¿Qué se traen entre manos Aspasia y Safo acudiendo donde la pitia? Ninguna de las dos son de las que se entregan al oráculo por las buenas. Ni se conocen lo suficiente para ser arrastradas por una confianza íntima. Por mi parte, no soy dado a difundir chismes. Pero me alegraré si lo que tiene lugar entre ellas es un encuentro de sabidurías. Cuando llegan tiempos de confusión y turbulencias sería deseable arrinconar a las gentes belicosas de nuestra comunidad. Si se lo proponen, estas mujeres pueden aportar claridad y, sobre todo, imaginación, y con ello aliviar los debates enconados y el pesimismo tras el que algunos quieren pescar en aguas revueltas. Creo que no es casualidad que se reúnan allí donde habita la adivina. No es ésta sino el abrigo de la tierra lo que van buscando. ¿Persiguen una llamada recóndita que les permita ver lo que otros no ven? Ahora entiendo aquellos versos evocadores de mi amiga:
...quien se despega de la tierra honda
es como si abandona el amor que le marcó;
pasará todo el resto de su vida errante
retornando y rastreando
retornando y rastreando
aunque pise otros paisajes o acaricie nuevos cuerpos
No pongo en duda que estas mujeres se valen por sí mismas para hablar de tú con la tierra, que es tanto como dialogar con el pasado, y conocer sobre la marcha el alma contradictoria de los hombres.
(Fotografía de Ferdinando Scianna)