jueves, 24 de octubre de 2019

De piedras sencillas, en recuerdo de los olvidados, que no de montañas blasfemas





Una vez traje unas piedras de caliza del páramo. Llevaban tierra adherida, también telarañas, también sangre. La sangre estaba seca, no estaba visible salvo para los ojos que la querían ver. Como los míos. Aquel flujo noble, componente de la historia, emanaba de la misma aridez del páramo. El manantial de los inocentes se remontaba muchas décadas. Cerca vivía la familia de mi padre dedicada al cuidado de ganado ovino, propiedad de otros dueños. Llegadas las infaustas fechas en que los matones se crecieron, apropiándose de vidas y destinos, los ungidos por dios y por la patria se dedicaban a sacar a gente de sus casas para a continuación darles lo que llamaron ignominiosamente el paseo. Mi familia escuchaba de madrugada las detonaciones descargadas por unos cuerpos ebrios de odio y de alcohol contra los cuerpos nobles de otros hombres. A veces algunos escapados de la persecución se escondían entre la mies crecida, era julio caluroso, y cuando pasaba mi abuelo por el camino le chistaban para atraer discretamente su atención y le pedían un trozo de pan. En otras ocasiones los matones se presentaban en el caserío y preguntaban a mi abuelo si había visto algún rojo. Como el hombre dijera que no había visto a nadie le prevenían para que si veía a alguno les avisasen. Los días de gloria de los asesinos siempre llevan sangre en sus horas. En las piedras que me traje del páramo, repletas de agujeros y aristas desiguales, producto de la eterna erosión de la larga noche castellana, se intuían galerías profundas, inextricables. Durante un tiempo seguía saliendo de vez en cuando una hormiga para sorpresa del hombre perplejo. ¿Seguían resistiendo algunas en oscuros conductos, retorcidas galerías, diminutos hábitats por la inercia biológica? Yo veía en los humildes insectos que de vez en cuando se mostraban a la luz y corrían por la habitación la reencarnación de la vida más allá de su secuestro. Hoy miro todavía las piedras y pienso en el daño, en el dolor, en la desgracia de los hombres. Por eso me gustan las piedras sencillas: inconsistentes guijarros de río, puntiagudos cantos de los caminos, crecidos pedruscos de caliza de los oteros, porque representan la anónima llaneza de los hombres olvidados.




(Por Julio, Jesús, Paco, José Antonio, Julio R., Antonia, Rafa, Lena, que resistieron cerca de mí pero que en estos últimos años han ido desapareciendo por causa de alguna que otra enfermedad o suicidio, aunque yo creo que todos en melancolía. Estarían de acuerdo conmigo en dar valor a las piedras sencillas e ignorar la montaña blasfema que hoy los medios de comunicación pretenderán convertir en protagonista) 


31 comentarios:

  1. El año pasado conocí al nieto de un agricultor del Jerte, quien ayudó a un maqui durante décadas. Este nieto es una gran caminante y cree haber encontrado el lugar donde estuvo recluido, al principio con dos rojos más, el tipo que de vez en cuando dejaba una cesto sencillo en el lugar donde su abuelo dejaba pedazos de pan o de embutidos o de legumbres.

    De ignominias estamos hartos ya. Un abrazo. Si las piedras hablaran...

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    1. Las piedras hablan, hablan. Pero no todos quieren escuchar su voz, Albada.

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    2. Terrible la naturaleza humana, nada como vivir alejado de intereses y manías de las fieras salvajes.
      Se me ha borrado un comentario anterior. Será que no era pertinente, de puro pétreo!
      En resumidas cuentas que piedrolas me resultan valor inmenso ... jorobarse .... a lo largo de mi historia vital y hasta en los genes! Menudo temita nos has presentado!

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    3. Y cuando las piedras se tienen en el riñón o caminan por los uréteres o se alojan en la vejiga ¡qué poco atractivo tienen las condenadas!

      La cuestión es que resulta muy difícil permanecer al margen de las fieras salvajes o evitar convertirse en ellas llegada la tesitura. Muy difícil.

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    4. Efectivamente tener ideas de anciano en plenitud de vida es harto difícil, biología y falta de experiencia nublan la vista.
      MYa te digo genética: mi padre criaba carbonato calcico: un atasco en el ureter: una intervención quirúrgica. Su nieto idem, pero en tiempos actuales se libró de la tajada. Ambos pasión por queso y leche. Su hija y
      madre respectivamente: simple cadena transmisora con antiguas limitaciones hepáticas para acceder a dichos alimentos y con posteriores contrapartidas. No es por ello que las externalice, sino puro instinto.

