martes, 6 de julio de 2021

El hombre del sifón (Serie negra, 3)

 



Me gusta el término francés bon vivant. Si yo fuera de la Real Academia lo acogería castellanizado y unificado en un vocablo como bonviván, aunque soy consciente de que su uso es minoritario y ya sabemos que la RAE solo asila palabras de uso generalizado. Y no siempre. Además no es un término futbolístico de masas ni de nuevas tecnologías que la gente va haciendo circular, y el lado hedonista de la vida de algunos individuos siempre ha sido un tanto menoscabado. Cuando no condenado como pecado, capaz de arrojar a sus practicantes a las tinieblas exteriores. Aunque el bon vivant que empuña un sifón parece haberse arrancado aquí por una jota, que no dudo que pudo aprenderla en alguna ocasión, más bien me da la impresión de que está pidiendo que llegue la ración de ajoarriero. Seguramente el personaje tenía sobradas tablas, y enarbola el portentoso recipiente, entonces de uso y de moda, no como amenaza pero quién sabe, que le convierte en el centro del universo. O al menos de la mesa. Tuviera lugar la escena en Casa Marceliano o en otro lugar el gringo hace por sentirse de la idiosincrasia del suelo que pisa. No hay nada que más hermane que la comida y la bebida. Y el canto acompañante. Son placeres compartidos que no hay que ocultar a las miradas ajenas, y que pueden ser envidiados por muchos. El ademán cariñosamente energúmeno del personaje sujetando el sifón hace pensar. Pronuncio una, dos, tres veces sifón. Dos sílabas donde el sonido fricativo y la acentuación aguda apenas obligan a abrir los labios. Qué palabra vinculada al comer y al beber que se ha perdido. Qué objeto desusado, que a estas alturas se me antoja -piropo de la nostalgia- que no carecía de belleza y técnica. Qué misterio el de aquel agua carbonatada que nunca me agradó y que duchaba el vino tinto. Qué ejercicio ágil el de pulsar la palanca, a veces con intención aviesa de empapar al personal. El hombre del sifón parece tomar carrera para un lanzamiento. O tal vez sentía ya latir la pulsión de su Boss calibre 12, de dos cañones, que un tiempo después iba a utilizar contra sí mismo. Sin fiesta, sin celebración. A veces los bon vivant (mejor no castellanizo) acaban de manera turbulenta.



30 comentarios:

  1. Igual iba don Ernesto un pelín pasado de rosca; la foto debe ser en Pamplona, y lo que me gustaría saber es quien es el de las gafas a su derecha. Hay otra expresión que también seria válida para esta foto: la 'joie de vivre'

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    1. Ni idea de quiénes serían los que están a su lado. De que estaría pasado de rosca por el vino no me cabe duda alguna. Algo muy usual en tales circunstancias festivas. Pues sí, de acuerdo con la joie de vivre.

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  2. Homenaje al sifón, podría titularse la entrada.
    Nunca un artilugio tan significativamente "proletario" sacó tanta tajada propagandística que con esta foto, magnífica por otra parte.

    Por lo que parece, aquello de "allá donde fueres haz lo que vieres", se cumplía a rajatabla con el protagonista de la imagen.
    Un abrazo
    salut

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    1. No solo con él se cumplía la expresión que citas. En realidad gente no tan famosa de fuera pero sí habitual se vinculaba con la fiesta. Recuerdo a una familia que no sé si eran pied noirs o colonos más antiguos y que con la independencia de Argelia tuvieron que retornar a regañadientes a Francia, en concreto a Bayona, y todos los años iban a las fiestas con su cochazo. Mi familia les dejaba un piso por cuatro pesetas. Eran encantadores y más con los chicos, pero si salía el tema Argelia se cabreaban mucho. Por supuesto, antigaullistas totales.

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  3. Ernest Hemingway era un gran bon vivant, pero para vivir a lo grande tenía que escribir no solo bien, mejor.

    Saludos

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    1. Pues he leído muy poco al escritor, no sé si París era una fiesta y El viejo y el mar, creo. Ah, sí, Las nieves del Kilimanjaro, pero las leía hace tanto tiempo que no me dejó especial huella.

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  4. A comida e a bebida são o cartão de visita de qualquer País...É um momento de alegria, até cantar ao desafio...Também pode ser o contrário: esconder mágoas. Agora reinventa-se a comida, a bebida... será que estamos a perder a identidade? Porque a comida também nos define...
    Interessante.
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. En efecto, es una seña de identidad universal comer y beber. Creo que se mantiene, porque a la comida, la bebida y en ciertas situaciones el canto se suma la necesidad de hablar unos y otros, de confraternizar...al menos mientras dure el banquete. A veces se ocultan agravios, por supuesto. Gracias, Marta.

