miércoles, 31 de agosto de 2011
treinta y uno de agosto (rien ne va plus)
…acechanza de la apatía, sentir un día más que tu reino no es de este mundo, y que tampoco deseas que lo sea, que algo no cuadra, que esto de tirar para adelante asintiendo y aceptando no resulta, no proporciona meta alguna, que se convierte en una bola que nutres y a la vez te engulle, que la engordas y automáticamente te aplasta, y que ni te gusta ser espectador ni protagonista, porque no quieres mirar como ellos quieren ni sentirte parte central de nada, que la ficción envuelve a cada uno para paliar el desaliento, pero es traidora, en cada visión se te incita a que creas que eres otro, es como si volvieras a encarnarte en los cuentos de la infancia, cuando otros procuraban por ti, pero ahora los cuentos se manifiestan en toda su caracterización, aquellas historias eran éstas, pero entonces tenían nombres diferentes, dragones, princesas, reyes, caballeros, cristos, y el subconsciente los preservó, los adaptó para los tiempos adultos, y te incita de nuevo a delegar en personajes oscuros que desde las tinieblas están esperando el momento de reencarnarse, esperando que tu incredulidad sea rendición, pero no lo es, para ti no creer es fortalecerte, no delegar es sujetar los cinchos de tu caballería, no fiarte de los mensajes es escribir desde tu interior los nuevos, y mañana será uno de septiembre, pero no sabes si lo nombrarás, te da igual el calendario de la santa tradición, no te interesa contar los días, los días se acabaron, tiene que haber un final de los días, tiene que existir otro concepto de los días, tiene que haber un tiempo que sólo es tuyo y cuya preservación te aleja de lo que te rodea pero te refuerza, debe haber…
Gracias, lo firmaría.
ResponderEliminarHasta donde he conseguido llegar, tal espacio existe, no ha de ser eterno porque al ser nuestro automaticamente se encuentra sujeto a la evolución y alternancia, pero, hasta donde se, que es mas bien poco, si uno sueña con intensidad algo que le libere de sus cadenas, y no ceja, puede que Cronos se muestre generoso y le permita cumplir ese sueño. Pero, hay que tener mucho cuidado con lo que se sueñe, porque podría materializarse, de hecho ocurre, para descubrir el enorme error en el que hemos vivido mientras soñábamos.
Tras releerlo, aparentemente el comentario no tiene que ver con tu entrada, pero me lo parece. No se me ocurre nada mejor a estas horas, recién llegada al paraíso de los acentos. Beso.
Compleja tu entrada, como compleja es la vida. Menos mal que cada uno es dueño de su pensamiento, ahí si que no existe el término tiempo. Ahí es donde somos realmente dueños.
ResponderEliminarUn abrazo
Emejota. Nunca he tenido claro lo de la materialización de los sueños. Pero habrá que tener cuidado fuera de ellos, hay demasiadas incomprensiones cuando no crueldades.
ResponderEliminarCuidarse. Carpe diem.
Carmela, sí es complejo y hasta oscuro lo que escribo. Ser dueños del pensamiento...más bien relativamente propietarios de una capacidad y relativamente ejercitores de ella. Nunca sabemos bien si el pensamiento es nuestro o ha llegado a nuestro interior como las semillas que lleva el viento y que no nos pertenecen en principio, pero germinan dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.