domingo, 25 de octubre de 2009

Habla Kenko Yoshida



Habla Kenko Yoshida:

"¡Qué locura es dejarse llevar por el deseo de la fama y del interés y pasar la vida sin tener un momento de paz y de descanso!

Cuantas más riquezas tengamos, tanto más descuidaremos la vida y salud del cuerpo. La abundancia tiende a atraer sobre sí desastres y calamidades. Aunque dejemos, al morir, una cantidad de oro que llegue hasta la Estrella Polar, con esto sólo causaremos molestias y disgustos a nuestros herederos. Los placeres que alegran y consuelan a los mentecatos son insípidos. A los ojos de las personas juiciosas los carruajes espaciosos, los caballos bien rollizos y los adornos de otro y plata son todas cosas vanas.

Cuánto mejor sería arrojar el dinero a una montaña y las joyas al abismo. Aquél que se deje llevar por los intereses humanos es un fatuo de primera clase. El querer dejar detrás de sí una reputación que dure por los siglos es algo que, ciertamente, todos desean. Pero ¿es que se puede decir que las personas que ocupan puestos destacados son, necesariamente, personas excelentes? Hay hombres sin talento que tienen una posición elevada y viven en la abundancia, sólo porque nacieron de una familia ilustre, les ayudaron los tiempos o por los avatares de la vida. Pero también hay muchos hombres sabios y santos que escogen, voluntariamente, puestos humildes y terminan sus días sin recibir las bendiciones de la fortuna. La avidez por cargos y puestos elevados es la segunda clase de locura.

Todos queremos dejar en este mundo fama de ciencia y de virtud, pero si lo consideramos bien, lo que vamos buscando con esto es el placer de oír las alabanzas. Sin embargo, los días de estancia en este mundo, tanto de los que nos alaban como de los que nos vituperan, son bien breves, e incluso aquéllos que oyeren las alabanzas no tardarán mucho en abandonarlo.
Entonces, ¿antes quiénes hemos de sentir vergüenza? ¿Quién hemos de desear que nos alabe? Además, la censura acompaña a la reputación, y después de muertos de poco nos servirá la fama.
El que la desee sigue a los anteriores en locura."

 
 
En estos tiempos en que desde las autoridades de las potencias del planeta hasta el más oscuro servil de aldea se matan por salir no ya en las fotos, sino en la televisión y en el chismorreo efímero, leer este texto de Kenko Yoshida reconforta y ayuda a no sentirnos solos nosotros, los resistentes. Yoshida era un bonzo budista japonés que escribió hace seiscientos cincuenta años una compilación de textos de nombre complicado: Tsurezuregusa, algo así como ocurrencias, reflexiones, comentarios, cavilaciones.

Probablemente imbuido por el taoísmo, el budismo y el confucionismo, las reflexiones de Yoshida resultan frescas y disectivas respecto a la consideración de la especie humana. No se trata de una relación de episodios religiosos, aunque la mentalidad de las religiones y de las corrientes de meditación estén presentes. Tampoco vive el monje inmerso en el mundo de los demás, más bien en su orilla. Y le llegan las formas de vida de la gente, las anécdotas de los estamentos sociales, los vicios y tropelías de los dignatarios, las miserias y deseos de los humildes. Desde el borde Kenko Yoshida percibe distante pero analítico el ser y comportarse de potentados y súbditos. Ni que decir tiene que el discurso es perfectamente inteligible, los razonamientos (o desmontaje del razonamiento) se hallan a nuestro alcance. Uno saca la conclusión, tras este tipo de lecturas, de que tiene en sus manos un hermoso tratado del saber vivir resistiendo a como desean los mercaderes de la vida que vivamos.

Tsurezuregusa, Ocurrencias de un ocioso, nos llega de la mano de Ediciones Hiperión, con una sabrosa introducción de Justino Rodríguez.



(La pintura es del japonés Utagawa Kuniyoshi)

6 comentarios:

  1. Fackel, por qué Raticulina no escribes mas en su blog?

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  2. Deseos, ambiciones, apetitos, afanes y a la postre desEsperanza…
    Feel the power of the dark side…join the PP
    Perdone, estoy que me salgo

    Saludos e irreverencia

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  3. Maestro, este libro de Yoshida Kenko me acompaña siempre, una delicia...

    Me permito recomendarte el libro de Hiperión de Tao Yuanming, "El maestro de los Cinco Sauces". Sospecho que vibraréis al unísono...

    Salud y a la mierda los fascistas!

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  4. Leone, chi lo sa?

    Saluti.

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  5. Aragonítico. Los lados oscuros de los colectivos me espantan, no puedo evitarlo. El lado oscuro de un individuo se puede hacer frente, pero el de la masa, tribu o uniformidad, en ese todos contra uno que les caracteriza, lo aborrezco.

    Que la iconoclastia más aguda sea contigo, rebelde.

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  6. Lo que no conozcas tú, Stalker. Y un título te lleva a otro, independientemente de que saltes de una isla a un continente...Me apunto el título del chino, uno sigue buscando a salto de rana, de mata o galaxial.

    Nota a tu apostilla final: Sobre los excrementos no coment.

    Apoyo mutuo.

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