Hacía tiempo que Marzo no se ofrecía, así de entrada, con un rostro tan trágico. El nombre Marzo viene de Dies Martis, según Joan Corominas en su Diccionario etimológico de la lengua castellana.
Marte, adaptación romana de Ares, el Dios de la Guerra de los griegos. Entre el antiguo calendario tradicional de las labores del campo y el de los tiempos modernos en que Marzo es un mes más, pero no cualquiera, que va a depararnos el equinoccio, es decir, la primavera, este 2022 se ha colado con su rostro más extremo y peligroso. Como queriendo honrar a la verdadera encarnación de aquel dios antiguo, se presenta con la reciente invasión rusa de un país, Ucrania, y desatando por lo tanto la guerra cruel y pavorosa.
La situación puede tirar abajo un refrán típico: Marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo hermoso, que cita Gonzalo Correas (1627) O al menos desplazar el pensamiento empírico al uso. No sé si la situación climática se llevará a efecto literalmente, pero como metáfora arde.
Los vientos agresivos han llegado en vísperas y no se puede saber lo que durarán. Tal vez no haya ni mayo ni junio ni demás meses hermosos, a tenor de la furia desatada por quien quiere recuperar viejos territorios de los zares. O acaso la medida prevista por el agresor dé un paso atrás. Sospecho que ni las oraciones al dios monoteísta sirvan para detener la barbarie. ¿Será un pulso entre dioses? Pero las víctimas, como siempre, son los mortales. Pero las consecuencias no son para el Olimpo ni para el Cielo, sino para la Humanidad en sus diversos territorios implicados. Pero la dimensión de una guerra desmesurada y letal, en que las potencias disponen de los armamentos más mortíferos que los hombres hayan jamás desarrollado, despliega sus alas como el maldito ángel exterminador que acaso no salve a nadie.
Imploro una solución pacífica cuanto antes con un refrán de mi invención: Marzo, abrevia tu intención y pasa de rondón.
(Representación escultórica de Marzo, obra de Benedetto Antelami o del Maestro de los meses, en el baptisterio de la Catedral de Parma. Finales del siglo XII)
Veremos como terminamos, espero que no sea en forma de seta.
ResponderEliminarSaludos
No estoy muy seguro, pero de cualquier modo los efectos nos van a llegar a todos. Y tenemos sociedades -la nuestra no te cuento- bastante ciegas, con unas calidades en la oposición política francamente turbias y peligrosas.
EliminarDeseemos que sea como tu refrán y lo ventoso se lleve los aires de guerra.
ResponderEliminarPues u otros vientos llegan y soplan para desplazar a los presentes o no sé si marzo seguirá siendo durante meses o...Deseo equivocarme en mis temores, pero ya sabes que el temor, como inteligencia emocional que es, no se atiene fácilmente al razonamiento.
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ResponderEliminarEsperemos que los hombres de la guerra, no sean tan torpes e insensatos... De hecho, ya son criminales.
Por la Paz.
Cuando hablamos de paz, ¿a qué paz nos estaremos refiriendo?
Eliminar¿Recuerdas cuando Franco montó aquel numerito de los 25 años de paz? Un amigo mío la llamaba la paz de los cementerios.
Ingenioso pareado, aunque los “idus” anden cerca y pretendan disfrazarse de cierta tranquilidad!
ResponderEliminarTienes razón, los idus también se disfrazan, pero la realidad es sumamente cruda. Es un pareado demasiado banal, mientras lo que está pasando es trágico.
EliminarNo sé, a Julio Cesar le asesinaron en los idus de Marzo, y a la paz en Ucrania también.
ResponderEliminarVamos a presenciar la destrucción de un Estado. Los rusos querrán sustituirlo por otro. Sospecho que es el principio de algo más grave.
EliminarQué historia la nuestra, tan llena de guerras. Qué culpa tendrá el pobre marzo...
ResponderEliminarQue llueva. Que se haga la paz.
En efecto, nos guste o no es Historia. Ya la Ilíada lo contaba con detalle.
EliminarMarzo no tenía culpa tampoco cuando al dictador lo asesinaron los del complot del Senado (SPQR, ya sabes)
Puedo apoyar los deseos, pero no me creo ni que vaya a llover.