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  5. Sifón, tienes razón que bella palabra, con ella me has hecho recordar porrón, también en desuso, la palabra y el utensilio.
    Aparte de compartir penalidades, no hay nada que hermane más que compartir mesa.
    Para ser un buen bon vivant creo que además se precisa cierto estilo.
    Un saludo.

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    1. Sííííí´. Me gustaba mucho el porrón. De niños nos dejaban probar porrones con cerveza y gaseosa, fresquitas ahora en verano sabían a gloria. Ya de jóvenes íbamos por las tabernas y si éramos varios pedíamos porrón, si no el chato de vino mondo y lirondo.

      Lo de compartir mesa cumple tantas funciones...sociológicas, psicológicas...Una de las cosas que a veces uno es reacio es a estar junto a alguien a quien conoce poco o con quien no desea estar, pero luego avanza la conversación y te acabas asombrando de los descubrimientos.

      Comparto lo del estilo. Escasean los bon vivant españoles.

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    2. En mi casa aún tengo el porrón que uso diario, para comer y cenar, el desayuno es con Coca Cola. En BCN en ciertos restaurantes modernos parece que se ha puesto más o menos de moda.

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    3. Curioso. Hay un rasgo de fidelidad en ti con el pasado, sin duda. Y lo de las modas...ya sabes. Pero hoy día es más arriesgado, se romperán muchos, la gente bebe hoy de modo compulsivo. ¿O será el carácter socializante, de compartir, que retorna? Hum...

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  6. Será muy difícil que la RAE admita el término “bon vivant”, ni aun castellanizándolo. Apenas existe el bon vivant.
    El bon vivant exige calma y humor y esto escasea. Hay demasiados zampabollos y “comeburguers” que ya no conocen el placer de una buena comida, digo buena como podría decir sencilla.
    Después de comer, con la copa en la mano, ya nadie puede cantar con los amigos ni una pequeña aria de Rigoletto porque la música ambiental estridente y el regetón asqueroso lo ensordece todo.
    El hedonismo se ha sustituido por la chabacanería de baja estofa que prefiere el lujo chusco de las limousines a las risas entre los amigos a sombra de un pino.
    El sifón ha sido sustituido por las latas de alguna bebida “energetizante” que además la mezclan con vodka para acabar taladrándose el cerebro, pero tratándose de taladros, poco importa el seso pues ya otras partes del cuerpo se han taladrado.
    Se ha menoscabado el hedonismo porque se desconocen las formas confortables del placer y además nos dicen que para que seamos más exclusivos debemos abandonar nuestra zona de confort. ¿Por qué tengo que abandonar mi zona de confort?
    Total, que nos dicen que seamos veganos, que hagamos dieta, que bailemos bachata, que acompañemos a los gritones que van al futbol, que aplaudamos a un líder que quiere quitarnos la cartera… Con estos consejos, ¿cómo vamos a apretar la palanca del sifón?
    Saludos.
    F. Cornadó

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    1. Hay bon vivant en número reducido y bastante recónditos, pero los hay. NO hay que confundir al tipo con un haragán o chulo o pijo que no da un palo al agua y presume y aparenta. Conozco y tengo amigos trabajadores pero que tienen su nivel de bon vivant en estas cosas menudas de los placeres de mesa o de lecturas o de diálogos respetuosos.

      "El hedonismo se ha sustituido por la chabacanería de baja estofa", esto está a la orden del día en los barrios proles. Se creen que por tener motos de cilindradas o ir con el volumen de una música mierdosa a todo trapo son hedonistas o presumen de "ser libres". La publicidad como forma de dictadura de las mentes (y los usos) La publicidad quiere que identifiquemos hedonismo con las formas más burdas que implica la posesión y almacenamiento de objetos, o los viajes, o salir de marcha, o etc. Pero el hedonismo requiere serenidad, temple pausado, no grandes exigencias, disfrutar de bienes bien escogidos y naturales, a ser posible.

      Mira, Francesc, que nos digan mil tonterías, que no nos hace mella a estas alturas. Lo siento por otras generaciones pero que aprendan a vivir, coño, como todos lo hicimos.

      Ah, y otra cosa, no confundir nunca bon vivant con vividores.

