martes, 13 de enero de 2015

Post scriptum: el seto















El camino de setos que conduce a los viñedos de Xaronte es traidor. Los arbustos silvestres son altos y ocultan a un lado y a otro a los paseantes. Me ha dado la impresión de que dos jóvenes se arrullaban con cierto ingenio amoroso. No he reconocido sus voces pero llegaban a mis oídos cargadas de cierta pasión poética. Un tono maduro y varonil se empleó entonces con contundencia: 

No me conformo con rozar las yemas de tus dedos.
No me basta contemplar tus negros cabellos hirientes. 
No es suficiente que te descubras para que mis ojos te gocen.
Lo que quiero es perpetrar una audaz invasión de tu cuerpo.

Te aseguro, Safo, que si el otro no hubiera emitido entonces un agudo suspiro yo habría pensado que no había allí dos mochuelos, sino que algún vate solitario ensayaba para el teatro. 





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