Algo parecido a este hombre seria un héroe, además era oftalmólogo, No un experto en virus. Aunque que quizás héroe le quede pequeño, Li Wenliang era sólo un hombre, un gran hombre, de los de verdad, honesto.
Y ahí el mérito. Reprendido e inaceptado por la autoridad además de padecer el mal por estar al pie del cañón. Me gustaría saber cuántos miembros de la Asamblea Popular Nacional y del Comité Central están contagiados.
Sí, el virus ideológico-oportunista-totalitario causa estragos. En una sociedad sumamente jerarquizada, represiva y controlada como la de la República Popular China todo es posible. Habrá que observar los efectos políticos, sociales y culturales cuando haya remitido la enfermedad.
El gobierno de Wuhan le debe una disculpa al doctor Li Wenliang, decían los internautas. Quizás debieran decir que le deben una estatua, aunque a él ya no le sirva de nada, servirá como referencia. Hay que tener valor para estar donde él estuvo sabiendo lo que él sabia. Y a mi siempre me gustaron los valientes. Un saludo.
No creo que una estatua sirva de nada. Con que las autoridades reconocieran dónde se ha gestionado mal sería ya mucho. Sospecho que todo esto va a servir para generar conflicto social que, eso sí, será convenientemente reprimido. Lo taparán con la excusa del objetivo de tratar primero el mal del virus.
Creo que a veces la evidencia en temas de gravedad notoria pone a ciertas personas en la tesitura de decir lo que saben, pero a riesgo de la propia vida. Claude Eatherly, el piloto de Hiroshima, entró en una crisis psíquica bestial. Las cartas del filósofo Günther Anders con él revelan el padecimiento del piloto, mientras las autoridades homicidas que todos sabemos trataban de desprestigiar y acallar a Eatherly.
Hay que tener mucho valor como Li. ¿El valor, no solo en el sentido de valeroso, de la Verdad?
Será olvidado de inmediato. Su nombre será borrado del registro. Sus datos desaparecerán de internet. Su curriculun, del hospital. Su historial, de la universidad. Y su familia será deportada a la provincia más lejana e inóspita de China.
De ahora en adelante no habrá médico que se atreva a decir nada que no lo autorice el sistema.
Podría ser lo más probable, en todo o en parte. Pero, ¿y si no es así? Supongo que el gobierno chino no va a hacer aguas por un simple virus, no obstante los muertos. Si acaso más por la incidencia en la economía. Claro que esta se corregirá aumentando la productividad y reduciendo el tiempo libre. Pero quién sabe. Viendo estos días algunas imágenes de ciudadanos chinos que eran llevados a la fuerza o protestando como podían uno se da cuenta de que siempre hay un margen de indómitos en la sociedad, ¿no? Supongo que al final, si lo hay, las autoridades harán un balance puramente técnico, viendo dónde se han cometido los errores, fallos, descontrol, etc. e intentarán tomar medidas técnicas aplicables técnicamente a los humanos técnicos. Porque los atisbos de democracia ni por el forro.
El régimen de China es el que es, dictatorial. Nadie recuerda el Tiananmén de 1989, y si lo recuerdan nadie sabe para que sirvió lo que los servicios secretos israelies revelaron. Diez mil muertos, y nosotros si acaso recordamos el hombre del tanque.
En China hace años que les llegó el 1984 orweliano, cambiaron su vida por abalorios. Son los primeros consumidores de todo en porcentaje, delante de los EEUU, que ya es decir.
Sobre lo de los muertos, los americanos y sus compañías anexas, saben muy bien que no son 800, sino que la cifra hay que ponerle siempre dos ceros más a la derecha, de ahí que no vengan al Mobile. Salut y mascarilla.
Me ha gustado mucho que le dediques una entrada, aunque sea breve. Se merece mucho más, pero en su país no creo que hagan nada más que intentar silenciar su recuerdo.
Me uno a tu homenaje. En China todo está controlado y monitorizado. Cualquiera que se salga de los caminos trillados es tratado como disidente y por tanto peligroso.
Descanse en paz Li Wenliang y que su memoria no se olvide. Que tampoco se olvide la memoria de los demás médicos que han intentado ayudar y alertar adecuadamente.
La mejor manera de que no haya olvido es tomando medidas hacia adelante. Pero en la Super China todo es muy complicado, y no emito opinión política con este término sino constatación de un hecho que nos llega en una información siempre sesgada y limitada por aquel gobierno y por la utilización maniquea de Occidente probablemente también. Si la catástrofe es mayor de lo que cuentan -ni unos ni otros quieren que la Super Economía Internacional vacile- lo iremos viendo.
Fíjate que parece ser que si llega a callar o no trasciende el problema podría haber sido mucho más amplio de lo que es. O eso parece. Ojalá la pesadilla pase pronto.
Fueron ocho -y no uno- los médicos que advirtieron inicialmente sobre la presencia de lo que luego se ha denominado coronavirus. El show mediático ha convertido en héroe únicamente al fallecido.
