Seguro, y es contagiosa salvo que se quiera mantener la cabeza fría -mente fría-. Pero no se desea: la educación en el y tú más y el ruido, o el a ver quién la tiene más larga -competitividad hasta el fin, triunfa y derrota del enemigo, etc.-, todos esos "valores" no alientan el razonamiento y la cooperación.
Estamos muy huérfanos de bondad, C. Y la bondad es inteligencia y también, por lo tanto, racionalidad. Nunca ha sido este país una mina de bondad y ahora, una vez más, estamos en entredicho. Ante nosotros mismos, simplemente, que es lo que más me preocupa; ya me entiendes.
Pero eso, a mi modo de ver, no es precisamente bondad. Claro que nos sentimos siempre justificados, de nuestras acciones activas y de las pasivas, pero ¿cuántas veces las cuestionamos para ver si son efectivas y nos aproximan? En fin, que empiezo a tener la oscura sensación de que nos tratamos mal, que no hacemos el ejercicio del entendimiento necesario. Pero esto son percepciones mías, sencillamente.
Acho que se passa o mesmo em todos os … Nem sempre somos bondosos e se o fossemos, talvez a vida nos revelasse caminhos mais fáceis... Beijos e abraços Marta
Lo cual nos complica esa parte tan importante de la vida que son las relaciones a todas las escalas, y por lo tanto acaba afectándonos nuestra propia individualidad. Yo lo veo así, gracias Marta.
Los que habitan el país, no se crispan porque si. Y yo no me atrevería a cuantificar esa crispación a fin de saber si sobra o no. Lo que sí creo saber es que esa irritación que supone el hecho de estar crispado es un desarreglo psicológico que siempre tiene causas profundas. Si no es así, no pasa de un simple enfado pasajero. La crispación de la que hablamos tiene profundas raíces clavadas en terrenos pantanosos de corrupción, justicia a dedo y desigualdad social. Me cuesta ver como un aumento de bondad para con nosotros mismos pueda arreglar nada. Soy de los pesimistas. Lo siento. Creo que ya es tarde, para demasiadas cosas.
Por supuesto que el que quiere saber en qué se basa la crispación, de la misma manera que quien quiera verlo verá circunstancias, que vienen de muy atrás, pero también manos negras que se encargan de echar leña al fuego. Y luego está la capacidad de cada individuo para asimilar, hacer frente o ignorar los motivos crispantes, digamos. Y por supuesto, cuesta ver la bondad y muchas más virtudes arrinconadas por nuestra desidia y desinterés tradicionales. Pero nos falta, Ricard, nos falta.
Pues está cundiendo ese encono, y no me refiero solo a lo que sale en los media, es que lo veo en conversaciones cercanas, familiares o amigos y lo que cuesta hablar con algunos si no les das la razón por sistema. Y claro, dar la razón a muchos que esgrimen la sin razón...pues a callar toca.
Y no solo mental, visto el panorama. Suscribo la retahíla de déficits que señalas, ya lo sabes de sobra.
Y el proceso va a ser tortuoso. Ya veremos si el estallido social no hace saltar por los aires muchas cosas. Claro que para cierta gente la culpa siempre es del otro, de los otros.
Estamos muy huérfanos de AMOR. Sí, de ese amor universal, que anula el egoismo, la indiferencia, la injusticia... Ese amor que lleva incluído, todo lo que es básicamente Humano: La igualdad. Eso, que tú, tan naturalmente, llamas Bondad.
Pues no sé, Soco, no llego a tanto en ese concepto sublime y genérico, tal Amor, y lo de universal no me cuadra como figura real y tangible por ningún lado. Y la igualdad...no ha existido nunca y ¿a qué no sabríamos definirla en concreto y en la práctica? (La bondad es más modesta, pero más efectiva si se diera, algo de lo que estamos careciendo en estos tiempos peninsulares que nos ponen una vez más a prueba)
Pues para mi, Fackel. y sin llegar a lo sublime, ni a lo sagrado, ni por supuesto a lo místico, la bondad y el amor son conceptos básicamente sinónimos.Y básicamente humanos. La bondad es, sería una manifestación o consecuencia del amor, no?... Así lo siento...
