sábado, 14 de diciembre de 2024

Ecos lejanos, 29

 


Prost!, y Judith hace chocar su jarra contra la mía. Había oído hablar tanto a Else de este hombre que tengo enfrente ahora, dice. Es muy parecida a ti, ¿verdad? Tan directa me pilla desprevenido. No he tenido suficiente tiempo para conocerla, Judith. Esta balbucea buscando las palabras justas. Lo digo porque ella gusta de ciertas tertulias interclasistas en el Josty, no se siente allí extraña, más bien reconocida, aunque ya sé que tú eres un solitario. Y los solitarios sois tan peligrosos. Nos observáis a todos los demás, pero con un disimulo que da la impresión de que jugáis con ventaja. A mí por ejemplo se me ve venir. Pero un solitario, aparentemente encerrado en su mundo de lecturas y pensamientos reposados, nunca sabes por dónde va a salir. Tal vez no soy tan solitario como pretendes verme, Judith. En pocos días he salido de aquel café, he conocido a Helmut, me habéis traído a vuestra taberna de conspiraciones y por si fuera poco aquí me encuentro ahora entre la cerveza y una mujer que no me da tregua. Y no me digas que te has citado conmigo para seguir rebatiéndome los artículos. Judith me mira con un brillo que si no tuviera una pizca pícara diría que es agresivo. No me dedico siempre a rebatir lo escrito, pero sí a agitar un poco a los indecisos. Esta pulla no me hace saltar. Le replico. ¿No has pensado que acaso los indecisos tienen razones fundamentadas para serlo? Hay mucho de emocional en decidir o en contenerse y ya veo que tú no te piensas dos veces la acción. Además cometerás errores, supongo. ¿Aprendes de ellos? Su carcajada abre otras puertas. Si te contara mi vida, y mira que aún soy muy joven, te sorprenderías de los pocos aciertos que he tenido. Cada error ha sido un estímulo para retomar una situación, que a su vez antes o después me ha llevado a otro desacierto. No puedo evitarlo y no es que me falte capacidad de razonamiento, es que mi impulso se impone. Pensarás que es defecto de mis años y que soy una alocada, pero te aseguro que no más que los que estos días han tomado las calles hartos de no ver un futuro seguro. ¿Quieres decir que tu radicalismo no es fruto propio sino de la convulsión que vivimos?, le pregunto por templar el diálogo. La convulsión y yo somos una excelente pareja, nos llevamos con armonía, aunque ambas podríamos volver a equivocarnos, responde con una mueca que la muestra vulnerable. Tal vez la armonía del caos, se me escapa. Quién no es hijo del caos, señor intelectual. ¿No tienes miedo?, digo. ¿No lo tienes tú?, dice.



*Ilustración de Inés González.

26 comentarios:

  1. Fáckel:
    soledad e indecisión, ¡menuda combinación! ¿Una lleva a la otra?
    Salu2.

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  2. Todos somos hijos del caos, solos o acompañados, en cierto modo la soledad es el producto de una indecisión más que de una decisión.
    Saludos

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    1. Los acompañamientos suelen disfrazar u ocultar muchas soledades, sean estas caóticas o de apariencia ordenada.

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  3. Siempre acabo en el mismo punto: Una cosa es la soledad, otro el estar solo y otra, el abandono.

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    1. Con sus variantes. Por cierto siempre que se habla de la soledad, o de Dios, me viene una frase de Sartre: "Dios es la soledad de los hombres". Realmente es así, aunque la narración mítico teológica cuente que es acogimiento y protección. La mente humana puede inventarse esta clase de protección pero precisamente por eso, por la soledad que los individuos por el mero hecho de existir y tener conciencia desde tiempos ha han percibido dentro de sí, aunque traten de acallarla.

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  4. Los solitarios tienen que decidir menos. Los dilemas de la vida son inevitables, pero los que trae la compañía, menos.
    El proceso mental, que es propio e indivisible de cada uno, nos lleva a tomar siempre las mismas decisiones, por eso tropezamos dos veces. Creo que los simples tropiezan menos dos veces, que nosotros.
    Pd.Ya vi la peli. Una versión coloreada con sonido thx. Las piezas de ajedrez también eran de distintos colores, no sé cómo se aclaraban.😝
    La recordaba más simbólica y no recordaba en absoluto la santa compaña estilo nórdico del final; no sé qué entendí en su día porque es lo que da la respuesta al caballero.
    Abrazooo

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    1. He conocido solitarios de apariencia estable y con capacidad de decisión aparente, pero que interiormente bullían, de ahí que tardaran tanto en conectar con la gente cada vez que tenían que hacerlo.

      Mira que cer la película coloreada, cuando la belleza del blanco y negro y más en este filme es parte del lenguaje...