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  7. Seguro Hemingway en la fiesta de San Fermín, seguro no por la foto sino por las (auto)pistas del texto. Un texto por cierto muy bien ambientado, muy estético. La expresión "bon vivant" me ha hecho recordar en este contexto a la expresión española "vividor" que naturalmente le falta el donaire de la expresión francesa pero que como la pronunciamos como "bibidor" en los labios conjuga el buen vivir con la bebida, en negativo con la borrachera. En fin, ya veo que me voy por la ramas pero creo que se debe a la asociación burbujeante (y algo cruel)que me ha venido a la cabeza con el sifón, el gatillo de la Boss y la bipolaridad del escritor. Un texto verdaderamente entretenido, por cierto que hoy comienza la fiesta en Pamplona ¿no?

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    1. Pero en la foto está también bastante reconocible. Hay muchas más de esa guisa. Pero es que esta me encantaba por el gesto. Son gestos que el espectador no puede estar seguro. Pasa como en las dos fotos anteriores que quedan muchos misterios en el aire. En cada una de esas fotos elegidas me he quedado con muchos interrogantes. Eso me gusta.

      LO que pasa es que acaso no sea lo mismo el bon vivant que el vividor. O coincidan en algunas característica pero en otras no. Aquí un vividor es alguien al que señalamos con cierto menosprecio, si no desprecio, porque conocemos gente que no ha dado un palo de agua nunca, que ha vivido a cuenta de la familia, que ha hecho trampas y dado sablazos por aquí y acullá, etc. No sé, no me había parado a comparar, pero ya que lo citas seguiré dando vueltas a las características e ambas personalidades. Lo de la Boss no es broma. He conocido un caso de alguien cercano que si no era con una Boss era con otra variedad decidió quitarse la vida, y encima le salió mal y no fue instantáneo. Un horror. Se supone que la fiesta pamplonesa está suspendida por causa pandémica, y van para dos años. Gracias, Esther.

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  8. Yo creo que don Ernesto esta diciendo a voz en grito que menos sifón y más vino, aunque sea peleón.
    Por aquí y en tiempos más mozos para mí, el sifón lo asociábamos al vermut.
    Saludos.

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    1. Seguro, seguro, no me lo imagino adulterando el vino con ese gas que sabía a perros (en mi imaginario infantil, porque de mayor jamás lo probé)

      Por cierto, mira que por razones familiares han pasado muchos sifones por mis manos y jamás me quedé con uno de recuerdo. De niño o joven no piensas en guardar recuerdos, sino todo lo contrario.

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  9. Me lo imagino parloteando del mar, de la vida, de los placeres...y del vino, más que del agua carbonatada jaja. Dato curioso: por aquí todavía tenemos sifones, con coberturas plásticas, pero iguales a los viejos en esencia.
    =)

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    1. Ya sabes la canción de los beodos:

      Beber, beber
      Beber es un gran placer
      El agua es pa' lavarse
      Y pa' las ranas que nadan bien.

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  10. Expansivo, bon vivant, niño prodigio mimado. Pero que donde esté un sifón, de esos de vidrio con su artefacto, que se quiten los vermuts de hoy en día :-)

    Un abrazo

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    1. El escritor había estado varias veces antes de la guerra civil en la ciudad. Tenía un amigo que era republicano y que tenía un hotel, Hotel Quintana. Se hospedaba allí, no en otro que siempre citan y que parece que es un bulo y que se cuenta por todas partes. Las fake vienen de antiguo y los oportunistas del negocio y de cierta política supieron reescribir, o sea, inventar la historia que les interesó. Esta foto es ya de un par de años antes de morir.

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  11. Apenas sé nada de Ernesto, no he leído nada de él y no es un personaje que atraiga mi atención más allá de un conocimiento general y casual... Aunque, a lo mejor, el día que lea algo suyo mi atención queda atrapada en su obra...

    Según he visto por ahí, al hilo de tu post, en la capi navarra se ha mitificado al personaje añadiendo bastante fabulación al asunto (locales que se apropian su presencia sin ser cierta, andanzas dudosas y mal localizadas, etc.) con fines turísticos y marketing de negocio... No sé si se tienen muy claras las diferencias entre las “andanzas” de la persona y personaje real y las andanzas de la persona y personaje mitificado…

    Parece ser que se le prohibió hablar de política a cambio de permitirle presencia y andanzas... También, parece ser que no estuvo en Pamplona tantas veces como se ha dicho y que, antes de recibir el Nobel, no tenía tanta atención social por ser más desconocido y pasar más desapercibido al no salir tanto en prensa...

    El hecho de que fuera tan aficionado al mundo taurino, aunque parece ser que lo que más le gustaba eran las baquillas emboladas, ya me crea una fuerte desafección y antipatía hacia él, pues yo soy antitaurino...