Supongo que una es considerada cualidad y el otro un sentimiento, y no necesariamente tienen que ir de la mano, pero no soy quién para situar los conceptos más allá del uso precario que hago de ellos. Ah, cuando digo lo de sublime no es porque yo considere que el Amor lo sea, sino porque se le suele sublimarse y se le da incluso categoría de sacralidad (la Iglesia en su verborrea se ha hartado de contarnos el cuento) A eso me refería.
Lo cierto es que me pilla el tiempo de la revisión de términos y conceptos, o al menos de rebajar el tono que algunos les han concedido, pero este es otro tema, más descarnado si quieres.
Corren tiempos difíciles en los que la paciencia, la inteligencia y la bondad se ponen a prueba. A pesar de todo, unos cuántos saldremos fortalecer dos. Atravesando y superando las crisis se crece.
Se admite como buenos deseos, pero ya se verá, porque, Myriam, se está enmarañando todo mucho. Y hay quienes parecen haber nacido para enmarañar y no permitir que podamos crecer. Un abrazo.
Según entiendo, en cada sociedad existen quienes cuál antorchas iluminan el camino... (Sin ser gurús iluminados) son buenos guías porque sostienen el timón con hidalguía, cordura y buen hacer.
Hombre, cada cual sabe qué referencias-antorcha elige. Porque algunas aparentes antorchas no pasan de cerillas que ante un leve vientecillo ¡zas! se apagan. Pienso que es dentro de nuestro cerebro donde tenemos que encender la luz y mantenerla con temple.
Seguro, y es contagiosa salvo que se quiera mantener la cabeza fría -mente fría-. Pero no se desea: la educación en el y tú más y el ruido, o el a ver quién la tiene más larga -competitividad hasta el fin, triunfa y derrota del enemigo, etc.-, todos esos "valores" no alientan el razonamiento y la cooperación.
ResponderEliminarEstamos muy huérfanos de bondad, C. Y la bondad es inteligencia y también, por lo tanto, racionalidad. Nunca ha sido este país una mina de bondad y ahora, una vez más, estamos en entredicho. Ante nosotros mismos, simplemente, que es lo que más me preocupa; ya me entiendes.
EliminarNo sabría decirte, más bien sí en cuanto a lo primero pero con respecto a lo segundo, creo que somos campeones en sentirnos plenamente justificados.
ResponderEliminarPero eso, a mi modo de ver, no es precisamente bondad. Claro que nos sentimos siempre justificados, de nuestras acciones activas y de las pasivas, pero ¿cuántas veces las cuestionamos para ver si son efectivas y nos aproximan? En fin, que empiezo a tener la oscura sensación de que nos tratamos mal, que no hacemos el ejercicio del entendimiento necesario. Pero esto son percepciones mías, sencillamente.
EliminarAcho que se passa o mesmo em todos os … Nem sempre somos bondosos e se o fossemos, talvez a vida nos revelasse caminhos mais fáceis...
ResponderEliminarBeijos e abraços
Marta
Lo cual nos complica esa parte tan importante de la vida que son las relaciones a todas las escalas, y por lo tanto acaba afectándonos nuestra propia individualidad. Yo lo veo así, gracias Marta.
EliminarLos que habitan el país, no se crispan porque si. Y yo no me atrevería a cuantificar esa crispación a fin de saber si sobra o no. Lo que sí creo saber es que esa irritación que supone el hecho de estar crispado es un desarreglo psicológico que siempre tiene causas profundas. Si no es así, no pasa de un simple enfado pasajero.
ResponderEliminarLa crispación de la que hablamos tiene profundas raíces clavadas en terrenos pantanosos de corrupción, justicia a dedo y desigualdad social.
Me cuesta ver como un aumento de bondad para con nosotros mismos pueda arreglar nada. Soy de los pesimistas. Lo siento. Creo que ya es tarde, para demasiadas cosas.
Por supuesto que el que quiere saber en qué se basa la crispación, de la misma manera que quien quiera verlo verá circunstancias, que vienen de muy atrás, pero también manos negras que se encargan de echar leña al fuego. Y luego está la capacidad de cada individuo para asimilar, hacer frente o ignorar los motivos crispantes, digamos. Y por supuesto, cuesta ver la bondad y muchas más virtudes arrinconadas por nuestra desidia y desinterés tradicionales. Pero nos falta, Ricard, nos falta.
