"El conjunto de pinturas de la Quinta del Sordo constituye sin duda el más sobrecogedor del arte español, siendo también uno de los ejemplos de expresividad más significativos y extremosos de la historia del arte, anticipándose de forma magistral a conceptos expresivos que solamente en nuestro siglo tendrán verdadera ejemplificación. Son, además, uno de los pocos ejemplos. quizá el único hasta el advenimiento del siglo XX, de una pintura hecha para sí mismo y no para los demás. Fueron realizadas por el pintor para el pintor, para vivir rodeado de ellas, y no para ser mostradas y comunicarse con ellas. Es precisamente su carácter especialísimo de inutilidad social, egoísta y personal, lo que les confiere su aura de autenticidad liberatriz; fueron -y lo continúan siendo- libertarias ya que no habían sido condicionadas por el juicio ajeno, ni destinadas a ser juzgadas, admiradas y comprendidas. Constituyen una isla aparte en la historia del arte: no concuerdan ni siquiera con el arte por el arte, sino con el arte para sí mismo. No fueron destinadas más que a su propio destino.
Si estas pinturas nos parecen tan importantes, al margen de su expresividad, sin concesiones, premonitorias de la 'mirada cruel' contemporánea, es justamente porque fueron pintadas con urgencia, obedeciendo quizá al oscuro objetivo de dejar un testamento plástico: de aquí su extremada y virulenta franqueza, marginal y precursora. Solamente el arte del siglo XX pudo liberarse, con dificultad, de aquello que para Goya constituyó ejercicio verdadero, paralelo, llevado en la oscuridad y en la soledad, por encima del bien y del mal, descubriendo para la obra entera aquello que solamente, con anterioridad, afloraba en el fragmento o en el boceto. Goya nos mostró, quizá, cómo hubiera siempre pintado -y cómo otros pintores también lo hubieran hecho- sin que mediara el encargo, la tradición que normalizaba, el poder que exigía, así como los propios condicionamientos históricos de una época".
Antonio Saura, El perro de Goya. Casimiro libros, Madrid 2013.
(Imágenes: cuadro Dos viejos comiendo, pintura negra de Francisco de Goya en la Quinta del Sordo, hoy en el Museo del Prado; autorretrato de Goya; fotografía de Antonio Saura)
Es de lo que más me apasiona en el Prado. Sale el humor aragonés ese tan negro. Y ese pesimismo que devora.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por compartir.
Pues desconozco el humor aragonés, pero Goya supera orígenes y destinos. No hay ningún aspecto de su obra que no sea apreciable. Pro en las pinturas negras el pintor ejercitaba un desquite total con la vida, la sociedad, el tiempo en el que vivió, el país que habitó y los amores que cundió.
EliminarMe ha parecido un texto el de Saura muy ojo clínico, no en vano es otro pintor salvaje.
Años ha vi en los bajos del Museo del Prado, las 14 pinturas de la serie negra de Goya, y es como dices, impresionante, sobrecogedor.
ResponderEliminarSaludos.
Absolutamente, pero ¿qué no hay sorprendente, admirable y profundo en la obra de Goya? Ver su obra en el Prado -como la de otros pintores, por supuesto- es dejarse llevar por lecciones de Historia de España, de sentimientos, de emociones y de reflexión sobre el caos que habitamos, aunque no nos guste reconocerlo.
EliminarEsa ha sido desde hace mucho, mi línea personal de pensamiento sobre el arte. Si algo lo sublima de forma muy especial es su inutilidad. Un ceramista japonés (lamento no recordar su nombre) decía: "Alcancé mi madurez artística, cuando dejé de hacer cuencos y teteras y en su lugar empecé a realizar objetos que no servían ni como pisapapeles". Aunque no garantizo la fidelidad de la frase, este maestro, alineado con el movimiento Zen, decía que nadie era capaz de alcanzar la perfección con la que la naturaleza hace un canto rodado del rio.
ResponderEliminarEl texto de Saura, que viene en un librito que no tiene pérdida, viene a cuenta del comentario y observaciones que hacías en la entrada de Fragmentos de un pintor ignoto. Saura lo expresa mejor que yo mil veces y a través de la obra de Goya, cuyo famoso perro que asoma la cabeza le obsesiona, profundiza en la libertad íntima y fuera de compromisos y precios de un artista.
EliminarPrecisamente porque las pintó para él reflejó de forma fehaciente la realidad de la época que le tocó vivir, una época que sigue y sigue y sigue hasta la fecha, es nuestro sino.
ResponderEliminarSaludos
La obra de Goya es pura y descriptiva Historia de nuestra sociedad, costumbres, vicios y desastres que nos han acompañado tradicionalmente. Estoy en tu onda.
