domingo, 10 de abril de 2011
Malena S. / 2
Por supuesto que la gente siente. Sentir es algo tan antiguo. Te dan palmaditas y sientes, te riñen y sientes. Pero la gente percibe ese sentir como una regla, Michal. Es un sentir como comprobación de que no se les excluye o de que se comportan. Como un reflejo más de las normas al uso que de lo que te dice en sí una sensación. Tantos han perdido la noción de la estética. No se sabe ya hacer las cosas por gusto, por placer. Incluso las que hay fuera de ti, que parecen ajenas, pueden tocarte de manera que las hagas tuyas. Y entonces llegas a saber más de ti. Pero, ¿quiere la gente saber más de sí misma? Todo lo que acabamos de ver tú y yo ahora, Michal, lo llevamos dentro. Si no, esta conversación no existiría. Fíjate que apenas hemos hablado dentro del recinto. Nos quedamos mudos porque todo lo que había a nuestro alrededor hablaba extraordinariamente por nosotros. Era…¿cómo te lo diría, Michal? Sí, una mudez expresiva. Nos bastaban gestos con la cabeza o con las manos para mirar aquel verdor que tapizaba el suelo, aquellos árboles, aquellos poliedros tatuados. Y nosotros, Michal, escuchábamos todo aquello. Adoro la contemplación, algo que la gente apenas sabe hacer.
Esta vez las palabras de Malena me han conmovido. Son poéticas, sencillas y a la vez profundas.
ResponderEliminarEs tristemente cierto que muy pocos individuos quieren sabr más de sí mismos. Eso les obligaría, como bien diría Fromm, a ser libres. A plantearse las cosas por cada uno y no a seguir un patrón establecido que haga perder la libertad y que proporcione seguridad.
Realmente ir un poco más allá es lo que nos puede hacer sufrir más, y quizá lo que nos hace un poco más libres.
Gracias Malena por tus palabras, ya fueras real o imaginaria como mi Galatea.
Es un don el de la capacidad de contemplación y el complacerse en ella. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMira, Malena me cae bien, Fackel. Empiezo a ver cómo en esta serie que empieza vas construyendo su perfil psicológico, es aguda, sensitiva, me encanta, Malena tiene una voz sutil, pero de hierro. Vuelvo y repito, me cae bien, muy bien Malena. Un abrazo. Sigue escribiendo Fackel, sigue escribiendo.
ResponderEliminarLa gente en realidad no quiere saberse, prefiere suponerse. El saber lleva implícita una búsqueda. El suponer tiene que ver con la creencia y no implica movimiento.El mundo es cómodo para los que simplemente suponen. El mundo también es más cómodo para los que tienen fe. La contemplación implica querer ver, mirar. La gente se limita a suponer...No sé si me explico
ResponderEliminarMe ha gustado. Un abrazo
Inteligente e interesante el personaje de Malena, si bien (y como apunte), el mundo de los sentimientos es muy subjetivo, personal, y complicado, pues trabajamos con un lenguaje que evoca abstracciones difíciles de explicar. Porque amor, odio, miedo, atracción, son palabras abstractas que admiten muchas formas de explicación, y subjetivas, porque cada uno puede sentirlas de manera diferente, o no sentirlas. De todos modos, ése es el reto del escritor, y hasta ahora lo llevas muy bien.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Pigmalión, bien dices. Ir más lejos es riesgo; riesgo es temor; temor es lastre; lastre es hundimiento.
ResponderEliminarDa para tantas consideeraciones tus palabras...
Emejota; es un don, una necesidad, un arte. Pero algo al alcance de cualquiera. Y qué malos aprovechadores somos.
ResponderEliminarAy, cuidado, Susan, podría caerte mal más adelante esa M. No, no sé, ni idea de quién es Malena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por eso, Vera, domina tanto la apariencia y la superficialidad. Por eso suele gustarse de vincularse una gente a otra, a los roles, a los cultos, a los compromisos sociales...Dan seguridad, cuando falta algo más profundo en cada uno.
ResponderEliminarLo de los que tienen fe...no sé si te refieres a la religiosa o en general a creer en un corpus de ideas, pero en cualquiera de ambos casos da cierta comodidad. Sobre todo si e suna fe que no exige. Los que se dejan llevar por la exigencia lo pasan mal, te lo aseguro. Si se vive de suposición nunca se aclararán demasiadas cosas. No basta. Hay que indagar, se llegue corto o medio. No renunciar nunca a prospectar me parece de por sí una misión inelduible, libre, personal, no encomendada sino por las propias entrañas del individuo.
Gracias, sigamos.
Naturalmente, Carlos, que el lenguaje se topa con abstracciones e incluso las genera y acrecienta, pero ése es el desafío. Dices...amor, odio, miedo, atracción son palabras abstractas; bueno, yo diría que son palabras que tienen detrás conceptos que consideramos demasiado absolutos. Y los conceptos como sus vehículos terminológicos hay que precisarlos en la vida cotidiana. Siempre pienso en las papeletas difíciles de quienes se pelean con el alma humana como profesionales, ya sabes, psiqui-psicos, etc. Pero también lo hacen quienes escriben. O cada cual en su intimidad, donde uno puede saber qué de verdad y qué de engaño acomete sobre sus circunstancias ordinarias.
ResponderEliminarFeliz noche.
Pigmalión, disculpa que vuelva, le doy vueltas a tu frase: "Es tristemente cierto que muy pocos individuos quieren saber más de sí mismos". Tal vez quieran que les hagan, que les diseñen, que les moldeen, por eso no les importa sentirse manipulados, ¡porque no se sienten como tales! Consideran normal estar en Babia. Esto en las actitudes políticas se ve con claridad. Hay una base de maldad intrínseca en ese posicionamiento.
ResponderEliminar