lunes, 6 de mayo de 2024
Del banquete en casa de Lárico de Siracusa
viernes, 3 de mayo de 2024
La noche en que se me apareció la evanescente
La otra noche se me apareció la evanescente. No estoy seguro si fue en la fase REM o en duermevela. Por fin te has acordado de mí, me dijo. Y como advirtiera mi perplejidad: pensé que podrías haberte muerto. No reaccioné de momento. ¿Te quedas callado? Balbuceé pesadamente. No sé, hay veces, que pueden ser años o siempre, en que uno muere para algo. Para una actividad o una relación o para esto mismo de las escrituras al vuelo. La evanescente me miró molesta. Lo entiendo, pero esta vez te habías olvidado de mí completamente. Y no han sido dos días, han sido...Calla, la corté. Estoy dispuesto a subsanarlo. Oh, no, el tiempo abandonado no se subsana jamás, no te justifiques, y usó un tono indignado, pero se mantuvo expectante. ¿Cómo es que ahora de pronto me has buscado nuevamente? Tal vez ya no soy la misma y probablemente tú tampoco. Se mostró dura. Frotándome las legañas acerté a hilar una explicación lógica. Eso es lo interesante, no ser los mismos ninguno de los dos y pretender tratarnos de nuevo. Como si no se hubieran producido interrupciones. Las distancias temporales suelen resultar más aportadoras que las espaciales. Ambos arriesgamos en nuevos encuentros, teniendo en cuenta que el principal riesgo está en que nos rechacemos fácilmente, a la primera de cambio. La observé muda. ¿Ahora callas tú? Reventó, pero con tono moderado. No es necesario que me des explicaciones. Del mismo modo que tampoco espero las mismas efusiones que en otras épocas, amigo mío. Y para celebrar el reencuentro, dime, ¿de dónde has sacado ese personaje con un rostro tan desagradable, por no decir repugnante? Espero que no dure mucho, porque me irrita. Veré qué puedo hacer, le prometí esquivo. Ya te lo contaré algún día, de momento veo en esa cara una fisionomía gestual que resulta interesante. ¿No será más bien una fisiognomía a través de la que pretenedes aproximarte a un carácter o a una personalidad?, dijo con agudeza. Puede ser, y es que sucede que los tiempos gestuales son en ocasiones más expresivos que los verbales. Los latinos sabían mucho de ello.
https://tulaevanescente.blogspot.com/
(Un enlace por si alguien quiere saber más de ella, la evanescente)
martes, 30 de abril de 2024
El desprovisto
El desprovisto. (Il derelitto. Brevissimo racconto di Pier Nicola di Bacucco)
"Vistieron a un santo tras dejar al otro en pelota picada. Y el viejo quedóse en los huesos, exhibiendo a mayores el costillar vano. Pero mantuvo la dignidad de un rostro severo e hizo gala de un tan poblado como noble mentón barbudo. Si algo no soltó, en el vaciamiento al que le sometieron, fueron los grilletes que había mantenido en su cautiverio. Largo había sido este y perdida tenía la esperanza de recuperar un estado anterior ya olvidado. Te desproveemos de casi todos los atributos, le dijeron. Pero te permitimos que te quedes con los hierros que tan dócilmente has llevado todo estos años. Total, esposas sobran en este reino carcelario y muchas de ellas terminan oxidadas a causa de los sudores y llagas que a sus portadores les producen. El santón miró complacido a sus liberadores, no tanto por la bondad de permitirle salir a una vida incierta como por el obsequio a través del cual él había cavilado que iba a predicar a los gentiles.
El hombre, precario, se debate siempre entre la esclavitud y la libertad condicional, empezó por pregonar ante sus carceleros a medida que estos le abrían el portón. Se suele decir del agónico que se debate entre la vida y la muerte, pero esta expresión se debe a una mirada superficial. Si un individuo ha llegado a un extremo de no recuperación es porque la vida ya la ha jugado y solo le queda apagarse. Sin embargo los hombres vivimos creyendo que somos lo que no somos ni tenemos. Y tan lamentable es la situación de aquellos que se acomodan en la servidumbre como la conducta de quienes ven en el margen de libertad de que disponen, engañosa y limitada, la realización total de su espíritu.