EliminarLas cosas hechas para uno mismo, tienen un cariz que de personal traspasa la frontera de la comprensión ajena.
ResponderEliminarIndudablemente, y eso es sinceridad, aunque un artista -como un pensador o literato- corra el riesgo de no ser comprendido.
EliminarGoya, impresiona en cualquiera de sus modalidades, pero las pinturas negras tienen algo especial que toca al observador.
ResponderEliminarEl cuadro del perro, me desconcierta como ningún otro.
No es un simple perro, el perro es algo más, tal vez el pintor mismo que se asoma a su tiempo, porque la vida es siempre asomarse a un tiempo determinado, ¿pero quién te dice que Goya, que había hecho tantos retratos e incluso autorretratos, no se retrata mejor en ese perro?
EliminarMuy bueno ¡
ResponderEliminarMe has hecho darle vueltas a un asunto sobre Goya.
Un abrazo
Nunca hay que dar vueltas en torno a Goya. Goya está en el eje personal de nosotros. El que no haya descubierto todavía su dimensión y cómo se nos traslada, ¡que espabile!, porque el que lo ignore es que cree vivir en otro planeta. Pero no.
EliminarRecuerdo que en mi ignorancia ni saia de estas pinturas cuando entre en la sala del Prado, Impresionante. El texto es excelente. Un abrazo
ResponderEliminarNos ha pasado a muchos. Pero una vez que descubres a Goya te persigue toda la vida. Además las pinturas negras se anticipan en un siglo a lo que muchos pintores ya muy liberados practicaron. Ahí tienes todo el expresionismo del XX.
EliminarHay diversas teorías sobre las pinturas negras de Goya.
ResponderEliminarQue reflejaron su mundo interior. Que eran las plasmación del inconsciente colectivo de la época. Que se sentía mal emocionalmente y las pinturas fueron una especie de catarsis para él y... que tuvo acceso a rituales y secretos que practicaba la nobleza y debió guardar silencio, pero a través de sus pinturas le fue posible dejar testimonio para las futuras generaciones.
Nunca sabremos con certeza el significado absoluto de estas pinturas negras, pero sí podemos experimentar al verlas un sentimiento de admiración por su genialidad y una conexión con mundos de difícil acceso.
En fin... un ámbito apasionante el de estas pinturas negras y el de la vida y obra de Goya en general.
Tal vez haya algo de eso que se dice, pero no de todo. Y ciertamente, no es fácil saber todos los significados implícitos. ¿Quién no los tiene en su propia existencia y con carácter onírico o simplemente obsesivo? Estoy indagando en el tema así que poco más puedo decir ahora.
EliminarYa sabes que lo raro, lo que se sale de la convención y admitido generalmente es siempre incomprendido. Allá cada cual. ¿Y cuando una obra ajena, sea plástica o literaria, de otros sirve para comprenderse el receptor a sí mismo? Eso hace de gran dimensión la obra y de profundidad. ¿Qué más podríamos pedir?
ResponderEliminar...Goya, te atrapa, te ipnotiza. A mí, me atrapó de una manera especial, y sin comprender nada, de muy pequeñaja. Casi un misterio, podría decirse.
Mi madre tenía en mi infancia una reproducción de un cuadro de Goya, el del juego de la gallina ciega. Entonces me parecía algo convencional. Hoy lo miro y se ve la maestría ya en el autor, el sentido de la perspectiva, su interés colorista y costumbrista. Tuvo distintos tiempos y objeto de pintura. Qué lejano parece este cuadro de la gallina ciega de las pinturas negras, parecen dos pintores diferentes, incluso opuestos. ¡Eso es arte! Evolucionar.
EliminarMe alegra que compartamos gusto por Goya.
Por cierto, La gallina ciega es un libro de Max Aub, un autor español importante pero conocido por minorías. Ya sabemos que los españoles somos muy ingratos con nuestros autores, y mira que hay.
Eliminar...Fíjate que la reproducción que había en casa, era del cuadro 2 de mayo.Yo lo miraba y miraba cada día, durante mis años mas tempranos, sola o con Pablo, mi hermano que me contaba lo que representaba. Y también me recitaba un romance sobre la vida de Goya de niño, de como aprendió a pintar.(por cierto, tengo que encontrar ese romance, que yo había aprendido de memoria,enterito).
Con el cambio de casa, de país, el recuerdo del cuadro deapareció de mi vista, pero volvió años después, casualmente: Mi primer hijo nació, el día 2 de mayo y aunque el cuadro ya no estaba, la fecha, lo devolvió al recuerdo, que ahora vuelvo a recrear cada año, clarísimo en cada detalle.
Ya vesque curioso, no?... Yo, que entiendo tan poco de pintura...
No conozco ese romance.
