Probablemente cierta clase de etnólogos y folkloristas occidentales no se ruboricen con las costumbres de Arabia Saudí. Probablemente ciertos sectores de católicos nostálgicos añoren prácticas inquisitoriales. Probablemente los partidarios del goulag estalinista y los nazis entusiastas de los campos de exterminio, que aún los hay, se deleiten al ver cómo cunden en nuestros tiempos prácticas de daño al cuerpo y por lo tanto al pensamiento, a los derechos y a la vida emocional de los individuos. De mano de la Justicia, además. Raef Badaoui, el joven escritor y bloguero árabe ha sido condenado de manera inclemente por la autodenominada justicia saudí. Su esposa Ensaf Haidar ha informado que la sentencia en firme condena a Raef por "insultar al Islam" a diez años de prisión, diez años de prohibición de salir del país y mil latigazos, más una multa de doscientos sesenta y seis mil dólares. De poco ha servido la campaña internacional que trataba de salvar a Raef Badaoui y la libertad de expresión en aquel país. Con Arabia Saudí -y los intereses y estrategias occidentales que la respaldan- se ha topado. Nuevo advenimiento, y suma y sigue, de la barbarie en uno de los Estados que alardean de prosperidad y chantajean al mundo con su control de los recursos energéticos. Como si los tiempos modernos y cambiantes no existieran. Y si alguien duda, que pregunte por la condición de la mujer en aquella península.
Totalmente de acuerdo, Fáckel
ResponderEliminarTodo es más complejo, pero nunca aceptaré la represión de unos hombres por otros, acaso porque crecí sabiendo lo que era eso y el precio que se pagaba. Un abrazo, Casilda.
EliminarEstamos rodeados de estafadores emocionales. Los estados los primeros. EEUU, el país de la libertad por antonomasia apoya a esta monarquía parsonalizada. (Arabia Saudi viene de Al-Saud), que no eran más que traficantes de perlas subidos a un camello.
ResponderEliminarLa responsabilidad es nuestra (no he dicho culpa) por ser lo que fuimos y somos, países colonialistas e imperios bárbaros, a la suma de las riquezas de los demás. Aquí Inglaterra y el adorado Churchil. Hoy, Europa paga las consecuencias de aquello.
Salut
Estafadores emocionales, chantajistas de los sentimientos, represores de la libertad interior y exterior de los hombres, aniquiladores de las voluntades ajenas...Esos Estados que cada vez son menos públicos y más particulares, en que nuevas formas de feudalismo se van instalando no solo en países que no dejaron de tenerlas sino en nuestro ámbito neoliberal, en que todo se vende para que una clase dominante reducida pero, esos sí, con un clientelismo ad hoc dirija vidas y destinos de los demás. Lo que dices de una manera sintética viene de hace mucho tiempo y aquellos cuervos que han sacado los ojos a sus propios súbditos pueden acabar sacándonoslos a todos.
EliminarSalut, Miquel.
Es que no se puede decir mucha cosa más...FACKEL...Esto me agobia.
ResponderEliminarsalut
Si lo dices bien, pero claro que agobia...¿Quieres agobiarte un poquito más esta noche? Pues mira, lee una de canallas:
Eliminarhttp://economia.elpais.com/economia/2015/06/08/actualidad/1433768234_913539.html