miércoles, 11 de febrero de 2015

Post scriptum: encierro




Llevas varios días sin salir de tu finca y todos preguntan por ti. Yo les he tranquilizado. Les he dicho que tu dedicación a la filosofía te exige retiro de vez en cuando. Pero sólo a ti te comento que hay dos líneas de filosofar dentro de nosotros. Una, sobre la constitución del universo y de la naturaleza en general. Y otra sobre lo que tiene lugar dentro de uno mismo. En el fondo todo tiene que ver entre sí. Existe un vínculo más estrecho de lo que nos pensamos entre la naturaleza exterior y diversa y la concreta de la que estamos hechos. Por qué nos lleva más tiempo y más esfuerzo comprender lo que atañe a nuestro cuerpo y a nuestras emociones viene dado por lo poco que sabemos de nosotros mismos. Pero también por nuestros miedos. Miedo a habernos equivocado en el pasado y a seguir errando una y otra vez pues hay fuerzas que tiran de nosotros y no logramos evitar. No me cabe duda de que tu encierro voluntario te sentará bien. Soslayarás los sufrimientos que ensombrecen tu espíritu. Probablemente afrontes temores que creías superados y de esa lucha interior saldrán nuevos poemas y originales escritos y renovadores pensamientos que te liberarán. Todos agradeceremos tu aportación y aprenderemos de ella. Pero ¿bastará eso para ayudar a sobrellevar los padecimientos de otras personas que acaso sufren por nuestra causa, sin que nosotros lo sepamos? No, no se trata de sentirnos culpables. Ni tu manera de pensar va por la senda de zaherirte gratuitamente. Más teniendo claro tú misma que jamás has obrado con mala voluntad.

Te hago llegar este mensaje, sin intención alguna de apremiarte a que salgas de tu tiempo preciso para calmar tus amargas inquietudes.



(Pintura de Lawrence Alma-Tadema)

5 comentarios:

  1. Es lindo contar con alguien capaz de brindar esas palabras, en un momento de recogimiento y reflexión sobre cosas tan trascendentes.
    Un abrazo de anís.

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    1. Las palabras, ya sabes, Sara, o ayudan o matan...pero mientras, acaso son la seducción...

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    2. Me recuerda al mito interpretado a gusto del consumidor, el de cierta princesa encerrada y protegida por el magnifico dragón fruto de su mente.
      Todos temen al coco, salvo ella. Jajjj, claro que tiene trampa porque es el suyo, pero nadie se percata.

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    3. Ya que opinas de ese modo, te diré que quien más o quien menos vivimos encastillados y fingiendo que acometemos empresas contra dragones. La peor fantasía es llegar a creernos que nos liberamos. ¿Qué hacer para llevarlo mejor?

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  2. De ahí tanta pena, penita, pena. Sería muy cruel añadir eso del "sálvese quien pueda" ....pero si no es con cierta gracia no cuenta. ;)

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