
    La música es hermosa, hermosísima y las palabras de Jordi Savall dedicadas a su propia mujer muerta la vuelven todavía más hermosa.

    Precioso post, Antorcha.

    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dicho de otro modo: el no aguantarse a sí mismo del señor Narciso, y que tampoco otros le aguantaban. Gracias, Freia.

      Eliminar
  6. Pues si que se disfruta la Lachrimae Caravaggio, es como para perderse en ella, me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿A que sí? Hay mucho por ahí que desconocemos. Buena jornada.

      Eliminar