domingo, 8 de septiembre de 2024

Ecos lejanos, 6

 


¿Recuerdas tu aproximación a mí? Abandonaste la tertulia descaradamente. Else no aparta la mirada de la ventana dibujada de aguanieve. Tiene la espalda fría pero no se inmuta. Su piel sigue siendo resbaladiza. Su cabello, abundante. Los dedos, frágiles. Se acerca al cristal y con ellos traza lentamente signos abstractos. No dejabas de mirarme, dice. Pensé que eras uno de esos tipos solitarios y raros que se muestran anti grupo, antisocial y al que le patinan todos los acontecimientos de esta época y las actuaciones contradictorias de la gente. O quizá uno de esos soplones, que tanto cunden en estos tiempos revueltos. Me he echado a reír. ¿De verdad? ¿Tan mala pinta te daba? Simplemente era tu actitud prudente con los amigos lo que me llamaba la atención. Eras la que menos hablaba pero cuando lo hacías todos se volvían precavidos. ¿De qué ibas? ¿De musa, de madre protectora, de consiliaria ideológica, de escuchante de almas en pena? ¿Sentenciabas u obligabas a dirigir la conversación por otros derroteros? ¿Encendías calladamente el debate cuando parecía que solo quedaban rescoldos o encauzabas las veleidades oníricas del abigarrado clan?  Ahora la que ríe es ella. Digamos que ponía mi granito de ideas, pero reconozco que a veces cortaba los temas porque la visceralidad no es de mi agrado y las propuestas descabelladas no me llevan al huerto. Ya está demasiado complicado el panorama como para aguantar fruslerías o posiciones dogmáticas que no llevan a ninguna parte. Yo pensé, Else, que los artistas no eran tan políticos, es decir, tan agresivos como extensos en la manifestación de sus ideas. Tendrías que haber tomado parte de las tertulias, dice. Son gente más plural, que no se casan con nadie, y tal vez llegan más lejos en su visión crítica que los que pertenecen a una formación estrictamente política. Son menos unilaterales, digamos, y harto volubles. Estoy acostumbrada a escucharles ideas contradictorias o cambiantes de unos días a otros. Algunos hablan como pintan, en conflicto con sus propias temáticas plásticas. ¿A que desde tu rincón del café no te enterabas de casi nada de lo que hablábamos? Else, yo solo estaba pendiente de mi lectura y de mis apuntes. Hasta que te pusiste a leer en mí, ¿no? Hasta que me puse a escribir sobre ti, Else.




*Fotografía de Inés González.

26 comentarios:

  1. Para algunas personas nada es real hasta que han escrito sobre ello. Efectivamente, son personas extrañas, un paso por detrás de un mundo que nunca les espera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero seguro que ellos esperan mucho más, tal vez por idealismo o por expectación.

      Eliminar
    2. Ese es otro problema, claro, las expectativas en papel nunca nos decepcionan.. la realidad, por otra parte. En fin, ya sabes, la realidad.

      Eliminar
    3. La realidad de la ficción, porque cada vez me convenzo más del teatro o realidad virtual, plagada de farsantes, que es la existencia humana. Ah, la cultura del vivir cotidiano. Otro día pongo un párrafo de Baltasar Gracián que últimamente me viene al pelo.

      Eliminar
  2. Fáckel:
    intuyo que se atraían porque ninguno de ellos estaba cómodo en aquel grupo, se reconocieron en las, miradas y en los silencios.
    El hecho de hablar en pasado ¿indica que su relación acabó?
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una curiosidad mutua puede ser una atracción o simple...eso, curiosidad.

      ¿Sabes? A veces no sabes si acontecimiento del pasado se han terminado solo por el hecho de ser pasado. El pasado es un concepto muy presente.

      Eliminar
  3. Cualquier cosa que nos destaque puede servir para llamar la atención si es que somos del agrado de la sujeto, o bien ser etiquetado como antisocial o loco o cualquier otro epíteto si no lo somos.
    Y en cuanto a mi magra experiencia, las charlas siempre son más banales, claramente me he estado equivocando de bar, de grupo de amigos, de carrera en general.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo banal solo se conoce a posteriori.Demos por buenas, cual pasajeras, las reuniones o charlas que después consideramos banales, pero que en su momento algo nos aportarían. Teníamos que descubrir, acaso seguimos con interés por descubrir, pero a ciertas edades uno se vuelve más selectivo.

      Eliminar
    2. me pasé de rosca con lo selectivo, casi ni hablo jaja! mejor mudo y que se queden con la duda que hablar y despejarla.

      Eliminar
    3. De todos modos la vida da muchas sorpresas. Tras alejarse uno de mundanales ruidos pueden recuperarse amistades y tertulias semanales incluso solo de dos personas, tras haber retomado contacto tras cincuenta años, por ejemplo. Y son jugosas, porque en ese lapso de tiempo los que se reencuentran han vivido mucho e incluso en ámbitos diferentes, es muy interesante, pero tiene que haber empatía.

      Eliminar
  4. Else se metió en la tertulia equivocada, o quizás tenía un interés oculto.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo es posible. Hay personas a las que el grupo se les queda pequeño pronto, otras no se despegan.

      Eliminar
  5. Te leo y digo que el presente está hecho con muchos corta y pega del pasado, basta ver el avance de la ultraderecha, repetimos lo ocurrido hace no tanto años.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Sabes lo más preocupante a mi modo de ver? La mentalidad de nuestros paisanos. Eso aúpa a los energúmenos duros y a los energúmenos menos duros, ya me entiendes.

      Eliminar
  6. Há quem apenas escute...opiniões contraditórias, mas que tecem um relacionamento mais profundo...
    Texto para reflectir....
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La profundidad de los temas está en parte en cómo lo perciba cada individuo. Por supuesto que objetivamente hay asuntos que nos atañen a todos, muchos de una gravedad casi absoluta, pero que no es asumida por todos los individuos.

      Eliminar
  7. Me hubiera gustado poder ver, los signos abstractos trazados en el cristal. Posiblemente, reveladores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El vaho del vidrio es una excelente pizarra para registrar notas efímeras, un poco como la arena de la playa.

      Eliminar
  8. A veces nuestras ideas cambian porque otras más solventes y argumentadas las destierran. Aferrarse a las primeras es muestra de obcecación.
    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, pero nos tenemos que dar cuenta de ello. Cordial.

      Eliminar
  9. Descreo de los que teorizan demasiado y poco o nada hacen. Imagino que yo no hubiera aguantado mucho en la mesa de esos artistas. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algunos irán por entretenimiento y pose, otros por la fraternidad del encuentro (no exenta de enfrentamientos), quizás algunos se consuelen en sus pensamientos al compartirlos, en fin, una tertulia puede ser útil pero sus derivaciones son inciertas.

      Eliminar
  10. M'agrada molt el final, la pregunta d'ella I la teva resposta.

    ResponderEliminar
  11. Soc l'Helena, per cert, tot i que ja es veu per la llengua amb què escric.

    ResponderEliminar