Safo y su eco (y V)
No vayas no te quedes
si partes
recoge por el camino la muestra más humilde
que hable de mi presencia
si permaneces a mi lado deslízate a través de cada uno de mis sentidos
como si no te pertenecieran
apuremos la copa generosa
derramándonos por nuestros cuerpos
Ante un buen vino y una buena compañía podemos atesorar vivencias extraordinarias, que probablemente ni el tiempo ni la distancia podrán deshacer jamás.
ResponderEliminarNo siempre la relación vino y compañía tienen su feeling, pero no te quito razón, que cada uno obre según lo que ambos venenos incidan sobre su necesidad, ¿no crees?
Eliminar¿Por qué venenos?. El vino si se toma con moderación tiene interesantes propiedades, los taninos del tinto mejoran el riego sanguíneo, por ir más allá de la simple satisfacción del gusto. En cuanto a la compañía, la hay extraordinaria si se tiene la suerte de haber topado con ella y se le da el valor que merece para mantenerla.
ResponderEliminarSi estas dos cosas son veneno estoy envenenada de narices, pues desde hace años un día a la semana ejercito este esparcir con una amiga con la que tropecé hace más de 20 años, sin importar que llueva, nieve o venga una ola de calor africano.
Metáforas, Ana, metáforas. No dudo que tanto vino como compañías sean alicientes, pero todo reside en cada uno de nosotros. Por supuesto, esa manera de envenenarse gratamente también la he conocido ampliamente.
EliminarMe pierde la literalidad, supongo que ya te habrás dado cuenta. Un abrazo.
ResponderEliminarSi yo te contara de mis literalidades...
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