domingo, 24 de abril de 2016

Aquellos estos árboles, 4





"Y las vidas estaban
en brazos de las olas".


Arquíloco, al cantar el poema de este modo, pudo dar a entender que descubrió la metáfora detrás de su experiencia física y real. Él tuvo que abandonar su isla cicládica original para ir a un territorio alejado, aunque también marino. Si bien encontró un destino más seguro -todo lo relativamente seguro que pudiera ser en aquellos tiempos- que el que espera a los nautas forzosos de nuestros días. Hablo de esos exiliados perdidos, de los desterrados de mil países, pasajeros de ida y vuelta, ya espuma cotidiana de la mar. ¿Veis? Yo mismo no me resisto a expresarme con el recurso tentador. Seducido unas veces por la magnificencia expresiva de la metáfora, en otras ocasiones siento repugnancia por su empleo banal. Cuando se tiene seguro el hogar y la comida, y bastantes cosas más, somos capaces de vivir prácticamente entre metáforas. Riesgo consiguiente: no reconocer la realidad cruda y dura, subestimar el esfuerzo, ignorar lo efímero de las circunstancias, entregarnos ingenuos al discurso simple cuando no único que se va imponiendo. Configurar nuestro cuadro de pensamiento al dictamen del mejor postor. Es un proceso lento pero crónico que, en un momento dado, se agudiza. El pensamiento prostituido también puede ser de ida y vuelta, y depararnos una factura cuantiosa. El acontecer de las sociedades humanas y sus instituciones políticas han padecido tantas veces sus efectos. Mientras, nos sigue gustando hablar del mar de la vida, de sus salinos ingredientes, del susurrante mecer de su oleaje, de las playas acogedoras a donde nos conduce la navegación vital. Metáforas obsoletas de una pseudopoesía anquilosada en el corazón de los hombres.




(Fotografía de Toni Catany)





15 comentarios:

  1. Esconder tras las palabras la realidad ignota.

    Un abrazo

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    1. Se lleva mucho, es muy antiguo, y con las palabras se han montado representaciones ideológicas que desviaban y ocultaban la realidad. No hace falta decir cuáles son las más sonadas, aún perviven.

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  2. Lo malo de ser afortunados es que dicha fortuna suele arrastrar acomodación, desagradecimiento y mucho, mucho deterioro. No conozco mejor forma de avance o mejora que a través del esfuerzo y este suele implicar dolor. Un paralelismo: Con los músculos ocurre lo mismo.
    Fíjate en el concepto "oleadas de vida" ... no considera a los miembros que conforman la ola. Resulta difícil de explicar cuando cada elemento de la misma experimenta la vida de manera individual y sin embargo tan común.

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    1. Cada vez valoro más el esfuerzo, incluso me avergüenzo de los tiempos en que yo me resistí a esforzarme. Lo de oleadas de vida supongo que es una reducción, una síntesis, ¿o no?

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    3. Ah, gracias por la aclaración.

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    4. Que me he equivocado y lo he borrado. Aquí lo repito corrigiendo la palabra haendeliana por heindeliana (de Max Heindel).
      Lo de "oleadas de vida" es una terminología heindeliana y rosicruciana de los lejanos tiempos aquellos en que iba de masona a la inglesa. Por lo visto el término se me ha debido quedar enganchado en la memoria por razones aplicables a determinada linea de pensamiento bastante nihilista con la que, visto lo visto, tiendo a identificarme. Si señor, reducción al fin y al cabo, lo que resta en la olla tras una larga cocción...¡¡¡ y que no se "agarre"!!!

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  3. La frase que está entrecomillada lo dice todo.
    " Cuando se tiene seguro el hogar y la comida, y bastantes cosas más, somos capaces de vivir prácticamente entre metáforas"

    Un abrazo
    Salut

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    1. De ahí y de padres que no se preocupan mucho viene el desinterés por nuevas generaciones. Y no todo puede ser justificarse con el mal funcionamiento del sistema.

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  4. Pienso que en aquellos tiempos la metáfora era la representación del ideal, hoy en día la metáfora es la banalización de los sueños bajo la comodidad travestida de conformismo y logro.

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    1. Me parece muy acertada tu aseveración, Raúl. Los disfraces de nuestros días no es que sean muchos sino muy hipócritas y a costa del vecino.

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  5. Metáfora o no, lo que sí es cierto es que son espuma cotidiana de la mar y que su vida está en manos de las olas, porque lo que es el resto del mundo no mueve una sola mano, por ellos. Todo queda reducido a discursos, fotos, golpes de pecho y dimes y diretes. La realidad es que mueren a diario, a cientos en las aguas o en la tierra, pero mueren.
    Un abrazo, Fackel.

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    1. No sé qué diría Ulises de ver en su navegación tanto humano...¿Culparía solo a los dioses? Estoy con tu criterio, Carmela.

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  6. El pensamiento es útil cuando las palabras sirven para conectar esfuerzos. Cuando, como en nuestra voràgine, las palabras sólo conectan palabras el pensamiento se ha convertido en inútil retòrica.

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    1. Cierto, así es. Se está alzando un altar falso de ídolos falsos con palabras falsas que nos va a llevar al abismo. ¿Las elecciones en ciernes? Un nuevo episodio de la mediocridad y el arribismo de todo quisqui. El país tiene una dudosa calidad política, acaso porque el esfuerzo se quedó por el camino, acaso porque la ética huyó hace tiempo.

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