lunes, 7 de mayo de 2007

La espera


Hay un alarde del continente. El plato espera, acaso jamás esté servido. Pero expectante, el utensilio descansa a su vez. Se apoya en un borde redondeado y se nutre de sombra. No hay nada tan solitario como unos cubiertos en guardia. Las horas transcurren en medio de las formas. Nada se mueve. Ni un olor, ni una huella de grasa, ni una miga. El juego, tan impecable. La sombra moldea los objetos, no la luz. Son su representación, su actividad, su disposición. Los dientes afilados se multiplican, armas en reposo. Qué simbiosis entre el tenedor y el plato, uno para el otro en la apariencia. Se apagarán las luces del comedor, pasará esa noche, transcurrirá un día más el silencio. Qué metáfora tan cercana.


(Kertesz lo preparó para nuestra vista)

1 comentario:

  1. un precioso juego de sombras. Muy cercans.
    Buenas noches Fackel

    ResponderEliminar