jueves, 23 de diciembre de 2021

Dans le Métro (Serie negra, 58)

 


Conocí a Lise junto a la taquilla de la estación de metro de Goncourt. He perdido el monedero, ¿me pagarías el billete? Un acto de desparpajo por su parte. No veo por qué no, le respondí divertido. El tren llegaba en ese momento. Corrimos. ¿También vas a Lilas?, me atreví. Rezumaba juventud y yo entonces era tan sensible al clima de primavera. También, dijo. Vengo de posar, ¿sabes? Estábamos acostumbrados al movimiento oscilante de aquellos trenes, pero a veces daba miedo. Lo ordinario era tener que sujetarnos fuerte a una barra para no darnos un coscorrón. ¿Posar para un artista, dices? Para ella debía ser natural hacer confidencias a un desconocido. Se puede decir que sí. Es un fotógrafo que hace cosas interesantes, y si las hace es artista también, ¿no? No me cabe duda, le respondí. Yo esperaba que de un momento a otro se interesara sobre mi actividad o por el objeto del recorrido que hacía, y me puse a pensar si decirle la verdad o inventarme una historia. Pero no preguntó nada. Siguió su propio tema. Puedo posar para lo que me pidan. Para anuncios, para pintores, incluso para el cine. Eso puede ser muy interesante dada tu juventud, la animé. Pero no me gusta, cortó Lise. Los que realizan las pruebas son pegajosos. Quieren enseguida quedar contigo y te hacen propuestas incómodas. Eso sí, a cambio te prometen que intercederán por ti, y hay otras chicas que no dudan en morder el anzuelo. ¿Tú no?, se me escapó. Oh, perdona, no quise ser indiscreto. No, no, dijo, y sentí alivio. Haces bien en preguntarme. Me gusta las personas que vienen de frente. Hasta ahora, ¿sabes?, no he picado, pero quién sabe, hay mucha competencia en el mundo de las modelos y sería falsa si negase que puedo sentirme necesitada de pasar por ciertas inconveniencias. De momento huyo de ellas. Afirmé con la cabeza en un gesto moral que pretendía reconocer su valor. Bien debido a que coincidía la hora de salida del trabajo o por algún evento el caso es que el vagón se fue llenando de gente. ¿Ves?, dijo aproximándose a mi con una voz muy tenue. Tampoco me siento cómoda cuando esto se llena. El tono suave y cadencioso que ponía al hablar tan bajo me hacía verla de otro modo. Era como que me concedía una extraña familiaridad, algo poco usual en una ciudad en la que hasta los conocidos se desconocían. Sé protegerme de sobra, cuchicheó, pero hay días en que una tiene que pelear, manteniendo cierta clase por supuesto, con los aprovechados que te buscan. Algunos hasta se incrustan prácticamente en mi espalda, y no siempre hay hueco para apartarme. La sentía tan cercana que me preocupó que ella pensara que yo también era uno de esos. Se lo dije. No he pensado eso de ti; además en cierto modo busco que se crean que somos pareja y así no se les ocurrirá intentar nada. ¿Y si se me ocurre a mí?, reí bajito a la altura de su oído. Lise fue cómplice de mi risa. Sería un buen argumento para sentirme todavía más protegida de los desconocidos. Pero yo soy un desconocido, no lo olvides, precisé. Lo eras antes de entrar al metro. Además estoy en deuda contigo. Por el billete, porque me has escuchado y ambos nos dirigimos a Lilas. Lo casual también cuenta. Razón suficiente para fiarnos mutuamente. ¿Qué tenía aquella mujer que su manera de conducirme con la palabra tiraba también de mi apagado deseo? Un movimiento brusco del tren nos inquietó a todos los viajeros. Ella parecía controlar el ejercicio rápido de otros cuerpos por adaptarse al equilibrio. Este es uno de esos momentos peligrosos para una mujer, susurró. Tengo conocimiento de causa. Sentí su aliento tan próximo que me inquieté. ¿Y si nos bajamos en una estación anterior, en Télégraphe por ejemplo, y nos tomamos un café?, propuso. Su mano de violinista se posó con fuerza instintiva sobre la mía. Como si no hubiera más sitio donde aferrarse en aquellos soportes tan concurridos. La retuvo. Abrasaba. Recuerda que no tienes dinero, reí. Pero tú sí, saltó con picardía. Entonces con la otra mano sacó de entre la chaqueta de punto que llevaba arrebujada mi cartera. No reaccioné. Su extrema habilidad y cuanto me había contado, que no había tomado por mera palabrería, me hechizaban. A punto de detenerse el tren me rozó con el estigma de su torso enhiesto. No te separes, suplicó. Este es el peor momento. Me agarró la mano y tiró de mí hacia el andén.  Así fue como empecé a saber de Lise, la chica que iba a Porte des Lilas. 



