sábado, 10 de febrero de 2024

La clase muerta, de Tadeusz Kantor, y una conversación mañanera con mi amigo Max

 


¿Morimos cuando dejamos atrás los pupitres, querido amigo?, me interrumpe Max. En cierto modo, le digo, pero no del todo, porque, ¿no es en la edad provecta cuando más rememoramos aquella etapa? Cierto, cierto, me replica. Max viene hoy sereno. Su tono es constructivo, se podría decir que estoico si no fuese porque no le gusta sentirse estoico. La actitud estoica solo sirve para resignarse y entregarse a los oportunistas, me ha repetido más de una vez. Continua su mirada analítica de esta mañana fría. Suele criticarse de mala manera a los ancianos por hablar con frecuencia de sus tiempos de infancia o juventud, ya sabes, acusándoles alevosamente de ser nostálgicos. ¿Desde cuándo la nostalgia es un vicio, un delito o un comportamiento destructivo? No tengo a estas  horas ganas de polemizar pero lo aclaro. Siempre que se tengan claro los límites la nostalgia no perjudica. Ya sé, dice Max. Te refieres a no traspasar el ejercicio regocijante de la memoria para caer en la melancolía. Exacto. Mira, Max, los humanos llevamos a cuestas, como una mochila en la espalda, al niño que fuimos, al escolar que se pasó horas repitiendo infinidad de términos inútiles y algunos pocos interesantes. Y estos decisivos, masculla mi amigo. Pero trasportamos también o sobre todo en esa mochila las emociones, los sentimientos, el instinto de curiosidad que cada cual sabe si los ha desarrollado y qué importancia han tenido en su vida adulta. Max, asiente. Me gusta su tranquilidad reflexiva. De hecho, matiza, conozco mucha gente mayor que ha sido dura y adusta toda su vida y que en la etapa final se tornan más sentimentales y afectuosos, por no decir desbordantes de cariño, que nunca. Debe ser el peso o, mejor dicho, el bagaje de la mochila, que nunca se lo quitaron de encima, ¿no crees, Max?





30 comentarios:

  1. La mochila la llevamos cada vez más cargada hasta el final.

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    1. Se van acumulando asignaturas, pero no olvides que hay otras que han quedado pendientes o que hemos suspendido.

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  2. Un cierto nivel de estoicismo nos permite controlar los sentimientos y las emociones. A veces no queda más remedio que ponerlo de manifiesto ante determinadas situaciones...

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    1. Probablemente; conviene encajar tantas incidencias, digamos, pero ¿hasta qué punto soportar?

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  3. Hay una aplicacion de móvil pendiente de inventar, válida para ios y para Android, que nos oye hablar ( como la mayoria), y cuando pasas de la nostalgia a la melancolía hace sonar una alarma😜
    abrazooo

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    1. Pues mientras no llegue la invención -y yo desconfiaría, siempre hay tutelas detrás- tendremos que poner en la puerta de nuestra mente una campanita para cuando quiera entrar la abrumadora señora Melancholia.

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  4. Leí no recuerdo donde que una vida lograda era la realización en la madurez de los sueños juveniles. En el bien entendido de que estos sueños no pasaran a través del holocausto.

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    1. No es mala idea, pero sospecho que muchos sueños juveniles no han pasado de intentonas y con frecuencia se han convertido en fracasos o frustraciones. Y lo peor es que encima lo justificamos volviéndonos un tanto monstruos.

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  5. Sobre "y algunos pocos interesantes": els llibres pesen, la lleugeresa és el que en retens.

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    1. La ligereza juega su papel y no siempre es tal y más en épocas de infancia en que lo más leve podía tener significados; no olvides el componente emocional y afectivo de las cosas (y de cualquier tipo de relaciones)

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  6. O el presentimiento de la debilidad, que nos cambia.

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    1. ¿Presentimos la debilidad porque nos conocemos? ¿O es más bien un factor sorpresa sentirnos desarmados ante circunstancias inesperadas que no podríamos valorar antes de experimentarlas?

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  7. Recuerdo, Fáckel, que publicaste este vídeo en otra ocasión. Con otro texto, claro.
    La nostalgia y la melancolía son territorios limítrofes cuyas fronteras, al ser tan irregulares, lo mismo deambulamos por uno que por otro. Del pasado cogemos lo que nos gusta, por eso siempre se dice que "cualquier tiempo pasado etcétera". Supongo que cuando más pasado llevamos acumulado, más lastre soportamos.
    En fin...
    Salu2.

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    1. En efecto, hay lastre, pero tenemos capacidad para hacer que ese lastre no nos impida dar los pasos adecuados a cada tiempo. Por eso prefiero hablar de acervo o bagaje, suena más moderado.

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  8. En el tejido múltiple de esta obra de Kantor una aprende a (de)morar-se.