EliminarHay dos cuadros de gran tamaño, uno La carga de los mamelucos del Dos de Mayo (resistencia cuerpo a cuerpo contra el invasor) y otro Los fusilamientos del 3 de Mayo, a cual más contundentes. Probablemente, junto con las Majas, son los cuadros que más atraen a los visitantes del Prado. Sería una reproducción de uno de los dos lo que teníais en casa. Pues tema duro para una pared y la visión infantil.
Una desconocida que dice entender poco de pintura...me cuesta creerlo.
...Solo recuerdo que era un poema que hablaba de un niño que pintaba sobre una teja y terminaba en "...Goya y LUcientes".
EliminarHe buscado, pero...
No te preocupes, simple curiosidad, Soco.
EliminarNão sei muito sobre Goya... mas acho que há sempre um lado obscuro sobre o qual pouco ou nada sabemos. Contudo, creio que esse lado obscuro permite-nos entender melhor a época.
ResponderEliminarInteressante como sempre.
Beijos e abraços
Marta
Estás a tiempo de descubrir e interpretar a Goya. Es un pintor universal. Puedes buscar por internet o ir a visitar el Museo del Prado en Madrid. Saúde, Marta.
EliminarPensaba que todos a nuestra manera quisiéramos mostrar nuestra pasión, nuestra rabia, nuestro miedo, la luz o la oscuridad que nos invade cuando creamos. Seguramente Goya fue verdaderamente libre pintando para si mismo en esa forma críptica (para mi al menos) pero que no deja de impresionar. Seguramente la época, la vida que llevaba o que le tocó vivir lo llevó a permitir salir todos sus ángeles y sus demonios. Saludos Fackel.
ResponderEliminarLo expones bien. Su época, y no te digo el país, fue muy conflictiva y tuvo que sortear dificultades. Su obra expone lo que vio. Sus pinturas negras además exponen lo que él veía mejor que nadie con un prisma muy personal. Aunque parezca críptico su obra reclama.
Eliminar"pesimismo que devora" así las siento, tal como bien lo dice Albada. Golpean.
ResponderEliminarCon setenta y tantos años y habiendo visto ya tanto, y de un carácter crítico y liberal como el de Goya ¿qué cabría esperar? Y poco después el exilio huyendo de la monarquía absolutista. No creo que Freud hubiera dado con las claves de estas pinturas, si es que las hubiera conocido.
EliminarProbablemente vivía un momento muy oscuro, su perspectiva es demoledora.
ResponderEliminarPor supuesto. Pero lo que nos parece demoledor a ojos ajenos para él seguramente fue una catarsis. Tendría necesidad de expresarse de ese modo. Y eso le honra y además es irrenunciable. Y de paso nos transmite a todos algo más que su estado de ánimo, de visión general del país y de la vida, del sentido del arte y de las exigencias personales, pero cada cual debe dejarse llevar. A mí me parecen fascinantes. Un arte avanzadísimo para su tiempo. No me extraña que Yves Bonnefoy, poeta, escritor, ensayista y todo eso más que un hombre que indaga puede ser se sintiera fascinado por su obra.
Eliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Yves_Bonnefoy
Cuando cito a algunos paisanos aragoneses ilustres, siempre se halla Goya entre los primeros
ResponderEliminarSaludos cordiales
Hay aragoneses de origen que luego cundieron por otras partes, tal Goya y más recientemente Buñuel, sin olvidar a Ramón y Cajal, que aun naciendo en un pueblo perteneciente administrativamente a Navarra en realidad es un enclave aragonés. Pero, ea, me sabe mal citar nombres porque hay muchos más. Seguro que tú harías la lista mejor que yo. ¿Crees que iba a olvidarme de Labordeta? Por cierto, seguro que en el reino árabe de los Banu Hud de Zaragoza hubo eminencias. Uf, me he ido del tema.
EliminarDoncs aquest "sin que mediara el encargo" em fa pensar en l'obra que fan els dissenyadors quan no treballen per encàrrec, que normalment no val la pena.
ResponderEliminarNo entiendo bien si te refieres a que lo que hacen los diseñadores si no es por encargo no vale la pena o tiene otro sentido.
EliminarSí, vull dir que no acostuma a tenir valor, quan no és per encàrrec. Hi posen tot el que normalment es reprimeixen de posar-hi.
ResponderEliminarSupongo que el encargo tiene sus exigencias y produce un determinado tipo de valor (fundamentalmente crematístico) Pero hay otros valores.
EliminarFáckel:
ResponderEliminaren verdad reflejan la crudeza de la muerte, de la vejez, de la sociedad, de todos los miedos.
Dan escalofríos verlas.
Salu2.
Pero nos acercan a realidades profundas e inevitables, Diego. Esa es la grandeza de Goya.
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