(En la fotografía Anaïs Nin)

42 comentarios:

  1. Independentemente do texto que gostei de ler, passo a fim de deixar Votos de um FELIZ NATAL, extensivo à família e amigos/as.
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    Cumprimentos
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    Pensamentos e Devaneios Poéticos
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    1. Y un saludable estar libres del virus. Sin salud no hay ni fiestas ni obligaciones. Salve.

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  2. Una mujer así debe parecer sobrenatural. Inocencia y desparpajo. Tan pícara y tan ingenua al mismo tiempo. Curiosa combinación.

    Que siempre haya encuentros fortuito con desconocidos.

    Un abrazo

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    1. ¿Sobrenatural? No sé, pero haberlas haylas con esas características. Las he conocido.

      Qué buen deseo el que expresas en ese renglón, Ana.

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  3. 'Lo casual también cuenta', y mucho...
    Me encanta, rezuma sensualidad.
    Fantástica en la foto, Anaïs Nin
    Gracias mil

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    1. Ay lo casual. Creo que sin el factor casual no estaríamos ni uno de nosotros en este mundo. Luego hay casualidades sobre casualidades y a su vez incluso sobre más casualidades, pero sería entrar en el desarrollo de muchos testimonios. Seguro que tú conocerás algunos.

      Anaïs Nin fue un personaje muy pero que muy curioso, fácil que hayas leído alguno de sus Diarios. Pero para sensualidad descarada su Delta de Venus.

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  4. Al bajarse luego él diría: bendita hora punta.
    Saludos y felices fiestas.

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    1. Pues porque ella quería algo más que su cartera. Si no: maldita hora punta y maldita...

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  5. Relato pícaro con un final por adivinar.

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  6. Fascinante la mujer de relato. Cuyo nombre francés combina bien con su personalidad, un tanto desvergonzada. Y que interesante que sea una modelo de dibujo, pintura, fotografía, etc.

    Y que esté tan confidente con el narrador personaje. Hay algo fascinante en las modelos de arte (He estado en algún taller de modelo vivo). Casi que entiendo los deseos de esos artistas, que ella menciona. Aunque no sé si es el método correcto para seducir a una musa. Aunque ella parece considerarlo.

    ¿Qué atractivo tiene el personaje narrador, para que Lise le haga tantas confidencias, parezca tan interesada en él? Y parece que sólo es el principio.

    Buena idea usar una imagen de Anais Ning, busqué en wikipedia, para ilustrar tan interesante relato.

    Saludos.

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    1. Creo que la proximidad entre artistas y modelos propicia acercamientos más condescendientes, ¿no? En muchos casos no será para tanto y en algunos para todo lo posible. Dependiendo del mundo emocional de unos y otros. Lo peor: aprovecharse del oficio por parte del contratante para ligar, claro que si hay acuerdo mutuo nada que objetar.

      El hombre no sé si tiene atractivo en principio. Ella buscaba con sus confidencias despistarlo para lograr un botín monetario. ¿Le contó la verdad o era una patraña verbal todo? Y luego cae en otra tentación...hum, no sé, yo también estoy confuso.

      Nin, no la achines.

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  7. Ir de frente y equilibrista. Llegarán lejos.

    Felices fiestas, Fackel.

    Un abrazo.

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    1. El funambulismo amoroso es de harto riesgo, sin duda. No sé si llegarán lejos en horizontal o en caída en vertical.

      Salud y bien llevar, Rita.

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  8. Aprovecharé estos días de paralización para montarme mentalmente en trenes o buques, por si encuentro desconocidos que vivan historias imaginarias. Agradezco tu lectura, MCarmen.