Eliminar(También creo que vamos tarde y mal)
Seguramente, y paciencia para con nosotros, la rabia no nos ayuda.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues está cundiendo ese encono, y no me refiero solo a lo que sale en los media, es que lo veo en conversaciones cercanas, familiares o amigos y lo que cuesta hablar con algunos si no les das la razón por sistema. Y claro, dar la razón a muchos que esgrimen la sin razón...pues a callar toca.
EliminarSobra crispación y faltan ganas de trabajar, voluntad de entenderse, comprensión, bondad, calidad democrática, inteligencia política, sentido común práctico, decisión productiva, ilustración, educación, racionalidad...
ResponderEliminarY falta salud, mucha salud.
Abrazos
Francesc Cornadó
Y no solo mental, visto el panorama.
EliminarSuscribo la retahíla de déficits que señalas, ya lo sabes de sobra.
Y el proceso va a ser tortuoso. Ya veremos si el estallido social no hace saltar por los aires muchas cosas. Claro que para cierta gente la culpa siempre es del otro, de los otros.
Cuidarse y oxignarse.
Pos CORNADó lo ha dicho, y comulgo con lo que ha expuesto.
ResponderEliminarAmén.
...y salut
Ego te absolvo, hermano...¿O prefieres totus tuus? Mira que labia parateológica la hay para dar y tomar...Un abrazo saludable.
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ResponderEliminarEstamos muy huérfanos de AMOR. Sí, de ese amor universal, que anula el egoismo, la indiferencia, la injusticia... Ese amor que lleva incluído, todo lo que es básicamente Humano: La igualdad. Eso, que tú, tan naturalmente, llamas Bondad.
Por eso: Por la bondad.
Pues no sé, Soco, no llego a tanto en ese concepto sublime y genérico, tal Amor, y lo de universal no me cuadra como figura real y tangible por ningún lado. Y la igualdad...no ha existido nunca y ¿a qué no sabríamos definirla en concreto y en la práctica? (La bondad es más modesta, pero más efectiva si se diera, algo de lo que estamos careciendo en estos tiempos peninsulares que nos ponen una vez más a prueba)
EliminarPues para mi, Fackel. y sin llegar a lo sublime, ni a lo sagrado, ni por supuesto a lo místico, la bondad y el amor son conceptos básicamente sinónimos.Y básicamente humanos. La bondad es, sería una manifestación o consecuencia del amor, no?... Así lo siento...
ResponderEliminarSupongo que una es considerada cualidad y el otro un sentimiento, y no necesariamente tienen que ir de la mano, pero no soy quién para situar los conceptos más allá del uso precario que hago de ellos. Ah, cuando digo lo de sublime no es porque yo considere que el Amor lo sea, sino porque se le suele sublimarse y se le da incluso categoría de sacralidad (la Iglesia en su verborrea se ha hartado de contarnos el cuento) A eso me refería.
EliminarLo cierto es que me pilla el tiempo de la revisión de términos y conceptos, o al menos de rebajar el tono que algunos les han concedido, pero este es otro tema, más descarnado si quieres.
...pues, sí, creo que me he ido por las ramas...
ResponderEliminarBuen domingo.
No creo que te hayas ido por las ramas, simplemente son enfoques desde distintos ángulos, y a todos nos pasa. Buen domingo.
EliminarCorren tiempos difíciles en los que la paciencia, la inteligencia y la bondad se ponen a prueba. A pesar de todo, unos cuántos saldremos fortalecer dos. Atravesando y superando las crisis se crece.
ResponderEliminarUn abrazo, Fackel
Se admite como buenos deseos, pero ya se verá, porque, Myriam, se está enmarañando todo mucho. Y hay quienes parecen haber nacido para enmarañar y no permitir que podamos crecer. Un abrazo.
EliminarSegún entiendo, en cada sociedad existen quienes cuál antorchas iluminan el camino... (Sin ser gurús iluminados) son buenos guías porque sostienen el timón con hidalguía, cordura y buen hacer.
ResponderEliminarOtro abrazo, Fackel
Hombre, cada cual sabe qué referencias-antorcha elige. Porque algunas aparentes antorchas no pasan de cerillas que ante un leve vientecillo ¡zas! se apagan. Pienso que es dentro de nuestro cerebro donde tenemos que encender la luz y mantenerla con temple.
EliminarGracias, de nuevo.