QUIÉN SE ACUERDA hoy de los viejos profetas que denunciaban los abusos, que ponían el dedo en la llaga de las vanidades, que execraban los provechos obtenidos desde el poder, que lamentaban las desgracias de los sometidos. Ay, pero tú, que apenas creíste en aquellos personajes que te parecían justicieros, ¿a quién vas a invocar? Solo te vincula a ellos una especie de relativa desesperación compartida que, no obstante, bascula a tu favor. El hombre, no importa si anónimo, que hace con razón y lógica en nuestros días es mucho más recto, sabio y constructivo que los que farfullaban desde sus ególatras columnas del desierto para no aportar nada.
(Fotograma del film Simón del desierto, de Luis Buñuel)
Gran película, Fackel, el estilita, también con cilicio.
ResponderEliminarY acaso flagelo. Por cierto ¿ha probado usted alguna vez en sus carnes semejantes artilugios de "penitencia y purificación" pre y post tridentinos?
EliminarNo sé por qué he pensado en el nuevo Mesias, Aznar....(Bromas aparte ) Cuántos mediocres protestas proliferan en nuestros días. Buen fin de semana
ResponderEliminarAy, no me nombre a ciertos, oiga, que quiero tener buena digestión, jaj. Profetas titulados y profetas por libre ha habido siempre. Tengo dudas de todos. La información que nos ha llegado del tema ha sido siempre interesada por cierta corporación. No me resulta fiable, pero para el arte y las letras la figura del profeta ha sido fundamental. Hoy día lo que hay son tertulianos y politólogos que no alcanzan mucho más allá, yo creo, y a cambio de un sueldo. Buen fin de semana, Ico, y buen sol por las islas.
EliminarDudo que el estilista lleve cilicio, pero aseguro que es capaz de administrar los sacramentos.
ResponderEliminarEstilita, oiga, no le ponga otro look.
EliminarPodría hecerle creer que me refería Buñuel como autor, director y visionario en su "SanSimón de la columna", porque la existencia duele una barbaridad y él lo sabía adjurar. Pero no sería verdad. Yo pensaba exclusivamente en usted y en la axfisiante moralina que siempre siempre siempre, esté o no inspirado, y aun consciente de la máscara que tiene asignada, sabe usted erradicar. En lo tocante al acostumbramiento sí hay novedad. El tema avanza. Pero para atrás.
EliminarYa nadie se acuerda, la memoria es exigua y la frivolidad la acorta más. No vamos a invocar a nadie, aunque algunos abogan por el símbolo emocionado.
ResponderEliminarAbrazos
Francesc Cornadó
Es como si las generaciones presentes hurtaran el tiempo, y no se dan cuenta de que el Tiempo es firme y poderoso y es él quien decide. Pasar páginas sin conocerlas es desaprender. Vivir de los símbolos sin comprobar qué aporta aquello que simbolizamos puede ser una trampa. Que vuelvan banderas victoriosas, por ejemplo, con las caras o fasces que sean, no es precisamente racionalidad.
EliminarSe me resisten las palabras en castellano que empiezan por r, la vibrante múltiple de la rr y las que contienen x. Además las pronuncio a la remanguillé. Mis enraizadas prácticas articulatorias en distinta habla no quieren dejarse vencer. Siempre que no es trabajo disfruto dejándolas correr...
ResponderEliminarVamos a tirar de tópico, ignorar lo que nos traído hasta aquí nos convierte en más idiotas (si cabe). No he visto la película, pero con ese buen párrafo me incita a verla.
ResponderEliminarMi "deriva" no iba en la dirección de la película, sólo mi mención de los profetas y la imagen que he puesto al albur del estilita del film es lo que puede relacionar el texto con la película, pero no pretendía dirigir hacia ella mi ocurrencia. De todos modos soy de la opinión de que de Buñuel, estén más o menos logrados unos y otros trabajos suyos, se puede ver todo. Para los de mi generación fue un autor importante que operó de modo revulsivo frente al statu quo.
Eliminar(Que salgan bien esos debates sobre arte y razón, hermana)
Hoy serían tuiteros y su voz moriría en un mar de bits.
ResponderEliminarSeguro, y no sé si hay gran diferencia, hoy día muchísima gente da credibilidad a todo lo que se dice a través de las redes. El medio es el mensaje, decía McLuhan, y también la intención del mensaje, diría yo.
Eliminar