jueves, 3 de julio de 2025

Lo incierto

 














Me da hoy en pensar, Cao, cómo todo el mundo da por hecho que tiene por delante un futuro. Lógico, Xiao, ¿no crees? Si no lo das por hecho no tendría uno muchas ganas de seguir para adelante. Pero esa es la cuestión, Cao. Que dar como obvio, o mejor dicho, suponer que se tiene futuro solo es algo potencial. Es lo más probable pero no se puede asegurar puesto que se trata de un tiempo no existente, al menos todavía. Te encuentro muy reflexivo esta mañana, Xiao, aunque dices una perogrullada. ¿A dónde quieres llegar? Xiao tiene hoy una mirada extraviada. A que la gente vive, bueno, todos vivimos dando como certeza lo que aún no se tiene. Y ¿hay una posesión más interesante y necesaria que el propio tiempo? En nuestro plan de vida, el que damos por descontado, no solo existe el pasado o lo que vivimos al día, sino que incluimos algo incierto, algo que aún no existe, como si lo viviésemos. Todo el mundo se prepara y actúa pensando en el día siguiente. Tal es la urgencia humana por anticiparse a los propios acontecimientos. Necesitamos siempre sentirnos un poco demiurgos de nuestras vidas. Como si todo dependiera únicamente de uno. Resulta incierto no solo si habrá ese tiempo sino que también son imprecisos y bastante soñadores los proyectos que se trazan. Quien más o quien menos se deja arrebatar por ilusiones, pues las ilusiones no disponen de tiempo. Aunque no te extrañe que muchos prefieran vivir una vida sin grandes novedades, prácticamente monótona, mientras otros arriesgan y hacen lo posible por comerse el mundo. No hay nada que no se diera ya ayer, Xiao, así ha sido casi siempre. Yo ese casi siempre, Cao, lo reduciría aún más. Elegir la vida que se querría llevar no se  ha brindado a toda la humanidad, y una buena parte de ella aún la tiene más dudosa. ¿Ves lo incierto que es saber si llegaremos a mañana? ¿Y además cómo llegaremos?

 



 

martes, 1 de julio de 2025

Lo onírico

 










Xiao, de los sueños se ha hablado mucho. Me refiero a los sueños mientras se duerme, pero ¿no hay acaso un mundo onírico en la conciencia de los hombres? Este mundo, Cao, más que onírico es anhelado. En lo onírico de verdad se vive entre lo realizado y lo pendiente de realizar, pero sin control. En el sueño del hombre despierto lo que se incentiva es el deseo insatisfecho que quiere ser traducido en logro. Una vez, Xiao, me hablaste del devaneo poético de Li Bai sobre la mariposa que soñó Zhuang Zhou. ¿Acaso hay frontera entre lo onírico y lo deseable? Prueba, Cao, a soñar que eres una mariposa o una lagartija, del mismo modo que yo siempre me veo como una libélula que me piensa a mí mismo. Y luego me cuentas.