No queremos aquí locos, le dijeron los esbirros. ¿Por qué crees que te soltamos? Y el hombre se puso a andar, sujetándose a los muros de aquella ciudad podrida por los vicios. Atravesó las calles donde abundaban las meretrices ofreciendo sus carnes y los efebos sorteando sus modales y guiños. Liberado de prejuicios tras tantos años privado de una vida exterior no sentía complejos por pasear su enjuta desnudez. Sin embargo ante todos aquellos seres ofreciendo la mercadería de sus cuerpos temió ser sometido a escarnio. Pero a su paso todos los personajes callaban. Algunos se santiguaron. Otros se cubrieron sus partes mollares. Alguien dijo: es un santo varón que ha sobrevivido a las penurias. Hubo quien, perturbado por su vida libertina, de la que sabía que le abocaba a la destrucción, osó dirigirle una súplica. Ruega por nuestra salvación, ya que nuestros cuerpos están perdidos, imploró. Todos observaron su paso con profundo respeto, como si se tratase de una procesión sacra.
Acertó a llegar al trote un condotiero de buen porte. ¿No tienes nada con qué cubrir tu pestífera escualidez?, espetó al pobre hombre. Este alzó la mano mostrando los grilletes y respondió: señor, con mi flacidez me visto, con mis grillos me basto. Tu ingeniosa respuesta es profunda pero los ciudadanos no verán con buenos ojos esa facha. El santón liberado se atrevió a replicar al militar. No sé lo que es ser ciudadano. He permanecido largo tiempo en el inframundo. Se me ha negado todo menos la respiración. No sabría comportarme entre las gentes bienpensantes y tampoco quiero ser un vagabundo mal visto y peor temido. Solo quiero predicar. ¿Predicar?, dijo sorprendido el jinete. No eres clérigo, los tonsurados se te echarían encima por competir con ellos. Puedo hablar del bien y del mal, de la posesión y de la carencia, del dominio y de la opresión, del disfrute y del dolor, insistió el hombre. ¿Acaso eres filósofo o académico?, volvió a cuestionarle el condotiero. Pero él, doblando la cerviz, apostilló: señor, fuera del mundo también se llega a saber mucho de lo más oscuro del mundo.
El caballero tiró de las bridas del animal, azuzó la cabalgadura y retomando el trote dijo al viejo: no tienes cura. ¿Acaso desconoces que las gentes ya no escuchan a predicadores de tu laya?"
(Traducción libérrima de Max Maxius)
*Fotografía tomada en la exposición "Almacén. El lugar de los invisibles", del Museo Nacional de Escultura de Valladolid en 2019.
lunes, 29 de abril de 2024
Hay días mejores que peores, sin duda
Así me he encontrado hoy a medida que avanzaba la mañana.
(La imagen está tomada del libro Los mejores días, cuyos autores son Heinz Janisch y Helga Bansch, editado por Edelvives)
sábado, 27 de abril de 2024
Mala gente que camina y va apestando la tierra...
Mientras uno sigue transitando su propio tiempo y el espacio que le prestan y que quieren negarle los que se creen dueños de la finca española, no acaba de sorprenderse. ¿De lo vivido o de lo soñado? Más bien de la ruindad tan extendida, de la miseria moral, de la insidia constante, de la infamia como argumento, de la canalla tan rastrera, de la pillería al asalto, de la falacia más burda, del acoso y derribo de los valores éticos, del hundimiento tal vez de la conquista democrática... Así que uno se refugia en la nobleza y claridad del verdadero poeta. Y al encontrar aquellos versos de Machado "...mala gente que camina / y va apestando la tierra" se le aparecen los rostros chulescos de los conspiradores, contiene su repugnancia, respira hondo y piensa para sí: lo que te queda por ver y por aguantar, acaso por padecer.
HE ANDADO MUCHOS CAMINOS
Antonio Machado
He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.
Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio
preguntan a donde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.
