martes, 7 de abril de 2015

Astringencia














Hay días en que uno, de par de mañana, desea escribir y no puede. Porque no sabe, no se le ocurre, no le merece la pena recurrir a los temas habituales. Y entonces llega la tentación de poner únicamente oído a lo prudente. O de leer con cautela. O de respirar el aire aún frío de primavera y percibir nuevos aromas. Correrá el día y algo escribirá. Acaso se vaya al sueño a medianoche sin haberlo hecho. Pero no debe preocuparse por ello. Los sueños siempre escriben por él con sus renglones desordenados, pero ricos en sugerencias.



(Fotografía de Tomislav Peternek)


7 comentarios:

  1. Quisiera saber el repertorio de los músicos y conocer a quienes consolarán sus notas.

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    1. El factor sorpresa suele ser muy grato, por lo inesperado.

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    1. Igualmente, dormida o despierta, y muchas fantasías.

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  3. En definitiva los sueños son los que hacen la tarea... y otro es el que se aprovecha :) Saludo.

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    1. Bueno, creo que hay una complicidad mutua entre ambos. Saludos.

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  4. Qué bello desarrollaste este post, Fackel. Esas sensaciones y percepciones estimulan la creación y disipan la preocupación.
    Un abrazo anisado.
    p.d. Estoy regresando de unos días de descanso y aquí andaré actualizándome con todas tus publicaciones que me había perdido.

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