Ah, el instante infinito... La plenitud de lo insignificante. Es ahí donde reside toda gran belleza.
Un instante en que aparecemos por el azar y la materia. Después la vanidad, oscureciendo la conciencia. Gracias.
La subjetividad, el dios creador y principal, por siempre.SaludosJ.
Un dios diminuto al que conviene defenestrar a tiempo, siquiera para que no se crezca en la vanidad. Saludos, J.
La desproporción del "horror vacui"SaludFrancesc Cornadó
Curioso concepto estético con el que también se podría designar al hecho del vivir.
Ah, el instante infinito... La plenitud de lo insignificante. Es ahí donde reside toda gran belleza.
ResponderEliminarUn instante en que aparecemos por el azar y la materia. Después la vanidad, oscureciendo la conciencia. Gracias.
EliminarLa subjetividad, el dios creador y principal, por siempre.
ResponderEliminarSaludos
J.
Un dios diminuto al que conviene defenestrar a tiempo, siquiera para que no se crezca en la vanidad. Saludos, J.
EliminarLa desproporción del "horror vacui"
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Curioso concepto estético con el que también se podría designar al hecho del vivir.
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