Y no conocen la prisa
ni aún en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
viernes, 26 de abril de 2024
Nunca tuvieron espalda, nunca dispusieron de cuerpo
Todos están desnudos por dentro. Los dioses, los santos, los papas, las vírgenes, los mártires, los mandatarios, los condotieros, los mecenas, los tribunos, los dictadores, los CEO y la pléyade de personajes exaltados en ámbitos sacros o laicos, todos están desnudos por dentro y no solo por detrás. La desnudez interior es la peor desnudez. Es el vacío. Aparentes en sus imágenes de frente, a través de sus gestos hieráticos solo disponen del espacio robado al aire. Perímetros y contornos revestidos de atributos, símbolos, vestimentas. Fachadas. Acompañados de medios de comunicación fieles. Aquellas imágenes de peana y retablo que el Barroco ha perpetuado desde la conspiración retrógrada de Trento resultaron ser figuras de trampa y cartón, o mejor dicho, de trampa y madera de pino. Salvo las efigies de los museos, que probablemente hayan sido tratadas, la mayoría han sido pasto de termitas. Acaso la materia de que estaban hechas propiciaba la acción de los isópteros. ¿Llevarían de origen el embrión del vacío y de la carcoma de sus ideas? Figuras a medio hacer. Figuras que nunca fueron sino el rostro de las falsedades, disimulando u ocultando los vicios éticos llamados vanidad, soberbia, dominio, riqueza, manipulación...Portes colocados y dirigidos para imponer una visión ficticia de la vida. Estatuas huecas, demediadas, frágiles en el fondo, reconvertidas y sustituidas hoy día por nuevas expresiones técnicas. Las nuevas ideologías y conductas, remedo de las antiguas, también están rendidas a modalidades de cultos actualizados o con apariencia nueva pero que en realidad siguen respondiendo a las ceremonias y objetivos de toda la vida. Efigies de tribuna o de consejo de administración con sus días precarios que consideran de gloria. ¿Tuvieron y tienen alguna vez cuerpo aunque fueran producto del tiempo?
*Fotografía tomada en la exposición "Almacén. El lugar de los invisibles", del Museo Nacional de Escultura de Valladolid en 2019.
miércoles, 24 de abril de 2024
Aquel que lancea al dragón me dio la espalda
Me importa un pito que el personaje que lancea al dragón me haya vuelto la espalda. Lo bueno de que alguien te vuelva la espalda, sea animal fantástico o figura de leyenda, es precisamente que les ves por atrás. Y por atrás su entidad se desvanece. Nadie adoraría, en el transcurso de los siglos de culto a los ídolos, a unas imágenes huecas, aplanadas, sin terminar. El envés de las cosas o de los individuos, aun existiendo, no gusta. El otro lado de la vida espanta. Nadie me ha regalado en la fecha típica, que ha prendido solo y de modo parcial en el resto del país, un libro y tampoco una rosa, ni siquiera de papel, y no por ello me he sentido menos objeto de solicitud. Lo cual no quiere decir que me hayan solicitado. Además, nunca me falta el perejil en casa, y me viene el recuerdo de aquel piropo de la madre en mi infancia: perejil de todas las salsas que, en ocasiones, también lo fui de algunas grasas. Tal vez, a determinadas alturas de la edad, uno debe acostumbrarse a ver los acontecimientos, y no digo ya las situaciones, las personas o los objetos, por el lado de su espalda. Porque en todo hay un lado trasero. Probablemente en esa visión posterior haya más autenticidad y significativas claves para comprender cuanto compone la vida y nuestros comportamientos. De una mirada de frente ya sabes lo que te esperas: el héroe -o quienes se creen que lo son- amaga con rejonear al ser fabuloso. Pero el ser fabuloso -todo lo que nos sale al encuentro en cualquiera de sus formas- se resiste, se retuerce, se envuelve bajo los cascos equinos y la furia que pretenden acabar con él. Y esa especie de saurio con procedencia en el tan lejano como metafórico árbol del bien y del mal sabe que desgasta a su perseguidor. Pobre héroe inconcluso cuyo desgaste advierte la fiera maligna. Pobres de nosotros cuando mantenemos nuestra credulidad con quienes nos ofrecen su rostro con mirada de ingenuidad, de condescendencia e incluso de aparente bondad. Y que hacen gala de palabras que fingen entendimiento y acuerdo con las nuestras. Habrá que observarles por la espalda, que es realmente el espacio que desmiente la apariencia, muestra las debilidades y denota las insuficiencias. Alguno dirá: más que la espalda hay que mirar en la trastienda. Bueno, acaso a eso me refería. Mas no siempre llego a ese extremo de curiosidad. Uno va aprendiendo a ver venir al otro.