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  9. Un texto muy bueno, sin apenas incidencias, pero cuajado de signos de bue augurio, y una promesa final

    Descansa, disfruta y vive. Feliz Navidad

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    1. Como el solsticio: parece no haber incidencias, pero se fraguan en el subsuelo.

      Habrá que procurar descansar y estar a bien con los próximos, sin duda, A.

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  10. Me encanta esta fantasía parisina. Una fantasía muy real cuando uno se siente solo en París.

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    1. Esas fantasías se dan reales de vez en cuando. No es probable siempre pero sí posible. Gracias, Josia, por tu opinión.

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  11. Simpático y descaradamente atractivo. Muy propio para estos días, de casi pensamiento único.
    Te desenvuelves genial, en cualquier registro. Egunon,lagun.

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    1. ¿De casi pensamiento único? A ver, que lo coja...Ah, sí, te refieres a las fechas obligatorias.

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  12. Seamos buenos sacando dentro de nosotros el virus que todos tenemos. Sanemos a la humanidad . Unamos los corazones pidiendo perdón por lo que hicimos y renaciendo de cenizas, volvamos a ser recién nacidos de nuevo

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    1. Huy, que la humanidad somos miles de millones, yo no me atrevo a sanear ni al vecino de al lado, suponiendo que tenga que sanearlo. ¿No sería mejor asumir responsabilidades y dialogar?

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  13. Nunca he creído en casualidades. Creo en causalidades.
    Nada se da porque si, para todo una explicación.
    También la habrá para esta fantasía
    Buenas Fiestas

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    1. La casualidad es llamada así porque no tenemos explicación a veces de la coincidencia o convergencia de tantos actos y factores, no tiene por qué estar reñida con lo causal. Ya digo, en gran parte de las cosas, actos o circunstancias no tenemos explicación, pero no desesperemos.

      Que no decaigan las fantasías si lo real no nos gusta o nos satisface.

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  14. Tus relatos son excelentes. Según iba leyendo se me iba colando en mi cabeza cada movimiento descrito en el relato como si fueran fotogramas...

    A veces en esta vida de idas y venidas, también en metro, puede suceder que dos vidas paralelas se encuentren un día cualquiera de un año cualquiera porque sus líneas temporales de vida coincidan en el mismo punto de un espacio... Y en una estación de metro hay suficiente afluencia de personas como para que ello suceda... y, a veces, de esas coincidencias surgen amistades y amores que tienen su propio desarrollo sin necesidad de buscarles explicación...

    El relato, también, a través de la experiencia y confidencias de Lise, pone de manifiesto el tema de los abusos que se dan en determinados ámbitos (modelos, actrices... productores, directores; y en determinados transportes concurridos o repletos de gente) mostrando las diferentes respuestas que pueden darse frente a tales vicisitudes y cuál es el peso de las circunstancias que las condicionan...

    Cuando la casualidad o la causalidad, ¡quién sabe!, junta a dos personas que vibran en la misma frecuencia en un punto del espacio-tiempo, las probabilidades de que el encuentro continúe como se muestra en el final de tu relato aumentan considerablemente... Porque el narrador dice: "Así fue como empecé a saber de Lise... A mi humilde entender ese "empecé" es una declaración implícita y subliminal de continuidad (aunque tal vez me equivoque...)...

    Felices Fiestas con salud y bienestar.

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    1. Quien dice Metro dice tren de cercanías o larga distancia o un vuelo, por supuesto. De algunos viajes han nacido amistades y aproximaciones o bien simplemente se han quedado en encuentros efímeros y gratos, sin más.

      Los abusos: están ahí y como nos suele contar la prensa por denuncias efectuadas suelen estar presentes en muchos órdenes de la vida. No es un tema de ahora, ha existido siempre y en otros tiempos se trataba de chitón. He oído contar que en mi ciudad hace décadas hubo de un personaje que tenía facultad para conceder viviendas subvencionadas, de aquellas que el régimen franquista concedía, y que pedía favores de algunas mujeres con la promesa de conceder a su familia la vivienda. Ya digo que eso se iba diciendo.