Dicen que todas las historias de amor acaban mal porque acaban, siguiento tu ilustre ejemplo de crear refranes aporto mi pequeña reflexión: todas las guerras empiezan y acaban mal porque empezaron
ResponderEliminarUn proverbio vasco decía: Las guerras no traen nada bueno para nadie.
EliminarDixit: "Sospecho que ni las oraciones al dios monoteísta sirvan para detener la barbarie."
ResponderEliminarDe momento los ministros de ese dios que mencionas, en su versión "patriarcas ortodoxos rusos" dicen de Putin que es un milagro de dios. Así que por ahí yo no albergaría muchas esperanzas (ni margaritas, ni lolas)
Uf, menudo clan, ya supo Putin articular lealtades, a cambio de prebendas y favores, supongo, revitalizando aquellas Iglesias. El agente KGB ha ido pasito a pasito desde hace años y el pueblo ruso, que siempre ha adorado autocracias (el que no adoraba iba al gulag ya desde tiempos de Lenin, no engañarse) ha ido dejándose llevar.
EliminarTambién el otro patriarca de la ciudad aeterna ha hecho sus inservibles declaraciones. Pío XII también las hizo en los años 40 del siglo pasado y la sombra de la complicidad está ahí.
Qué tristeza, ojalá tu refrán sea agua de mayo. Seguimos sin aprender nada.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Como solo puedo responder de mí te diré que me da una enorme vergüenza saber tan poco (además de vergüenza también dolor)
EliminarFackel, tendría que ser el 2022 entero el que pase de rondón. Entre la pandemia y las guerras a ver como acabamos.
ResponderEliminarSalud y paz de espíritu para estos días aciagos.
Buenooooo, si seguimos así...Ocurra lo que ocurra estos días hemos entrado en un tiempo mucho más incierto que el que ya había.
EliminarSalud y sensibilidad.
Para mucha gente -al menos de Ucrania- ya no habrá esa vida normal. ¿O solo hablamos de nosotros?
ResponderEliminarMarço a porta de entrada da Primavera...mas os ventos trouxeram os tambores de guerra....E o Mundo está suspenso... não respira...
ResponderEliminarE, sim, estamos mais frágeis...
Beijos e abraços
Marta
En el futuro ni la primavera va a ser como antes -se anuncian grandes sequías y más grados de calor, por el efecto del cambio climático- ni en el sentido político, social y económico. Si no se corrige el rumbo todo va a ser muy diferente. Incluso esa estación tan idealizada llamada Primavera. Preocupación total.
EliminarObrigado, Marta.
Tema recurrente el de Putin, pero es difícil pasar de largo del genocidio que está llevando a cabo en Ucrania.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Cómo no ser sensible con la agresión y más teniendo en cuenta las repercusiones internacionales que nos van a alcanzar a todos. Salud y reflexión.
EliminarEl dios de la guerra a recogido los vientos supuestamente purificadores para lanzarlos con ira sobre unas tierras desobedientes para con el gran zar, señor de las estepas.
ResponderEliminarO sea, un dios cómplice, bendecido por la ortodoxia rusa (no olvidemos las prebendas y devoluciones obtenidas del poder los últimos años) De pena, Alfred.
Eliminar¡Totalmente!
EliminarAunque es una historia que nos recuerda otras más cercanas. A los que queremos mantener memoria de lo acontecido en el pasado, claro.
EliminarEs bueno conocer la historia para aprender de ella lo que es mejor en nuestro presente y evitar repetir errores. Cosa que evidentemente no sucede.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Solo que comprender el pasado con criterios de nuestro tiempo tal vez tampoco nos saca de dudas. Aunque siempre sea bienvenida la información, el conocimiento. Seguimos tropezando en análogas piedras.
Eliminar"Vientos de guerra" es deia una sèrie que feien quan jo era petita, m'hi has fet pensar. El vent hauria de ser exclusivament de l'art, de la poesia.
ResponderEliminarNo recuerdo haber visto esa serie. Pero no olvides que los vientos metafóricos como los reales soplan en el planeta como una constante desde el principio de los tiempos.
EliminarPor otra parte piensa que hay mucho arte plástico, mucha literatura y poesía que se desarrolla en torno a motivos bélicos. Piensa en la Ilíada, como texto paradigmático, o en cuadros de todos los tiempos en que se ensalza al gobernante triunfador sobre sus enemigos.