*Fotografía de un San Jorge y el dragón, tomada en la exposición "Almacén. El lugar de los invisibles’ del Museo Nacional de Escultura de Valladolid en 2019.
lunes, 22 de abril de 2024
El niño que no perdió ni el lápiz ni la goma de borrar después de muerto (Cuento como la vida misma)
Érase una vez un niño que tuvo la mala fortuna de haber crecido en un período duro de la historia de su país. Pero él no lo sabía, aunque vivía en un ambiente de carencias y, por lo tanto, peleón.
Era un entusiasta del dibujo y no se le daban nada mal las cuentas. Así que tenía por costumbre llevar siempre en el bolsillo un cuaderno, un lápiz y una goma de borrar. No lo hacía solo por la escuela, a la que asistía gracias a que el maestro de la aldea donde vivía había convencido a los padres. Llevaba sus útiles también para entretenerse.
Y eso que no era ningún muermo. Jugaba con otros niños, se tiraba largos ratos recorriendo los barrancos de la zona y hasta en ocasiones se ofrecía de jornalero. Pero la tentación de los números y de las palabras era muy fuerte para resistirse.
Cuando algún vecino le pedía que le escribiese una carta a un familiar que vivía en el Norte, porque no sabía, el chico cogía el lápiz y transcribía lo que le decía el vecino. Y si un muchacho a punto de incorporarse a filas acudía a él para que le pusiera unas letras de despedida a la novia, el chaval se esmeraba y redactaba de su propia cosecha frases lindas sobre los sentimientos que le comunicaba el otro.
Ni que decir tiene que en su modesto hogar solía llevar registro de las menudas cuentas que ingresaba su padre y lo que debía su madre en el colmado.
Pero él se sentía feliz y libre cuando a la orilla del arroyo se ponía a dibujar una rana o los juncales esbeltos. Un ejercicio que a veces acompañaba de frases al estilo de las poesías tan impactantes que el maestro les hacía leer a los alumnos. Era frecuente que pensara: pero la vida que llevamos no es de poesía bonita. Y se le ocurrió que también podía escribir sobre la escasez y acerca del trato que los capataces daban a los jornaleros, algo que vivía él mismo, nada poéticamente, cada día.
Un día le mostró al maestro los dibujos y las poesías que escribía. Al maestro, hombre de vida y vestir casi tan precarios como los de aquellas gentes, se le iluminó la mirada. Atención, dijo a la clase. Vuestro compañero va a leer una de sus poesías. El chico, un tanto acobardado, no tuvo opción. Leyó un escrito con indecisión y voz quebrada. Pero al observar el interés que había concitado entre sus condiscípulos se envalentonó y leyó otra de sus poesías ante el asombro del profesor. Era evidente que el joven poeta necesitaba testigos a los que llegase el mensaje de sus poemas.
Los niños comentaron en sus casas lo que consideraban un acontecimiento. Desde las casas el afán de aquel muchacho llegó a oídos de los personajes que mandaban en el pueblo e incluso en los pueblos de los alrededores. Alguno de esos personajes dijo compasivo: es bonito que un niño salga espabilado, aunque dice unas cosas que son de mayores. Otro dijo: qué va a ser bonito si tiene palabras de resentido, y es solo un crío. Otro: un chaval con esa mentalidad a sus años es peligroso. El médico, el cura, el secretario y el alcalde siguieron jugando a las cartas en medio de la humareda de los cigarros y del hedor de bocas aguardentosas.
Luego llegó el tórrido mes de julio. Las mieses de los propietarios lucían espléndidas. Los olivares se hallaban sobradamente florecidos. Los vecinos comentaban noticias cargadas de inquietud. Se vio incluso que algunos de ellos se agrupaban alarmados, sin saber el chico muy bien por y para qué.
Aquella madrugada al niño lo despertaron con brusquedad.
