Fue Walden y le dijo al niño: te admiro, niño. Y éste contestó con voz tímida: ¿por qué me admiras, Walden? Por tu curiosidad, respondió el hombre.
(Walden pensó por dentro: y por tu destreza con las manos, y por el juego que encuentras en todo, y por la alegría que no cesa en ti, y por la capacidad de preguntar constantemente y...y porque alguien mayor tiene que decirte a tu edad que te admira, pues la admiración no es un viaje de atrás a adelante sino que es de vuelta también y yo necesito ratificarme en él)
(Fotografía de Keith Carter)
Dejate llevar entonces como un niño, que te enlazo en mi blog.
ResponderEliminarGracias, sí, hay que ser niños en busca de la inocencia, pero con el saber adulto, que no todos practican precisamente, de no dejarse manipular. A mí es que me admiran los que se inician. ¿Será envidia?
EliminarA mi també em queia la baba amb el meu nebot.
ResponderEliminarPues disfruta de las amplias posibilidades que proporciona tratar a un niño en años sucesivos de crecimiento, no tienen pérdida. Salut, Helena.
Eliminarpor la capacidad de preguntar constantemente..." esa es una de las maravillas de los niños, y en ocasiones hacen preguntas que no podemos responder porque ni nosotros sabemos la respuesta.
ResponderEliminarsalut
Son audaces al preguntar, medidos al responder y a veces osados, que nos dejan en un pasmo. Salut.
EliminarRe-conocer es una forma de compartir, me parece, afortunadamente,
ResponderEliminarPues sí, por ejemplo, pero hay que reconocernes su don. Todo sea por ayudar a la autoestima.
EliminarMe gusta esa manera de ratificarse. Implica sabiduría.
ResponderEliminarPuede. O nostalgia du temps perdu, Neo.
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