      Por otra parte está el abuso de los lugares de masificación. En novelas de autores egipcios actuales que he leído se cita mucho en boca de personajes femeninos la necesidad de evitar los autobuses o ciertos lugares donde se acosa descaradamente a una mujer.

      Anaïs Nin, en uno de sus relatos eróticos de "Delta de Venus" fantasea sobre una situación en que en el Metro de París un hombre acaricia hábilmente el sexo de una mujer y esta se entrega, sin que en ningún momento, debido a la altura del hombre, ella vea su cara. Pero ya digo que es relato erótico, aunque el trasfondo indica que en los tiempos en que Nin escribió aquello debía darse con cierta frecuencia el asalto.

      Sobre la declaración final explícita y acaso subliminal no sé decir nada pero entiendo que tu sagacidad es estimulante.

      Salud y bienestar: la mejor pascua sin hacer la pascua.

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  15. No sé si tu que lo has escrito sabes la solucion, pero si no, te la cuento (es coña solo es mi elucubracion): Ella le echs el ojo a él antes de pedirle que le pague el billete. El motivo es que le gusta, y él no destaca por nada en particular, ni parace demasiado boyante. Durante rl viaje, él no hace ni dice nada que pueda hacer cambiar de parecer a ella, y pasar de querer robarle a querrer enrrollarse. O sea que es algo fisico pero eso no se sabe qué es, pero ella sí que lo sabe. La curva de la nariz, una mancha blanca en el rojo de los labios, las venas de las manos... no sé sabe.
    Y yo venia, como el primero, solo a felicitar la navidad, pero me has puesto esa foto y he tenido wue leer , y luego
    buscar una explicacion al texto y luego comentar
    Asi que felices fiestas fackel

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    1. Pues por qué no incorporar todas esas sugerencias argumentales al relato, ahora si ella le echa el ojo a él antes de pedirle el billete es porque ya le conoce de antes y eso le ha permitido crearse ilusiones sobre él y entonces prueba con una estratagema que puede resultar o no, pero París bien vale una misa, que dicen que digo el hugonote Enrique en busca de su reinado y ella sabe que debe coronar su gesta...ni se sabe.

      Pues por aquí andamos, uno no es de fiesta ni diós que lo fundó que decía el castellano antiguo, y a punto estoy de celebrar el evento mítico yéndome a dormir. Salud, pues, y dormir a pierna suelta.

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    2. Nooo... no hay que incorporar nada. El relato es como es. El lector ,si quiere, tiene que rellenar los huecos, no darlo todo mascado. Menos el final, al menos a mi no me gustan los fonsles abiertos. Parece que no se sabe como acabar, o que se quiere contentar a todos , abarcando todos los finales posibles.

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    3. Los relatos no son como la vida, sino como los sueños. Y los sueños, ¿tienen fin?

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  16. Vaya cuento para recibir al sol invicto, es todo sensualidad, la muchacha tiene un desparpajo que enamora, la perdonamos hasta su ligereza de dedos, y el protagonista creo que ha quedado enredado en su encanto. Una historia para seguir imaginando.
    Salud,paz y buena digestión.

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    1. Visto cómo está el panorama en muchos aspectos debemos imaginar, fantasear y hacer honesta ficción para no sucumbir. Sí, que tantas cosas no se nos indigesten, Ángel.

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  17. Leí todos los "Diarios" de Anaïs Nin. Me gustaron mucho.

    Un abrazo

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  18. Leí todos los "Diarios" de Anaïs Nin. Me gustaron mucho.

    Un abrazo

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  19. M'agrada molt aquesta entrada!
    Em pots explicar què significa "A punto de detenerse el tren me rozó con el estigma de su torso enhiesto"?

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    1. Pero si ya está explicado, el texto no puede ser más explícito. Gracias, H.

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  20. Fáckel:
    muy guapa y todo eso, pero una ratera carterista.
    Salu2.

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    1. ¿Y si era su sistema de llegar al hombre al que había echado el ojito?

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  21. Que el azar nos depare buenos encuentros. Siempre una vida buena con azares creativos y bellos.

    Un abrazo

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    1. No se da todos los días, pero sí de vez en cuando, no hay que desdeñar la ocasión azarosa.

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