Y llego a esa conclusión después de analizar (eso sí, de modo muy sucinto), los hechos anteriores, coetáneos y posteriores al descubrimiento del virus. Bona nit, que voy a mirar un poco el fútbol.
Hay que ser muy valiente para enfrentarse al oscurantismo de ese país. Tenía razón el médico, y la verdad es que no se puede parar, si tiene forma de virus, especialmente.
Es para reflexionar. Tanto montaje de los hombres para que otra vida -un virus en este caso- ponga en jaque al planeta. De todos modos pienso que es un efecto lateral de la compleja sociedad china, su desarrollo desigual, la represión y control inherentes y que al fin y al cabo es una sociedad humana no siempre ni en todos los casos controlable. Ya ves, mucha represión política pero el virus se les escapa por lo más básico, las costumbres y alimentación de muchos habitantes (si es que va por ahí el tema)
No sé si los héroes antiguos salvaban a los hombres y con el tiempo sabremos, espero, la incidencia de este y otros médicos o quien fuera que denunció tempranamente el problema. Terrible. Buen día de sol y nublado.
Seguramente un responsable a pesar de los jerarcas. Creo que en China tiene que haber mucha más gente como él, y no solo para desfilar o ponerse en marcha como robots cuando los jerarcas tocan el pito. Pero China es mucha China, en todos los sentidos.
Merecido homenaje el que le brindas. Ma adhiero al mismo. Estas personas tan singulares hacen mantener la fe en el género humano.
ResponderEliminarUn abrazo
Sobre todo buenas obras. Multiplicación de buenas obras. En fin.
EliminarAlgo parecido a este hombre seria un héroe, además era oftalmólogo, No un experto en virus. Aunque que quizás héroe le quede pequeño, Li Wenliang era sólo un hombre, un gran hombre, de los de verdad, honesto.
ResponderEliminarNo me extraña que su muerte esté siendo un revulsivo en China.
EliminarPobre hombre. La honestidad en estos tiempos tan crueles es algo difícil de mantener.
ResponderEliminarUn saludo.
Y ahí el mérito. Reprendido e inaceptado por la autoridad además de padecer el mal por estar al pie del cañón. Me gustaría saber cuántos miembros de la Asamblea Popular Nacional y del Comité Central están contagiados.
EliminarEstos que mencionas tienen otro virus; ese que provoca neuro-idiotez aguda y falta de honestidad. Justo ésta última, que Li tenía en abundancia.
EliminarSí, el virus ideológico-oportunista-totalitario causa estragos. En una sociedad sumamente jerarquizada, represiva y controlada como la de la República Popular China todo es posible. Habrá que observar los efectos políticos, sociales y culturales cuando haya remitido la enfermedad.
EliminarEl gobierno de Wuhan le debe una disculpa al doctor Li Wenliang, decían los internautas. Quizás debieran decir que le deben una estatua, aunque a él ya no le sirva de nada, servirá como referencia.
ResponderEliminarHay que tener valor para estar donde él estuvo sabiendo lo que él sabia. Y a mi siempre me gustaron los valientes.
Un saludo.
No creo que una estatua sirva de nada. Con que las autoridades reconocieran dónde se ha gestionado mal sería ya mucho. Sospecho que todo esto va a servir para generar conflicto social que, eso sí, será convenientemente reprimido. Lo taparán con la excusa del objetivo de tratar primero el mal del virus.
EliminarCreo que a veces la evidencia en temas de gravedad notoria pone a ciertas personas en la tesitura de decir lo que saben, pero a riesgo de la propia vida. Claude Eatherly, el piloto de Hiroshima, entró en una crisis psíquica bestial. Las cartas del filósofo Günther Anders con él revelan el padecimiento del piloto, mientras las autoridades homicidas que todos sabemos trataban de desprestigiar y acallar a Eatherly.
Hay que tener mucho valor como Li. ¿El valor, no solo en el sentido de valeroso, de la Verdad?
Será olvidado de inmediato.
ResponderEliminarSu nombre será borrado del registro.
Sus datos desaparecerán de internet.
Su curriculun, del hospital.
Su historial, de la universidad.
Y su familia será deportada a la provincia más lejana e inóspita de China.
De ahora en adelante no habrá médico que se atreva a decir nada que no lo autorice el sistema.
¿Qué nos apostamos?
Podría ser lo más probable, en todo o en parte. Pero, ¿y si no es así? Supongo que el gobierno chino no va a hacer aguas por un simple virus, no obstante los muertos. Si acaso más por la incidencia en la economía. Claro que esta se corregirá aumentando la productividad y reduciendo el tiempo libre. Pero quién sabe. Viendo estos días algunas imágenes de ciudadanos chinos que eran llevados a la fuerza o protestando como podían uno se da cuenta de que siempre hay un margen de indómitos en la sociedad, ¿no? Supongo que al final, si lo hay, las autoridades harán un balance puramente técnico, viendo dónde se han cometido los errores, fallos, descontrol, etc. e intentarán tomar medidas técnicas aplicables técnicamente a los humanos técnicos. Porque los atisbos de democracia ni por el forro.
