sábado, 9 de abril de 2011
Malena S.
Si sólo hubiera fealdad en el mundo seríamos más felices, me dijo Malena mientras subíamos por las calles de Zizkov. Sería una felicidad sin contrastes, añadió. Como si tuviera un terciopelo de consenso. Nadie aspiraría a sobrevivir por encima de ese ámbito anodino. Eso proporcionaría felicidad, de hecho ya se la proporciona a mucha gente. Aquellos que solo viven pendiente de procurarse el jornal y la alimentación de cada día. Escaso ejercicio físico, ninguno mental. Se trataría de subsistir en una especie de reposo indolente. Sin alicientes especiales, pero también sin riesgos. Ni siquiera el amor pasaría de ser la mera y ocasional ejecución que deshace tensiones sanguíneas. Y, por supuesto, ajustado a las necesidades de cubrir numéricamente la especie. La gente, convéncete, Michal, hace tiempo que dejó de explorar las sensaciones.
Pues, ¡para qué lo vamos a negar!, tu amiga Malena tiene razón... Vivimos en un mundo donde dejamos que pasen, sin tocarlas, las sensaciones más maravillosas que nos puede ofrecer la vida. Y todo, por estar pendientes de otras, que no nos llevan a la felicidad.
ResponderEliminarUn saludo, ¡buen blog!
Inevitablemente convivimos un mayor número de zombies, que creemos no serlo, y que puede ser cualquiera de nosotros, en según qué momentos, que personas con capacidad pensante y creadora continua. Afortunadamente porque estar en el segundo modo debe ser terriblemente agotador. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLas sensaciones vienen de sentir, y en el mundo se ha dejado de lado tanto lassensaciones como los sentimientos. Precioso texto, procuro vivir en una especie de reposo indolente, el mundo va tan rápido que me he bajado hace ya tres años.
ResponderEliminarMi único ejercicio físico es mental. también por imposibilidada de ejercitar el físico.
Yo tres cuartas partes me las paso indignándome y lo que resta resistiendo.
Me gusta entrar aquí. Internet es un cuento, un largo cuento. Relatos de vidas.
Bueno, la verdad es que yo no estoy muy de acuerdo con Malena. Quizá soy un poco ingenuo pero sigo teniendo mucha fe en la gente.
ResponderEliminarPor un lado no creo en una felicidad duradera y prolongada. Para mí lo más hermoso de la felicidad es esa brevedad inherente a su esencia y que la hace ansiada y mucho más preciosa cuando se alcanza.
Por otro lado se encuentra la época deshumanizada que nos ha tocado vivir y lo que puede parecer indignante, que es la ausencia de un mundo emocional rico y pleno en la mayoría de individuos, Yo lo veo como una conseecuencia de la debilidad del ser humano y lo manipulable de su voluntad.
La estructura de la sociedad empuja al hombre a ser una pieza más de una maquinaria programada y previsible. Sólo bloqueando su capacidad emocional, que lo haría imprevisible e ingobernable, se consigue un patrón de conducta fiable para un único objetivo; la producción y el consumo.
Este blog es una pasada. Me ha sorprendido gratamente.
Yo creo que la gente nisiquiera se ha enterado de lo que es una sensación. Por eso yo no soy gente, y creo que tú tampoco, Fackel. El texto es una bala, ya me atravesó la espalda y aún no empieza la sangre, una bala muy, muy rápida. Un saludo. Qué bueno es volver a tu blog, siempre.
ResponderEliminarUn texto creo que en exceso pesimista, y mucho más si se generaliza, sobre la capacidad de sentimiento de las personas. Sí que es cierto que vivimos en una sociedad en la que los sentimientos se han ido arrinconando por valores más palpables, pero estos siguen existiendo y no se pueden reprimir. De ahí el crecimiento de la violencia, las depresiones, sentimientos negativos que nacen del intento de represión de las emociones más humanas y positivas.
ResponderEliminarC.G.Aparicio, bienvenido. Sí, muchas veces, ¿cuántas? dejamos pasar las sensaciones que nos hablan de la vida y que nos la vuelven más grata.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el piropo.
Bueno, Emejota, tampoco se trata de estar con ese tipo de personas "agotadoras" (que lo son, es verdad), pero no sé qué pasa que cada vez soporto menos a los "zombies". Aunque a veces te llevas sorpresas.
ResponderEliminarBuen domingo.
Marcela, no vas descaminada. Sensación y sentimientos se trenzan, beben de la misma savia, nos hacen crecer o su carencia no deja yermos.
ResponderEliminarVaya, ya veo que Kraus, el de verdad, genera adeptos. Muchos vivimos en esa mezcla de indignación y resistencia, preñadas de sensaciones, que a veces casi nos devoran.
Internet depara tránsitos, encuentros y coincidiencias. No importa su tiempo y lugar. Lo importante es que nos haga sentirnos.
Me alegro, Pigmalión, de que conserves tu fe (ojo, no sea ciega) en la gente. Yo también, pero a mi manera y con un tipo de gente. De algunos nunca cupo esperar demasiado.
ResponderEliminarDe todos modos, sospecho que nunca hubo época en la historia social en que el individuo se sintiera a gusto plenamente, sin conflicto. Obviamente, nuestra fragilidad es un hecho, pero también lo es que estamos capacitados para resistir, afrontar y superar. Tristemente, eso lleva sacrificios y riesgos.
De acuerdo en lo que dices..."lo más hermoso de la felicidad es esa brevedad inherente a su esencia". Pero nos obsesiona prolongarla y ello no nos está garantizado.
Sigamos.
Susan, me alegra saber que andas por aquí. Lo que planteas es interesante para mi. Siempre me obsesionó saber cuándo soy individuo, yo mismo, y cuando gente, yo ajeno. Tal vez la conciencia de ese límite resida en la claridad de algo de lo que se habla poco, pero existe. De la alienación personal, de lo que nos sentimos agarrando la vida o dejándonos arrastrar y manipular.
ResponderEliminarY tienes razón: me cuesta sentirme gente. Aunque sociológicamente pertenezca al grupo, no me gusta sentirme grey. Es mi condición, y ya veo que la tuya.
Gracias por pasarte.
Carlos, te leo con atención y de momento no te digo nada. No sé si lo del pesimismo u optimismo está también en el texto, y de momento éste habla solamente de las sensaciones. De todos modos, los sentimientos no se cotizan al alza y presiento lo que indicas, que se soterran y se reprimen de manera tal que la gente está como está.
ResponderEliminarPero me haces pensar, y lo tengo en cuenta.
Salud, hermano.
interesantes y profundas reflexiones de un mundo que no tiene tiempo para estas cosas..
ResponderEliminarinteresante tu blog, pasarè a leerte con màs frequencia
un saludo
Blas
Gracias, Blasblog, por pasarte. Hay que hacer tiempo, espacio e intimidad para reflexionar. De lo contrario, ¿qué clase de mundo e individuos se genera?
ResponderEliminarSaludos.