Como todo camino, el que viene en declive, también comienza con un primer paso, pero ese -en general- no lo advertimos o pretendemos ignorarlo. Un abrazp
Hay un continuum de últimos pasos a los que sucede unos primeros pasos...pero en estadios diferentes, en realidad la evolución, por lo que uno va viendo, es siempre degeneración, que no involución, salvo que entrañe parálisis. Hay quien dice que los primeros pasos de la muerte se dan cuando nacemos. En fin, a asumirlo y sobrellevarlo.
La crueldad atroz del viaje hacia el olvido de la memoria, que nada tiene que ver con la demencia senil porque va mucho más allá, es un sueño espeso que ni siquiera tiene la honestidad de matar. Irnos mucho antes de morirnos. Es la frontera nebulosa del alzheimer que ahora percibimos, solo si nos fijamos, detrás de un cristal.
En las demencias seniles, sean cuales sean los nombres adjudicados, la memoria es algo incontrolable. En esos casos el individuo no tiene poder alguno sobre la mente -y ya lo tiene relativo y no excesivamente abundante a lo largo de la vida- y queda cuestionado como ser. ¿Qué clase de ser, me pregunto, es quien sufre la ruptura de su estructura mental, tras una vida activa y aparentemente poderosa? Qué tremendo misterio, qué vaciedad, qué angustia, qué desalojo de nosotros mismos. Ni los supersticiosos creyentes en un dios tienen respuesta, o estos menos que nadie.
¿Tú sabes cuál es la mejor poesía? La que más se acerca al silencio.
ResponderEliminarHay poesía que se aproxima al silencio y poesía que brota de él.
EliminarComo todo camino, el que viene en declive, también comienza con un primer paso, pero ese -en general- no lo advertimos o pretendemos ignorarlo. Un abrazp
ResponderEliminarHay un continuum de últimos pasos a los que sucede unos primeros pasos...pero en estadios diferentes, en realidad la evolución, por lo que uno va viendo, es siempre degeneración, que no involución, salvo que entrañe parálisis. Hay quien dice que los primeros pasos de la muerte se dan cuando nacemos. En fin, a asumirlo y sobrellevarlo.
EliminarLa crueldad atroz del viaje hacia el olvido de la memoria, que nada tiene que ver con la demencia senil porque va mucho más allá, es un sueño espeso que ni siquiera tiene la honestidad de matar. Irnos mucho antes de morirnos. Es la frontera nebulosa del alzheimer que ahora percibimos, solo si nos fijamos, detrás de un cristal.
ResponderEliminarEn las demencias seniles, sean cuales sean los nombres adjudicados, la memoria es algo incontrolable. En esos casos el individuo no tiene poder alguno sobre la mente -y ya lo tiene relativo y no excesivamente abundante a lo largo de la vida- y queda cuestionado como ser. ¿Qué clase de ser, me pregunto, es quien sufre la ruptura de su estructura mental, tras una vida activa y aparentemente poderosa? Qué tremendo misterio, qué vaciedad, qué angustia, qué desalojo de nosotros mismos. Ni los supersticiosos creyentes en un dios tienen respuesta, o estos menos que nadie.
EliminarQué tema, quién pudiera contarlo como lo cuentas tú.
EliminarTodo el mundo puede. A veces apenas se necesitan palabras.
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