Me cansa este país de tonterías, que implica la existencia de tontos que las practican cada día.
Leo que cierto líder partidista encumbrado y harto soberbio se entrevista con un no menos encumbrado y votado presidente del país y le entrega un ejemplar de "Juan de Mairena", de Antonio Machado. Es de suponer que el mandatario que recibe el obsequio conozca, siquiera por su edad y por cierta cultura, la obra de Machado, si bien ignoramos si la ha prestado atención, pues no hemos visto hasta la fecha que dé grandes muestras de haber sido receptivo con la filosofía y recomendaciones que Juan de Mairena, es decir, Machado, tiene a bien efectuar.
Pero, por otra parte, el obsequioso donante del libro debería empaparse a su vez de la mentalidad Mairena, aunque tengo mis dudas por lo obnubilado y sobrado que está en la persecución a cualquier precio táctico y estratégico de sus fines. Se me ocurre seleccionar un párrafo del libro para que el politólogo veleta reflexione. Dice Juan de Mairena: "Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." ¿Lo captará el emergente?
En fin, que esta bobada de los libros intercambiados entre políticos emisores y políticos receptores lleva camino de no ser más que una mera parafernalia hueca cara a los medios de comunicación y a las apariencias que atrapan a los incautos. Menos tonterías y más inteligencia verdadera a lo Juan de Mairena necesita este país. Aunque no coseche a la corta los frutos que pretenden los políticos al uso.
Ah, ya caigo. Yo también soy un grandísimo tonto. Acaso pido lo que esos otros no pueden dar.