jueves, 5 de enero de 2017

Érase una vez un polluelo





Érase una vez un polluelo que dicen que fue atacado por otro polluelo que se acercó con malas artes, al que venció en un combate acaso desigual. Cuando el polluelo atacante estaba en el suelo ya reducido e indefenso, sin que constituyera peligro alguno, el polluelo defensor en lugar de entregarlo a sus gallos superiores le mató por las buenas.Algunos dirán que a sangre fría aunque conociendo a cierta clase de polluelos la sangre la tendría caliente con lo peor que puede tener la sangre: el miedo y el odio. Peleas de polluelos así como de gallos y quién sabe si también de gallinas debe haberlas todos los días. Más en aquellos territorios que unos usurparon a otros porque era designio de Jehová, naturalmente a través de los aliados vencedores en la Segunda Guerra Mundial. Peleas donde corre la sangre y todo sigue igual. De las que nadie se entera y acaban con las vidas, la convivencia y el futuro pacífico. Pero el día en que el polluelo de nuestra historia cometió aquel acto innoble de no ser generoso con el enemigo cierto artilugio al que denominan cámara, en manos de un defensor de los derechos humanos y cívicos, grabó la incidencia. Entonces el polluelo fue reconvenido por las leyes de sus superiores y llevado ante los tribunales. La ley del Talión  y la ley del Derecho suelen jugar con frecuencia una difícil y oscura partida en el país elegido por Jehová. Esta vez el polluelo no ha podido escapar a la ley normal de los tiempos modernos y el tribunal correspondiente le ha declarado culpable de homicidio, en lugar de justificar el acto o de mirar para otro lado. Queda por ver qué sentencia le aplican, pues ya el Gallo mayor del Estado ha solicitado el indulto, que para eso el polluelo se ha criado bajo sus alas.

Y ahí las fotos tan tiernas, donde la familia, la tribu (ignoro cuál de todas las de aquel pueblo), su madre clueca protegiendo al pequeño, su tía clueca, su novia deslumbrada por el valeroso, los amigos y camaradas entusiasmados, todos, en fin, arropan entre carantoñas, besos, abrazos, mimos y sonrisas al polluelo. Y éste, tan ufano y valiente, porque ya se sabe que disponer de un arma proporciona valor a cualquier matador. Y colorín colorado, el cuento, uno de tantos miles que tienen lugar en la autodenominada tierra prometida, se ha casi acabado. 



(Fotos de El País y de la NBC)


8 comentarios:

  1. ¡Pío, pío! Nada que ver con "pius" (piadoso).

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    1. Lo piadoso nunca ha sido real entre los belicosos.

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  2. Es tan indigno que da pena.
    Lo peor es el orgullo y el nulo arrepentimiento de lo hecho, y que de seguro volvería a repetir la hazaña.
    Su Dios protege la ignorancia, cuanto más ignorante se es, más feliz se vive.

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    1. El Absoluto, sea cual que sea el nombre por el que los del Libro le mencionen protege la ignorancia como fuente del mal.

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  3. https://youtu.be/c8yUwdeFb2U

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    1. Desde luego, sorprendente, valiente y precisa declaración. Y no se ve solución en el problema. Asco.

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  4. Da asco.
    No sé cuál será la sentencia, tampoco podemos estar seguros de si se aplicará “pues ya el Gallo mayor del Estado ha solicitado el indulto”, pero de momento los tribunales han actuado y las leyes están para cumplirlas y si no se cumplen iremos viendo cada vez más polluelos peligrosos que van por ahí sembrando terror.
    Nos vamos acostumbrando a ver polluelos sueltos y a muchos que dicen que hay que desobedecer las leyes.
    Salud

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    1. He ahí por qué les molesta tanto las resoluciones de la Asamblea General de la ONU. Saben que nunca se aplican pero los belicosos partidarios del Talión para con otros no soportan que se les enmienda la plana de sus fechorías. Nadie quiere recordar que los fundadores de ese Estado, en sus orígenes modernos y no tan lejanos, también cometieron actos terroristas. De la misma manera que expanden sus colonias a costa de otros pobladores palestinos. Siempre ha sido una vergüenza. Con lo que han padecido...

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