*Dedicado al chico anónimo de entre 11 y 14 años cuyos restos se han encontrado en una fosa de fusilados de Víznar, Granada, en 1936. Su cráneo presenta dos orificios de bala, lo cual indica que los miserables pistoleros que habían asesinado a los demás hombres hallados en la fosa perpetraron con él también el crimen.
https://www.lavozdelsur.es/actualidad/sociedad/lapiz-goma-dos-disparos-en-cabeza-encuentran-restos-nino-fusilado-en-36_313449_102.html
* Pintura de Otto Dix.
sábado, 20 de abril de 2024
Somos fragmentos aunque creamos que somos un todo
La historia de las vidas humanas es la historia de las fragmentaciones. Somos fragmentos desde el nacimiento y vamos formando un todo de fragmentos a lo largo de la existencia. La misma constitución física, el comportamiento corporal en cada fase de nuestro tiempo vital, nuestras ideas y pensamientos variopintos, los proyectos que llevamos a cabo y las realizaciones obtenidas son una muestra sucesiva de fragmentos que vamos engarzando. Empalmar unos viejos con unos nuevos implica desechar otros para siempre. Con la vejez los trozos que hemos sido y que han tenido un nombre y unos apellidos van deteriorándose en porciones cada vez más pequeñas. Y no digamos nada si antes del proceso natural de desgaste definitivo no ha habido un sismo que nos haya quebrado de pronto o en breve tiempo. Tal vez los arqueólogos del futuro de nuestro (re)descubrimiento cuando ya no existamos sean nuestros hijos o nietos. O si no hay sucesores gente que se aproxima a saber de lo que fuimos a través de alguna pista. Pero, ¿cuál será la técnica que unifique nuestros fragmentos ya disueltos? Acaso el recuerdo y la buena voluntad y acaso la mejor intención. Pero casi siempre la ficción. Fiel compañera esta en nuestras existencias y me temo que aún más cuando hayamos muerto.
*Pintura etrusca de la necrópolis de Cerveteri representando el combate mortal entre Aquiles y Pentesilea.
miércoles, 17 de abril de 2024
Francisco de Goya y Ghayath Almadhoun ante el horror de las matanzas
Hay un grabado de la serie Desastres de la guerra que Goya titula Para eso habéis nacido. En él se representa una escena de matanza humana. Un amontonamiento de cadáveres abigarrado que parece emitir el vaho pestilente de la muerte o la sombra envolvente del espanto. Un sobreviviente reacciona vomitando ante los cadáveres, sin duda una instintiva y natural reacción por el horror que le produce aquello. Para eso habéis nacido es una coletilla amargamente irónica con que Goya remata la imagen. No hubiera hecho falta. El verdadero lenguaje está implícito y la clave es ese vómito. La auténtica denuncia. Al Goya genial, clarividente, testigo, acusador y de atormentada personalidad, no se le puede objetar ni enmendar nada.
Me ha venido a la mente ese grabado cuando he relacionado dos textos. Por un lado las interpretaciones que se exponen en el ensayo Goya y el abismo del alma, del profesor húngaro László F. Földényi. Por otro, dos textos del poeta sirio palestino Ghayath Almadhoun, en su web Poetryng the World!. Dejo aquí dos textos suyos, Nosotros y Masacre. En ellos late el vómito de Goya y el de Ghayath Almadhoun.
