martes, 19 de abril de 2016

Aquellos estos árboles, 2





"La cuna se balancea sobre un abismo, y el sentido común nos dice que nuestra existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas."


Vladimir Nabokov empieza así su libro Habla, memoria. La rendija de luz, que a los humanos nos parece de una duración larga, apenas es un intervalo. Pero fraccionamos el intervalo en pausas más pequeñas, al principio sin darnos cuenta, más adelante admitiendo que la vida va siendo una partición. Más allá del tiempo y de los aconteceres, ¿es la memoria el cuchillo afilado que diezma nuestro tránsito? La memoria no es fiable y como sucede con una hoja de metal puede estar mellada, desgastada. Su acero, rigurosamente templado en origen, va adquiriendo una debilidad traidora. Hasta que llega el momento en que apenas secciona nada y, aunque nos hace creer que la existencia ha sido un enriquecimiento de experiencias, a lo cual consideramos nuestro tesoro, no es sino el humo de la vida al que denominamos recuerdos. Su filo se ha vuelto tan frágil como un junco, al estilo de aquellos que acariciábamos a la orilla del río de infancia, sin darnos cuenta de que en realidad acariciábamos la metáfora. La memoria es, a la larga, solamente un lugar seguro para olvidar. Olvidamos paisajes, acontecimientos, aprendizajes, rostros, intenciones. Tal vez, incluso, nos vaya preparando, o nos anuncie la senda adecuada, para el no paisaje, donde no floreceremos jamás cada primavera.



(Ukiyo-e)


14 comentarios:

  1. En cambio, yo veo la memoria como parte de mi presente y de mi futuro. Es cierto que cada uno tiene su propia vivencia del tiempo. A veces se acompaña con el de los otros o con el de la naturaleza o el que marcan los relojes. A veces no.

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    1. Y también es cierto que el tiempo tiene su propia ley y nosotros somos receptores vendidos, ojala no siempre doblegados.

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  2. Un si-es-no-es hermano.

    Mira qué frase he rescatado de "por ahí":
    SI ME TIENES Y ME CUIDAS:CONFÍA EN MI
    SI ME TIENES Y NO ME CUIDAS: POBRE DE TI.
    Tiene su gracia y se podría aplicar "a la carta". Sin pretensiones de trascendencia, ¡lo encontré aplicado a un paracaídas!

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    1. He ahí la cuestión: ¿con qué paracaídas nos podemos pertrechar cuando la caída va siendo libre?

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  3. Tranquilo puedo vivirme mi historia
    sabiendo que a las puertas de la gloria,
    mi nariz no se asoma.
    La muerte no me llena de tristeza,
    las flores que saldrán por mi cabeza
    algo darán de aroma.

    Javier Krahe - "El cromosoma"

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    1. Magnífico, bestial, consuela Krahe y su cromosoma. Salud.

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  4. Hablando de pertrechos..., si la vida no es más que un rayo de luz entre nubes, la belleza del ensimismamiento debe ser la plenitud.

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    1. Puede, aunque depende de si el ensimismamiento produce belleza, que no está claro que salga de las manos y de las actitudes de cada animal que puebla las sociedades humanas.

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  5. mi memoria es selectiva, es una ventaja, porque memorizar las cosas por hacerlo nada más, es una tontera
    .
    para lograr mi ventaja (así lo considero) trato de no darle importancia a innumerables hechos que no tienen nada de conocimiento y observación, por ejemplo no veo los noticieros oficiales y busco información en bibliotecas aún cuando también tienen su riesgo
    un abrazo

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    1. Claro, eso intento yo, de hecho mi vocero particular es una memoria retroactiva que aliento para indagar lo invisible. De lo inmediato y exterior tengo pocas ganas de acordarme, el país mezquino y muchos de sus pobladores no invita, es muy ingrato.

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  6. La oscuridad que tanto miedo nos provoca, no procede de lo que no existe, sino en lo que no vemos.

    Un saludo.

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    1. Ni queremos ni podemos ver. Pero las oscuridades exactas son ineludibles, la anterior y la posterior a la aventura. Es el mundo de imágenes de monstruos -el medievo aún pesa mucho- el que sigue fagocitando los quehaceres del hombre, tal cual pensar, imaginar, crear...Si sabemos hacer un guiño a ese imaginería simbolista podremos darle la vuelta y no dejarnos atenazar. ¿Tal fue lo que El Bosco hizo al pintar su mundo fantástico?

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  7. Me gustan mucho estas entradas de, Aquellos estos Árboles.
    Son textos que me gusta leer una y otra vez tranquilamente y cada vez que lo hago hay pequeños matices que descubro. La memoria yo creo que según nos acercamos al abismo de nuestra vida es una engañifa. Y no la desmerezco por eso, mas bien creo que es una especie de tabla de salvación, de algo a lo que agarrarnos para afrontar el ultimo paso. Quizás sea la única manera de encontrar sentido a nuestro paso por el mundo.
    Un abrazo, Fackel.

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    1. Me quedo pensando en tu reflexión acerca de la memoria. Por mi parte, naturalmente que creo en el sentido de la vida. Es nuestro acontecer cotidiano, el cómo se plantea cada cual encararlo, el compromiso con la existencia...todo eso es el sentido. No hay una metafísica (ésta sí que es una auténtica engañifa) de la vida. Se trasciende a sí misma a cada hora: comprobándose, desarrollándose, adaptándose a las mutaciones. Lo problemático reside en ponernos de acuerdo unos humanos con otros. Eso rompe todos los esquemas, a mí por lo menos me los rompe cada vez más. Por eso me gusta hablar -pensar- en los pequeños márgenes con que cada uno debe arrear (tremendo verbo de nuestra lengua) Un abrazo.

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