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    5. Aquello tan eclesiástico como siniestro de "polvo eres y en polvo te convertirás" con que nos han dado miedo los generadores de angustia tiene una parte real. Somos compuestos de átomos, tanto las piedras como las plantas como los animales, es decir nosotros aussi. Los átomos que formaron eso que los filósofos de la ontología han llamado el ser nos abandonarán y campearán hacia otros pagos. Tiempos de deconstrucción del cuerpo llegarán, pero nada de precipitarse, oiga.

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  2. Y como diría León Felipe, así es mi vida, piedra pequeña, canto que ruedas por las veredas, guijarro humilde de las carreteras, como tú.
    Un saludo.

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    1. Preciosa e icónica poesía aquella de León Felipe, sí, pero referente al siniestro personaje que protagoniza hoy la jornada decía también el poeta zamorano:

      "Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
      Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del sesierto
      y… ni en España hay locos.
      Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
      Oíd … esto,
      historiadores… filósofos… loqueros…
      Franco… el sapo iscariote y ladrón en la silla del juez repartiendo castigos y premios,
      en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida del pecho,
      y el hombre aquí, de pie, firme, erguido, sereno,
      con el pulso normal, con la lengua en silencio,
      los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos …
      El sapo iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios …
      y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo …
      ¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro." Etc. Etc.

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  3. Y hablan las piedras y hablan los muros heridos. Los de cementerios. Los de la antigua muralla romana. Aquellos donde fueron a estrellarse balas ensangrentadas. Hablan las cunetas. Hablan recodos de caminos solitarios más allá de las afueras del pueblo.
    Y su voces ya no gritan, pero aún le susurran al viento y envuelto en sus susurros, se escucha el eco del valle del tiempo. El eco de disparos cobardes que un día resonaron.
    Saludos cordiales de un rojo, hijo de un nacional
    (así son las cosas)

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    1. Hablan la piedra, el río, la mar, las simas de los montes y las discretas cunetas. Todo habla todavía, solo hay que saber y querer escuchar. A ver qué dicen.

      Saludos de un análogo hombre de tu tiempo y del mío. Ya lo creo que son las cosas, complicadas y sorprendentes. Por cierto, se ha muerto el otro día Santos Juliá, uno de los historiadores interesantes y exigentes con su investigación.

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  4. Mi suegro, un gran tipo, escondió durante los tres años de la guerra incivil, en una cueva del Sobrarbe, allá por el Alto Aragón, al cura del pueblo, se lo querían pelar.
    Por la noche le dejaba en un lugar ya programado los víveres que tenía a mano, y después se iba a labrar.
    El pueblo de tendencia republicana, hoy ya no existe, pues lo rural ha pasado a convertirse en yermo, dado que todos fugaron para la capital, pero se dio el caso, que acabada la contienda, apareció el cura, y con él los militares con mando en plaza, y con ellos las ganas de actuar.
    A mi suegro lo eligieron alcalde, y por la palabra de mi suegro no fusilaron a nadie, si acaso algún corte de pelo al raso.
    Tuve a mi suegro hasta que murió, hará cosa de siete años. Lo hizo a la edad de ciento dos. Hablábamos mucho. Un tipo lúcido que decía lo de las piedras ¡hay si hablaran¡, me comentaba, y añadía, mejor es que estén mudas.
    Salut

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    1. Muy interesante testimonio (tienes que tener un acervo de documentación oral procedente de tu suegro) pero todo fue así de contradictorio y cogido por los pelos llegado el momento de la sangre. Uf.

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    2. Pues lo de mi padre fue semejante a la experiencia del suegro de Tot, pero en bando contrario. Al final resumido en naturaleza y miserias humanas. El resto simples aderezos bajo disfraz de circunstancias sociales y espacio/temporales....,,,A mi modo de ver, influenciada por la narración completa de su vida en primera persona, la de un hombre muy pobre, emigrante nacido en febrero de 1905 y fallecido en mis brazos en febrero de 1979. Me transmitieron miles de anécdotas vitales contradictorias y peculiares. El hombre vivió a fondo y a tope y yo fui su único lastre tras ser engendrada. Resultó innato recoger su testigo pues según toda la familia la nena le salió clavadita pero con la biología contraria .
      Su latiguillo era: “dejadme tranquilo que estoy pensando” y me lo inculcó, solo que lo materialice largándome, ya que mi aspecto fisico no imponía miedito ni respeto alguno: Cerrado el ciclo biológico materialicé el instinto paterno con hechos ya que las palabras caían en saco roto familiar y cada quien lo interpretaba según su idiosincrasia siempre radicalmente opuesta a mi naturaleza.
      Es la contraparte o consecuencia de haber nacido débil de una real hembra pero cruel.
      Como ves no solo he vivido mi vida sino la de mis ancestros y todo lastra más que el cemento.

