sábado, 7 de enero de 2017

El cartapacio de Herr Gustav



















Cómo podía saber el hombre que al tirar de la cinta carmesí de aquel libro iban a volar las breves pero más entregadas páginas de su enigmática vida.

Herr Gustav, disculpe, pero ¿debo aparentar que duermo o tengo que estar despierta mientras usted toma apuntes de mi cuerpo? Hace frío y si tarda me entrará la tiritona y no dejaré de toser. No quiero acabar como otras. Lo pactado era que posase un rato, no que usted se enajenara con sus pensamientos y fantasías mientras yo permanezco a la intemperie. Mire, ya sé que me paga bien, pero si no se da prisa perderá a su modelo favorita. No querrá, ¿verdad? Sé que otras chicas esperan con ansia el relevo. Posar para un pintor que sabe captar como nadie a la mujer en su intimidad provoca muchas envidias. Tampoco quiero dar a las demás satisfacción. Y usted dejaría de aprender de mi cuerpo. No sería lo mismo. Así que termine pronto su esbozo, se lo ruego. Más tarde, si usted quiere podemos solazarnos los dos y libar un rato de ese aguardiente tosco y penetrante que tanto le gusta. El invierno es duro.



8 comentarios:

  1. La otra voz, al otro lado del arte. Cuántas historias hay allí por contar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las voces, a éste y al otro lado. Tienes razón, cuántas historias que no se habrán contado jamás y cuyo eco, probablemente adulterado, nos ha llegado con levedad.

      Eliminar
  2. Maravilloso relato; entre el ensimismamiento y el discurso libre del pensar ajeno, qué grata historia. Un disfrute como siempre tu escritura. Aprovecho para desearte un tiempo nuevo repleto de ilusiones cumplidas, de luz a mediodía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, José Luis. Tus deseos me hacen pensar en que me conformo con mantener alguna clase de ilusiones, simplemente mantenerlas ya es bastante.

      Eliminar
  3. Me interesa saber cómo sigue. Imagino que habrá más episodios. :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los episodios, como la vida, son un acontecer diario. Nunca se sabe si llegaremos al día siguiente pero nos acostamos con la ilusión de soñar y despertar. Gracias, Mercè.

      Eliminar
  4. Una simple cinta carmesí, puerta al ingenio y el asombro...
    me adentro en ese estudio cargado de historias, con una luz fuerte pero dejando grandes sombras, multitud de lienzos sin acabar y un diván al fondo..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un estudio enorme, un almacén, un planeta...Y entre todo lo acabado y no acabado, miles de bocetos con sentido y expresión genuinos.

      Eliminar