¿Quién dijo que llevamos una racha fatídica de desaparición de poetas? Y aunque así fuera, ¿no han quedado sus cuerpos y sus rostros entre las palabras que escribieron? ¿No sobreviven sus energías y sus emociones, sus quejas y sus disfrutes, sus extrañezas y sus descubrimientos? ¿No son sus poemas los verdaderos entes que respiraron por ellos, fecundaron por ellos, se alzaron y cayeron con ellos?
Francisco Brines, en La piedad del tiempo:
"La vida es el naufragio de una obstinada imagen
que ya nunca sabremos si existió,
pues solo pertenece a un lugar extinguido".
Siguen vivos, porque, en efecto, sus poemas son los verdaderos entes que les sustentaron.
ResponderEliminarDEP. Un abrazo
Además el lector no sabe más allá de la vida de un poeta, apenas las lecturas salteadas de su obra.
EliminarAqui igual Felipe y Letizia tienen algo que ver, los dos últimos premiados Brines y Margarit, fallecieron al poco de recibir el premio y es porqué se lo dan a gente demasiado mayor. Los méritos contraídos eran adquiridos hace años y años por ambos poetas.
ResponderEliminarNi idea, pero algo tendría que ver la edad y las dolencias particulares de cada uno, supongo.
EliminarSiempre estarán ahí.
ResponderEliminarSaludos
A nuestro alcance sus palabras, qué mas podemos pedir. En otras épocas antiguas muerto el poeta se acabaría la poesía suya.
EliminarMal año, cierto. Muy mal año.
ResponderEliminarY así seguirá siendo y encima gracias, los escritores que mueren jóvenes dejan escasa literatura, salvo excepciones.
EliminarEl recientísimo Premio Cervantes, un poeta, un intelectual, un gran aficionado a los toros.
ResponderEliminarD.E.P.
Saludos.
Se ve que reflexionaba e interpretaba a través de la poesía su visión de la existencia, ¿no?
EliminarClaro y evidente, a partir de ahí nada más. Y quien no sepa disfrutar de un sueño eso que se pierde!
ResponderEliminarTal cual.
EliminarSe ha ido, porque el tiempo no pudo detenerlo. En sus palabras estaba ayer, y las palabras siguen con nosotros. El sillón X que ocupó después del alcarreño Buero Vallejo, sigue ahí, y "La última costa", la mediterránea que le llenó de luz, y la poética en que volcó su poemario, siguen ahí.
ResponderEliminarCierto Fackel que ya no le veremos, pero sus sentimientos y su profunda humanidad no se fueron del todo. Me alegro que pudiera disfrutar, del premio que amable y merecidamente recibió en su casa.
Un abrazo siempre.
El mejor reconocimiento a un autor y su obra es ahondar en ella. Una abrazo desde la incertidumbre de los días que se nos van yendo.
EliminarQue justo ha ido para poderle dar el Cervantes.
ResponderEliminarOtro de los grandes que se nos va.
D.E.P.
Ya hace unos días en las imágenes que salían por tv se le veía acabado al hombre. Será para siempre un histórico de la poesía española.
EliminarNo conocía a Brines, Buscaré sus poemas. Él seguirá vivo en ellos.
ResponderEliminarBusca algo de su obra. Yo tengo un tomo de poesía completa editado por Tusquets, pero incluye de 1960 hasta 1997. Ignoro si hay editado posterior.
EliminarQué buena frase elegiste para despedirlo... y recordarlo.
ResponderEliminarSí, es poesía no en estado puro, sino depurado. Solo la vida larga nos permite tomarnos el capricho o la necesidad de depurar para quedarnos con una cierta esencia de las cosas.
EliminarNo lo conocía lo mio no es poemas
ResponderEliminarEn este vaso de ginebra bebo
los tapiados minutos de la noche,
la aridez de la música, y el ácido
deseo de la carne. Sólo existe,
donde el hielo se ausenta, cristalino
licor y miedo de la soledad.
Esta noche no habrá la mercenaria
compañía, ni gestos de aparente
calor en un tibio deseo. Lejos
está mi casa hoy, llegaré a ella
en la desierta luz de madrugada,
desnudaré mi cuerpo, y en las sombras
he de yacer con el estéril tiempo...
"Que el silencio de lo bueno
nos siga embriagando"
"Vuelve la hora feliz. Y es que no hay nada
Eliminarsino la luz que cae en la ciudad
antes de irse la tarde,
el silencio en la casa y, sin pasado
ni tampoco futuro, yo.
Mi carne, que ha vivido en el tiempo
y lo sabe en cenizas, no ha ardido aún
hasta la consunción de la propia ceniza,
y estoy en paz con todo lo que olvido
y agradezco olvidar.
En paz también con todo lo que amé
y que quiero olvidado.
Volvió la hora feliz.
Que arribe al menos
al puerto iluminado de la noche".
He cerrado el poema de Brines que medio transcribes.
Siempre el silencio de la bondad y el placer embriagándonos si es factible.
Es triste ver apagarse poco a poco la vida de muchos grandes de la literatura. El tiempo no perdona.
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
Lo importante es haber vivido y haber ejecutado un trabajo. Haber hecho.
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