martes, 30 de julio de 2013

Ramallets





















Mi portero favorito. ¿Por qué? Ni idea. Jamás le vi en directo, principalmente porque nunca me interesó el fútbol. A veces me llevaban amigos de mi padre aquí o primos en la ciudad del Norte, pero no recuerdo que viera jugar al F.C. Barcelona. Y mira que ver entonces un partido de fútbol era más real, más auténtico. En definitiva, más sensorial. El sonido de la patada en el balón, el choque entre dos jugadores, los insultos del público, el chapoteo en la hierba calada, barrosa, la visceralidad bajo control de la Policía Armada. Aquellos guardias sí que tenían suerte, se veían los partidos de gorra, y nunca mejor dicho, no como los de ahora que están siempre mirando al público. El público, en los tiempos del cementerio español, estaba bajo control, salvo excepciones caldeadas. Tampoco había televisión, como mucho el Carrusel Deportivo, que nunca lo seguí, aunque mi tío Favori estuviera colgado del programa las tardes de los domingos y le jodiéramos con nuestra visita familiar su seguimiento. Algún No-Do, y eso si Ramallets jugaba con la Selección patria. Entonces, ¿de qué mi admiración por el portero barcelonista? Por los cromos, sin duda. Y porque  -misterios de la competitividad infantil-  uno se aprendía alguna que otra alineación, para estar a la altura de la normalidad escolar. Mi recuerdo grato, pues, al cromo Ramallets, que nunca me falló para completar el álbum. Ah, hay algo más por lo que secretamente me caía bien: por ese apellido, porque siempre me pareció espectacular pronunciarlo desde mi rincón de la Castilla profunda. Porque se sumaba a esas pequeñas cosas, aparentemente formales, que se elevan por el lenguaje en sí mismo. Porque siempre lo deletreé pronunciando todas y cada una de las letras. La vida é feita de pequenas nadas, que cantaba Sérgio Godinho. 



  


(Todo esto viene a cuento de que me acabo de enterar de que Ramallets se ha muerto; aunque yo pensaba que, como muchos de los personajes de mi infancia, ya estaría hace tiempo más allá de la Laguna Estigia)



11 comentarios:

  1. Un gran portero. Platko tuvo la suerte de que Alberti le dedicço un poema famoso. Y Zamora fue mucho Zamora, dicen. Pero Ramallets fue el mejor, según me contaba mi padre. Yo soy de la época de Ssdurní, pero también tenía sus cromos. Hace poco, el pasado marzo, Ramallets recibió un homenaje en el Camp Nou junto con Josep Seguer. Ahí va el vídeo editado para la ocasión:

    http://www.ara.cat/el_radar/Barca-homenatge-Antoni_Ramallets-Josep_Seguer_3_965333464.html

    Gracias por recordarlo. Un abrazo!

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    1. Pues me aportas un dato que, desgraciadamente desconozco, el del poema a Platko; supongo que si alguna vez lo vi en un libro de Alberti pasaría de él, voy a ver si lo encuentro. Sadurní debía ser posterior a Ramallets, ¿no? Quién me ha visto y quién me ve, hablando de fútbol. ¿De fútbol? No, de cromos, quería decir.

      El vídeo, breve, entrañable, memorial...Gracias.

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    2. Ahí va el poema de Alberti a Platko (inspirado en una final de la Copa del Rey de 1928, Barça- Real Sociedad, que se jugó en El Sardinero (Santander) a 3 partidos porque los dos primeros acabaron en empate. En el primer partido,Platko jugó con la cabeza vendada porque al detener un balón el delantero vasco que iba a rematar le dio el punterazo en la cabeza. Alberti inmortalizó el hecho en ese poema.

      http://ramoncarrete.blogspot.com.es/2011/05/alberti-oda-platko.html

      El post incluye también un poema-respuesta de Gabriel Celaya, forofo del equipo donostiarra, en que narra el partido según su modo de ver. Yo no estuve presente...

      Sí, Sadurní vino después de Ramallets. Jugó entre 1961 y 1876, con Rifé, Torres, Gallego, Eladio, Zabalza, Fusté, Zaldúa, Pereda, Rexach... Ramallets había jugado de 1946 a 1961, con el equipo mítico: Basora, César, Kubala, Vila, Moreno, Manchón... ¡Qué tiempos aquellos!

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    3. KRT. Gracias por el poema. Ni lo imaginaba, y ¡de 1928! Aquellos poetas de raza ibérica con toque mundano tenían ocurrencias. Me recuerda tanto el estilo de Pablo Neruda...Lo que se sentía se sentía de verdad, y se proyectaba y fuera el fútbol u otro ejercicio de su tiempo, más auténtico y menos opiáceo que ahora, con un tono épico y a la vez cercano.

      Supongo que recitar la alineación del F.C.B. te habrá salido de carrerilla, ¿no? No valen trampas (con nuestra mente, no que se entera enseguida, jaj)

      Un abrazo.

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  2. Siempre fue el portero de mi equipo de chapas.
    El último penalti no lo para ni Ramallets, ni nadie.

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    1. Obviamente, siempre hay un penalti que nos meten el gol, pero ¿cuántas veces no hemos parado penaltis, faltas varias y fueras de juego de los jugadores contrarios?, jaj

      Leyendo la reseña de El País me he enterado de que también jugó en el Real Valladolid, qué poco informado está uno de los temas trascendentes.

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    2. Claro, como tantos otros ídolos, los poníamos con cera en el interior de la chapa. ¿Y los futbolines? He jugado en tantos que no recuerdo ya los equipos, supongo que irían los colores por regiones. En mis veranos del Norte uno de los equipos fijos era el Osasuna, el otro sería un Atleti o algo así. Ay, señor, que me entra la efímera nostalgia del verano.

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  3. Vaya, pues mi consciencia sobre su supervivencia era muy semejante a la tuya. Es un nombre que sonaba con mucha frecuencia en las retransmisiones deportivas de la época, si o si era lo único que se podía escuchar por entonces.... decididamente me quedo con el presente por muy cruel que sea rostro que me muestre.
    Ramallets el sonido de este nombre lo relaciono con el placer del baño semanal en aguas previamente utilizadas por mis mayores. No, decididamente NO me agradan aquellos recuerdos por muy frescas y tiernas que fueran mis carnes. Bss.

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    1. Es verdad, cómo puede ir vinculado un nombre a una serie de recuerdos sobre viejas vivencias...un curso, un viaje, una familia...y todo un mundo por descubrir...más o menos como ahora, ¿no?

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  4. Toda una institución en Can Barça, espero que mañana en el trofeo Joan Gamper (curiosidades de la vida, fue a morir el mismo día que el gran Ramallets, un 30 de julio...) dediquen a su memoria el homenaje que se merece. Yo no lo vi parar, cuando nací ya se había retirado, pero los viejos del lugar, y sus batallitas, hablaban maravillas de él. Soy del Barça, amigo Fackel...

    Ya conocía la preciosa oda que Alberti dedicó a Platko, y eso me ha hecho pensar en todos esos grandes escritores incondicionales del fútbol: Orwell, Sartre, Nabokov, Camus (que jugó de portero), sir Walter Scott...

    D.E.P.-

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    1. Ah, mira, me viene bien la información, no sabía que esos escritores célebres fueran tan futboleros...Ya tenía yo ganas de pillarlos en algún renuncio, jaj (es broma)

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