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    2. Jajaa. Lo de la peli coloreada era coña. No creo que a nadie se le ocurriera colorear esta, ni el más sacrílego
      Abrszoo

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    3. Huy, cosas peores se han visto.

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  5. Somos resultado de lo vivido, y de lo sentimos.

    Un abrazo

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    1. Y en tantas situaciones cotidianas causa y efecto, aunque sea en la pequeña parcela que hay en nosotyros.

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  6. Indecisión, esto me define, o quizás no tanto...
    Al caos no le veo armonía... o sí, pudiera ser, aunque no sé...
    Miedo, sí, mejor no tenerlo muy presente, el miedo come.

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    1. ¿Y qué me dices de los que aun siendo en ocasiones lanzados son frenados no por los prudentes sino por los indecisos?

      El caos tiene aquello de la armonía de las esferas. Supongo que las esferas planetarias que gozan de la lógica (término humano) del caos. El caos es devenir. Lo nuestro -la existencia humana en un planeta llamado Tierra por nosotros mismos- somos una gota en la inmensidad de ese caos. Por lo fortuito en el juego larguísimo esto acabó siendo aquí lo que es. Creo que aquel caos planetario cuyo hacerse no es aún explicable dejó en los humanos la misma huella. Si no, ¿cómo explicarnos este acontecer de conflicto, choque, hundimiento que a su vez genera otros renaceeres, pero al precio de las vidas?

      Miedo no se elige. Está. Dicen los que investigan todo lo de la psiqué que el miedo es necesario. Al menos es existente y nos acompaña. En nuestra capacidad y esfuerzo está que lo demeñemos y no nos esclavice. Pero es tan fácil decirlo...

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  7. Todos temos momentos solitários, de hesitação, de medo...E cada um enfrenta esses momentos de forma diferente...não há regras....
    Beijos e abraços
    Marta

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  8. Es muy interesante este intercambio entre intelectual y revolucionaria. Caos y cuestionamientos, elementos sustanciales para un sustancioso caldo de cultivo de una revolución. Al menos para que surja. Después en su producto final. No hay garantía. Un abrazo

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    1. Las revoluciones, como todo, son inciertas, constituyen procesos donde se equivoca fácilmente el deseo con la realidad. Donde mucha gente pone un empeño para lograr algo superior que si no lo obtioene genera frustración cuando reacción en contra.

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  9. La soledad no tiene nada de malo de por sí, somos nosotros lo que decidimos darle ese matiz o no, aunque muchos no acaben entendiéndolo.

    Saludos,
    J.

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    1. Totalmente de acuerdo. También puede ser un término impreciso y ambiguo y si no se matiza no se sabe de qué se habla. Saludo, José.

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  10. Uhmmm, el protagonista y Judith se citaron a solas... Interesante.

    En cuanto a la indecisión, soy gallega. Creo que no tengo que decir nada más...

    Creo reconocer la intensidad de Judith. También el vivir reaccionando a un error lo que, probablemente, lleve a otro. Pero los errores son los que más nos enseñan.

    Tengo la sensación que esas preguntas finales sobre el miedo no hacen referencia a la convulsión externa en la que viven.

    Besos

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    1. Cuando los gallegos responden a una pregunta con otra pregunta ¿es porque son indecisos? ¿para ganar tiempo? ¿por inercia? ¿por llevar la contraria? Siempre me intrigó y mira que he conocido a muchos gallegos.

      Lo malo de los errores, ¿verdad?, es que puede que no permitan corrección. El error, por supuesto, lleva siempre implícito el riesgo, mais c'est la vie.

      Esas preguntas finales pueden tener que ver con la convulsión pero a la vez con otros factores, no ajenos del todo a la convulsión. En los procesos de alto riesgo hay una situación de crisis personal considerable. Salud.

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  11. Vivir es decidir, desechar una opción para abrazar la contraria y pensar que es la correcta. Algunas personas se paralizan en ese salto de fe de una opción a la otra, otras embisten contra el mundo hasta imponer su voluntad... Tu relato es el choque de esos dos mundos ;)

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    1. Estoy de acuerdo, y a veces ¿o casi siempre? es un salto ciego, sobre el vacío, sin la certeza de lo que habrá al otro lado. Lo humano provechoso es sacar conclusiones, reconocer errores, intentar no repetir los fracasos, tener claro lo que hubo de oscuro y cerril en el pasado. Pero hoy día hay gentes que se obstinan en volver a la oscuridad y obligarnos a los demás si pueden. ¿Por ideas? No, por aprovechamiento, dominio y negocio. Lo vamos viendo. Y hasta los más miserables andan apuntándose.

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  12. Ciertamente este es un perfecto buen ejemplo, de una conversación de dos personas ya maduras emocionalmente, en una parte tranquila del reservado de un bar. Es la vida misma llevada a un excelente relato.

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    1. La vida misma está repleta de experiencias, de las que los encuentros en un bar son solo puntas de icebergs.

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