lunes, 15 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Sibilinas)
jueves, 11 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Aprensiones)
Miedo, miedo a perder
martes, 9 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Ancestrales eclipses)
domingo, 7 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Relecturas)
viernes, 5 de abril de 2024
En nombre del sufrimiento judío del pasado
Israelíes: acordaos de la soah, si es que aún os queda una pizca de compasión. ¿No sirve de nada la memoria del pasado? ¿No es norma ética la experiencia del sufrimiento que vuestros mayores padecieron bajo el holocausto nazi? Lo padecido, ¿solo os ha enseñado a ser verdugos y a reproducir la opresión, el apropiamiento y la muerte sobre los vecinos de Gaza? ¿Creéis resolver el problema expulsando a vuestros hermanos palestinos de los territorios y ocupándolos a sangre y fuego? Decís combatir el terrorismo pero engendráis terrorismo a dos bandas: con vuestra actitud directa y violenta y germinando el odio en los otros, cuyos hijos no os lo perdonarán en el futuro. ¿Pensáis que vais a poder vivir en paz de ahora en adelante, si es que alguna vez lo habéis hecho, solo porque el respaldo de los Estados Unidos os permite vuestra acción terrible de estos días? En nombre de la dignidad, de la legalidad, de la inteligencia y de una moral merecedora de tal nombre aristotélico, acordaos de los siglos en que fuisteis perseguidos. Contasteis siempre con la simpatía y solidaridad de muchos de nosotros que, incluso en un país como España que, en el pasado, aun siendo tan de aquí como los cristianos, fuisteis expulsados por un reinado católico, seguimos valorando y recordando a nuestros hermanos sefarditas del exilio forzado. Pero habéis traspasado todas las líneas rojas de la convivencia, del justo humanitarismo y, simplemente, de la generosidad y la tolerancia con los otros. Impidiendo la paz, la vida digna y el reconocimiento de los derechos humanos. Ahora mismo vuestro crédito está por los suelos.
*Foto tomada del Memorial Yad Vashem sobre el holocausto nazi, sito en Jerusalén.
miércoles, 3 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Iluminación)
¿De dónde la luz?
lunes, 1 de abril de 2024
Ejercicios de instinto (Sujeciones)
sábado, 30 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Tiempo es materia. Materia es tiempo. Y Richard Serra)
miércoles, 27 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Helénicas)
lunes, 25 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Ebriedades)
sábado, 23 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Desasosiegos)
jueves, 21 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Deslizamientos)
miércoles, 20 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Cornejas de Sarajevo)
martes, 19 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Consejos de los muertos)
Los muertos, con sus voces serenas,
lunes, 18 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Descripciones)
domingo, 17 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Arcillas)
sábado, 16 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Ménade)
Cuando pronunciar su nombre
viernes, 15 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Erosiones)
jueves, 14 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Libación)
martes, 12 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Repeticiones)
lunes, 11 de marzo de 2024
Veinte años después del 11M : el color negro, Malevich y Michel Pastoureau
Al recordar un año más el alevoso y cruel crimen terrorista del 11M en el año 2004, cometido por mano islamista radical, pienso en un color: el negro. Y lo relaciono enseguida con el cuadrado de Malevich y con Michel Pastoureau. Aunque el negro es un color que a quien más o quien menos de los españoles de lejanos tiempos nos persigue: lo identificamos con la siniestra oscuridad de la época o con las casullas de los curas en los funerales, es decir, con algo relacionado con la muerte. Tal vez por ello el negro también lo asocio con el comportamiento falaz y oprobioso de un gobierno que mintió descaradamente a la sociedad española en el momento del suceso fatídico y, con apoyo de medios de prensa acólitos, siguió propagando dudas. Porque el engaño, la manipulación y la negación de la realidad son siempre negros.
El historiador francés Michel Pastoureau en su Diccionario de los colores, dice del color negro:
"He aquí cómo podría presentarse un cuadro sinóptico de las distintas funciones y significados del color negro en la cultura occidental:
1. Color de la muerte.
2. Color de la culpa, del pecado, de la deshonestidad.
3. Color de la tristeza, de la soledad, de la melancolía.
4. Color de la austeridad, de la renuncia, de la religión.
5. Color de la elegancia y la modernidad.
6. Color de la autoridad."
Estos son los enunciados que hace Pastoureau, luego los desarrolla. Por ejemplo, en el color de la muerte cita: infierno, diablo, tinieblas, luto, rituales funerarios, etc. En el color de la tristeza y la melancolía señala: pensamientos negros, tétricos, ideas negras, color de la vejez, del miedo. Etcétera.
En aquel lamentable y horroroso episodio del 11 M, ¿cuántas de estas categorías afectan al suceso y al posterior comportamiento que negacionistas, conspiranoicos y políticos de derechas se han empeñado en mantener en su negra oscuridad?
Pero las víctimas están ahí: 192 muertos, 2.000 heridos. Gente común e inocente que iba a trabajar, a la que no se puede olvidar. Solo los portadores de la miseria moral olvidaron a las víctimas desde el día siguiente.
* Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Kazimir Malevich.