EliminarEl régimen de China es el que es, dictatorial.
EliminarNadie recuerda el Tiananmén de 1989, y si lo recuerdan nadie sabe para que sirvió lo que los servicios secretos israelies revelaron. Diez mil muertos, y nosotros si acaso recordamos el hombre del tanque.
En China hace años que les llegó el 1984 orweliano, cambiaron su vida por abalorios. Son los primeros consumidores de todo en porcentaje, delante de los EEUU, que ya es decir.
Sobre lo de los muertos, los americanos y sus compañías anexas, saben muy bien que no son 800, sino que la cifra hay que ponerle siempre dos ceros más a la derecha, de ahí que no vengan al Mobile.
Salut y mascarilla.
Tomo nota, Miquel.
EliminarMe ha gustado mucho que le dediques una entrada, aunque sea breve.
ResponderEliminarSe merece mucho más, pero en su país no creo que hagan nada más que intentar silenciar su recuerdo.
Un beso justiciero.
No podía por mi parte decir nada más. Y las informaciones, más o menos limitadas, ya han salido en la prensa.
Eliminarhttps://elpais.com/sociedad/2020/02/07/actualidad/1581069534_140822.html
No sé, tengo la sensación de que hechos como ese son muy importantes y que en China no van a poder ocultarlos así como así.
Gracias, justiciera.
Me uno a tu homenaje. En China todo está controlado y
Eliminarmonitorizado. Cualquiera que se salga de los caminos trillados es tratado como disidente y por tanto peligroso.
Descanse en paz Li Wenliang y que su memoria
no se olvide. Que tampoco se olvide la memoria de los demás médicos que han intentado ayudar y alertar adecuadamente.
Un abrazo
La mejor manera de que no haya olvido es tomando medidas hacia adelante. Pero en la Super China todo es muy complicado, y no emito opinión política con este término sino constatación de un hecho que nos llega en una información siempre sesgada y limitada por aquel gobierno y por la utilización maniquea de Occidente probablemente también. Si la catástrofe es mayor de lo que cuentan -ni unos ni otros quieren que la Super Economía Internacional vacile- lo iremos viendo.
EliminarO tempora...Un buen día.
Bien por él.
ResponderEliminarAunque lo borren del mapa, habrá que agradecerle su sacrificio.
Fíjate que parece ser que si llega a callar o no trasciende el problema podría haber sido mucho más amplio de lo que es. O eso parece. Ojalá la pesadilla pase pronto.
EliminarFueron ocho -y no uno- los médicos que advirtieron inicialmente sobre la presencia de lo que luego se ha denominado coronavirus. El show mediático ha convertido en héroe únicamente al fallecido.
ResponderEliminarSustancialmente no cambia el panorama.
EliminarDiscrepo. Al médico no lo ha matado China ni su régimen político. Ha sido el coronavirus.
EliminarPor supuesto. Nadie ha dicho lo contrario.
EliminarY llego a esa conclusión después de analizar (eso sí, de modo muy sucinto), los hechos anteriores, coetáneos y posteriores al descubrimiento del virus. Bona nit, que voy a mirar un poco el fútbol.
EliminarHay que ser muy valiente para enfrentarse al oscurantismo de ese país. Tenía razón el médico, y la verdad es que no se puede parar, si tiene forma de virus, especialmente.
ResponderEliminarUn abrazo
Es para reflexionar. Tanto montaje de los hombres para que otra vida -un virus en este caso- ponga en jaque al planeta. De todos modos pienso que es un efecto lateral de la compleja sociedad china, su desarrollo desigual, la represión y control inherentes y que al fin y al cabo es una sociedad humana no siempre ni en todos los casos controlable. Ya ves, mucha represión política pero el virus se les escapa por lo más básico, las costumbres y alimentación de muchos habitantes (si es que va por ahí el tema)
EliminarGracias y buen día.
...Un héroe humano, de la palabra y de la obra, universal y eterno.
ResponderEliminarBuen día de sol, Fackel
No sé si los héroes antiguos salvaban a los hombres y con el tiempo sabremos, espero, la incidencia de este y otros médicos o quien fuera que denunció tempranamente el problema. Terrible. Buen día de sol y nublado.
EliminarEl valor moralmente hablando es dignidad por si mismo y por los que nos rodean!
ResponderEliminarAsí es. Y, sin quererlo, enfrentado a un poder gigante y controlador. Gracias por comentar.
EliminarPor lo que se ve, un buen hombre y un excelente médico.
ResponderEliminarSeguramente un responsable a pesar de los jerarcas. Creo que en China tiene que haber mucha más gente como él, y no solo para desfilar o ponerse en marcha como robots cuando los jerarcas tocan el pito. Pero China es mucha China, en todos los sentidos.
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