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    3. De alguna manera vivimos...la vida de los otros (recuerda el título de una fascinante película alemana: https://es.wikipedia.org/wiki/La_vida_de_los_otros )

      Mi consejo de amigo tanto a ti como a Miquel es que los recuerdos que tengáis de ancestros, vía directa o política, los trasladéis al papel. No importa la alteración de recuerdos con la asunción por vuestra parte de lo que hayáis entendido de aquellos relatos. Todo es recreación en la transmisión oral, incluso lo vivido se altera.

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  5. Bello y sentido relato. las piedras hablan, sólo es cuestión de poner la oreja.
    Saludos.

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    1. Así es, pero...también hablan los tabiques de ladrillo, los tapiales encalados, los muros de adobe...recuerdo de niño escuchar conversaciones en casa propia o ajena y cuando se subía el tono alguien decía: chis, que las paredes oyen. Esto servía tanto para citar desgracias históricas como broncas familiares. Gracias, Alfred.

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  6. Impresionante relato que sobrecoge y cuya tensión trágica recae en estos objetos aparentemente normales que se encuentran en el campo, las humildes piedras calizas.

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    1. Es que es así. Para mí no es solo cuestión simbólica. Si los páramos, las vaguadas, las simas, lo precipicios hablaran...Cuánto no dirían de inocentes y de malditos.

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  7. Yo tengo un relato familiar muy similar sobre descargas de fusiles y sangre en las piedras.
    Esa sangre siempre reclama los caminos correctos de la historia. Es su mensaje más certero.

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    1. Así es, pero muchos son insensibles a esa reclamación.

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  8. Debió ser algo terrible vivir en esa incertidumbre, en ese miedo y en esa rabia e impotencia que genera la injusticia.

    Coindido ( coincidimos) con tu opinión: deberíamos dar el protagonismo a todas esas vidas segadas brutalmente y a las que no se segaron, pero dejaron tocadas para siempre.

    Un beso de paz.

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    1. De hecho, el protagonismo -desgraciado, infausto, infeliz para ellos y las familias- lo han tenido siempre, pero no mediático, no reconocido por el Estado (principalmente porque el Estado estuvo 40 años secuestrado) Ahora, todo lo que sea reconocimiento es suficiente, y reparación en la medida de lo posible. Nada pide venganzas ni ajustes bárbaros de cuentas. De acuerdo, de paz.

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  9. Son muchos los que no han podido olvidar porque siguen heridos.
    Te dejo uno de los poemas de una profesora poeta que se llama Marisa Peña, de su libro "El Hilo de la Memoria".

    Me gusta cómo expresa en versos lo que siente y sintieron.

    http://mateosantamarta.blogspot.com/2018/07/marisa-pena-y-el-hilo-de-la-memoria.html

    Mil besos.

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    1. Muchas gracias por el enlace, exploraré en él. Me gusta que nos hagamos eco de la transmisión de visiones y experiencias, propias o ajenas, a través de los blogs. Para eso están. Buen domingo restante, que no reptante.

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    2. Encuentro esto también,Lucía:

      https://www.youtube.com/watch?v=V7gvbxNbwkA

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  10. Maravilloso texto. Sentido, sencillo, emotivo... me llegó profundamente pese a la distancia de nuestras geografías. En cuanto a las historias, en cambio, siento muchas más coincidencias. Un fuerte abrazo y gracias por este gesto de respetuosa evocación.

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    1. A ti, Neo, por seguir leyéndome y, por lo que veo, sintiendo lo que uno aquí siente.

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  11. ¡Ay, si las piedras hablaran!
    Triste, triste, triste.
    Salu2.

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    1. (Tal vez se arrojarían sobre los hombres, lapidariamente)

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    2. Para desquitarse, el objeto lanzado pasa a ser activo.
      Salu2.

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    3. Hay magmas que los activan.

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