    ¿Era un bon vivant? No lo sé, posiblemente... Parece ser que, según el único que verdaderamente entabló estrecha amistad con él, el dueño del Hotel Quintana, a la sazón republicano, había dos “defectos” que destacaban en el juerguista Ernesto: tenía un carácter muy difícil y un tanto raro, y era muy muy tacaño… Estos marcados rasgos, según dicho amigo, no sé cómo los gestionaría, porque, dentro de las fases de la melopea, más allá de la de exaltación de la amistad, el mal carácter complica mucho la relación social… Asimismo, lo de la tacañería tampoco sé cómo lo gestionaba ni que alcance tendría, porque si tenía el efecto del escaqueo a la hora de pagar rondas, ágapes y farras varias, no dejan en buen lugar al bon vivant, en mi pueblo a los que se apuntan a las farras a comer y a beber, pero no a la hora de pagar, se les llama gorrones… Aunque a lo mejor era muy tacaño para otras cosas, pero no para la farra…

    Creo que, a base de leyendas urbanas más o menos interesadas, se le ha mitificado mucho...

    Lo que me deja bastante extrañado es que gustando tanto del disfrute de la vida decidiera para la suya un final adelantado y fatal… pero, de todas formas, fue y es cosa suya…

    Abrazo

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    1. Estoy totalmente de acuerdo. Hay un montaje de mitificación y tópicos porque la imagen de H. ha vendido muchos sanfermines sobre todo en el extranjero. ¿Sabes que hay un lugar en USA que también celebran sus encierros vestidos ad hoc y etcétera? ¿O que hay una especie de concurso sobre personajes que tienen las característica física de Hemingway que incluso podrían doblar al personaje en películas? Todo lo que has contado viene en distintos enlaces por la red. En Pamplona se ha explotado mucho la imagen de ese escritor, hay monumentos incluso y, bueno, es así, el marketing comercial y turístico. Poco puedo añadir a tu preciso comentario. Respecto a su final debía estar enfermo y ya no sé más, tal vez decidió no sufrir o estaba amargado, ya sabes que las decisiones finales son un misterio para los ajenos.

      Un abrazo.

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  12. Em recorda molt quan era petita, això del sifó!
    Ernest Hemingway no em va agradar gens a El sol també s'aixeca.

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    1. En España se publicó con el título de "Fiesta". Jamás leí esa novela.

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  13. Hemingway, típico bon vivant?
    Conocí de él, alguno de sus cuentos y novelas. Por quien doblan las campanas y El viejo y el mar, me los regaló Pablo, mi hermano, en la época que era marino y viajaba por el mundo en el buque escuela Galatea. Entonces, vivíamos en B.A.y los Sanfermines quedaban lejos y nos eran desconocidos. Recuerdo que me gustaba mucho el realismo de sus cuentos. Gabon, F.

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    1. Pues dejemos la interrogación sobre si era el típico o no, pero que viajó, lo cual no quiere decir ni empaparse ni conocer, parece que sí viajó algo. Incluso estuvo en la Guerra Civil española. Hay fotos por ahí de los republicanos. Además no escribió aquel libro "¿Por quién doblan las campanas?"

      Por cierto este título está tomado de un verso del poema del gran John Donne (te recomiendo vivamente a este autor)

      "¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
      ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
      ¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
      ¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
      Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
      Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
      Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,
      como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
      Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,
      porque me encuentro unido a toda la humanidad;
      por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."

      Gózalo y goza el día.

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  14. Ni idea de John Donne. Solo por lo que acabo de leer, ya me parece inmenso. lo buscaré.

    Gracias, Fackel, de verdad, por todo lo que trasmites; eres un
    pozo de sabiduría, que abruma siempre. Y que conste, que estoy escribiendo esto, con absoluta sinceridad y humildad.

    (hablaba de Pablo en lo de ser marino y viajar por el mundo, en aquella época. De Hemingway, apenas conozco algo de su
    historia.)

    Buendía.

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    1. Con ser muy buena su poesía a mí me gustan muchos sus obras tituladas "Paradojas" y "Devociones".

      https://laantorchadekraus.blogspot.com/search?q=john+donne

      No, no, nada de pozo y menos de saber, simplemente busco y rebusco y trato de catalizarlo, si puedo metabolizarlo, nada fácil, pero siempre algo queda, y como no tengo que justificar mi existencia ni ante ningún dios ni ninguna historia, ambas creaciones humanas, pues adelante, me digo, nada de sacro tiene uno.

      Seguro que tu hermano Pablo había visto mucho por ese mundo y si te llegó a ti presérvalo.

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