miércoles, 18 de enero de 2017

El cartapacio de Herr Gustav. 9




A veces un iluminado con intenciones metafísicas le espeta: ¿no siente usted necesidad de trascender? Y entonces él responde: yo trasciendo todos los días y a todas horas. No, no, le responde el otro. Me refiero si usted no cree en la trascendencia más allá de este mundo. Entonces el hombre explota en una risa natural. Hace mucho tiempo que dejaron de interesarme las trascendencias ultraterrenales y las verborreicas promesas de salvación adjuntas. Pero usted reduce sus posibilidades, le insiste el otro, no ve más allá. Entonces él se irrita. Déjeme a mí medir mis posibilidades, valorar las probabilidades, decidir sobre mis visiones y habitar las fronteras del sueño. He adorado suficientes ídolos para saber que el amor no es otra cosa que una de las expresiones violentas y efímeras de la naturaleza insatisfecha.

¿Por qué me retiene tanto tiempo, herr Gustav? Ya hace meses que diariamente vengo por su estudio y usted no parece cansarse de mí. He oído que anteriormente había cambiado con frecuencia de modelos. Y ha hecho dibujos espléndidos de todas ellas. ¿Qué perseguía para obsesionarse con tanta variación? ¿No respondían ellas a lo que usted buscaba o es que acaso su mirada también ha evolucionado? Mire que soy una modelo parecida a las otras, no sé si me distingo en algo, aunque eso lo tendría que decir usted. En el último boceto los contornos grisáceos de otros días los modificó por una intensidad de tonos sepias en ciertas zonas de mi cuerpo. Cuando le pregunté la razón me dijo que se le había acabado el lápiz normal y que tuvo que echar mano de otro color. Luego rió, mientras se le ponía un pícaro rubor en las mejillas. La pinté en sepia, y bajó la voz pero no la firmeza, para interpretar su calor. La retengo de modelo porque no sé si alguna de las modelos anteriores irradiaban como usted lo hace. Pero no piense en ello, me recomendó. Aunque le respondí que de acuerdo, que no lo haría, la verdad es que no he dejado de dar vueltas a lo que me dijo.




6 comentarios:

  1. Herr Gustav tiene una melancolía artística que limita su genio creador. Busca, no un modelo, sino "la modelo", o sea, un imposible que combina mal con los lápices de colores.

    Abrazo

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    1. La búsqueda de la modelo -no solo en pintura sino en cualquier área de la vida- supone siempre una disolución, me temo.

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  2. Jamas llegaremos a la perfección, como quizás puede representar esa modelo ideal, tan sólo podemos aspirar a acercarnos a la idea que de la perfección tenemos en nuestra mente.
    Un abrazo

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    1. Supongo que la perfección es un concepto absoluto y mitico y, como tal, algo no realizable. No creo que deba inquietarnos. Salud, Neo.

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  3. Yo creo que si algo nos gusta, nos atrae, nos satisface la curiosidad, ahora, en este momento, debemos permanecer en ello sin pensar que dejamos de ver otras cosas. Dejar de sentir por buscar nuevos sentimientos creo que nos limita. Algo así.

    Un abrazo, Fackel.

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    1. Tal vez, el problema es cuando queremos retener, algo no fácil, y a la vez necesitamos prospectar más allá, tanto en pensamiento como en emociones. Antes o después nos vemos abocados a elegir y, por o tanto, a perder algo para tomar lo incierto. Es la condición humana, sospecho.

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