    Chiloé

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    1. ¿Conocías la obra? El papel que juega Kantor moviéndose lateralmente en la escena, sin interferir en los actores es muy interesante. No está dirigiendo nada, los actores saben moverse perfectamente. Es el hombre mayor -una especie de actgor colateral- que está presenciando la clase y evocando la infancia finiquitada.

      Aprender a (de)-morar-se. Más interesante, Chiloé.

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  9. Creo que ponderamos demasiado lo que fuimos y de ahí la tentación de la nostalgia. Lo que es cierto es que, con los años, uno va teniendo más recuerdos y menos expectativas. Pero creo que normal que así sea.

    Un abrazo.

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    1. Obviamente cada cual sabe si debe exagerar más o menos respecto a los recuerdos del pasado. Supongo que quien abuse de esa tentación del recuerdo es porque la vida presente ha ido perdiendo sentido, se ha rebajado la expectativa de ilusiones o incluso se siente frustrado. Pero lo inevitable es regodearnos a veces en episodios vividos y no lo considero negativo. Mantener distancias es decisivo para sucumbir.

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  10. Recordar en la vejez no es malo si esos recuerdos son agradables, lo que también hay que saber hacer es descargar la mochila a lo largo de tu vida, de no ser así, te mata por aplastamiento si has llevado una vida intensa.

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    1. Incluso aun recordando lo negativo de nuestras vidas resulta útil para comprobar la capacidad que tuvimos de superación o de no haber perecido en su momento a las experiencias destructivas. Incluso tendemos a banalizarlas. En algún momento de nuestras vidas nos sentimos fuertes. La vida intensa -no reniego de ella- proporciona manifestaciones diversas, alternas e incluso enfrentadas, pero da perspectiva y conocimiento y al final concluimos: que nos quiten lo bailao. Naturalmente, conozco gente allegada que ha perecido en esa adicción a intensidades destructivas. No sé si el equilibrio es algo racional o instintivo, probablemente resultado de pensar y de escuchar al cuerpo.

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  11. Algunos llegan al final del camino con gran frustración debido a que descubren tarde lo bueno de manifestar sin filtro sus sentimientos positivos.
    Siempre das en qué pensar al pasar por aquí. Gracias

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    1. También te diré que hay tiempos a la carta. Cada individuo requiere sus tiempos y sus ritmos para comprobar la vida. Esto no se suele tener en cuenta. Tal vez ese sea un factor de por qué muchas personas no cogen el tren al mismo tiempo.

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  12. Contaba el propio Kantor, que "en el año 1971, vivía en un pueblecito de la costa que tenía pequeñas casas y un colegio con el aspecto más pobre de todos los colegios posibles -estaba abandonado y vacío y solo contaba con una clase-. "Podía mirar a través de los cristales sucios de las dos ventanas, ventanas miserables. Pegué la cara a la ventana y miré dentro de mi propia mente. En mi memoria trastornada era un niño pequeño, otra vez sentado en una pobre clase de pueblo. Su pupitre estaba rayado con marcas de cuchillos y mojaba sus dedos llenos de tinta para pasar la página de la cuartilla. El tanto frotar había hecho que los granos del suelo de madera fueran visibles. La clase tenía paredes blanqueadas y en la parte de abajo se desprendía la cal. Había una cruz negra en la pared. Hoy sé que hice un descubrimiento importante junto a esa ventana: me di cuenta de la existencia de la memoria."

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    1. ¿Cuántas veces al cabo de los días somos conscientes de la gran riqueza llamada memoria que junto con otro tesoro llamado conciencia justifica estar existiendo? En efecto, contaba eso Kantor. He vivido situaciones análogas y no me duelen prendas contar que en alguna de esas visitas a espacios del pasado me he puesto a llorar. No me preguntes por qué.

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  13. no te pregunto, porque lo comparto.

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    1. Nunca se debe subestimar el ámbito emocional de los individuos, todos habitamos afortunadamente en él.

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  14. Los años traen pocas cosas buenas, una de ellas es la perspectiva. Comprendes que las cosas que te indignaban, las peleas que no podías rechazar eran, en realidad, bien poca cosa coom para emplear tanto esfuerzo.

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    1. No es moco de pavo la perspectiva, en efecto es de las cosas buenas que nos traen los años: en la distancia podemos comprobar significados- Y entenderlos, a pesar del esfuerzo y la batalla cotidiana por no sucumbir.

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  15. Quizás por eso cuando estás en pareja y es duro e irreflexivo las madres dicen, -aguanta, cuando sea viejo se calmará- y mientras ¿toca apañarse?.
    La mochila a veces guarda cosas innecesarias,.

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    1. Sí, esa es una de las cargas innecesarias en la mochila, probablemente. El portador debe decidir para que no repercuta.

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