martes, 10 de diciembre de 2013

El mundo desde el toscano



















...de la vieja abadía devenida en lujoso hotel solo apto para reuniones secretas bien de cenáculo de altos ejecutivos o de encuentro de parejas clandestinas de nivel económico superior quedan las piedras y más allá de lo transcurrido siempre heredamos las piedras sean éstas en estado de arquitectura más o menos consolidada sean simples ruinas sean piedras diminutas de trillos olvidados en labores de eras abandonadas y cada piedra nos habla pues tal parece que fueron expulsadas por la naturaleza para que se convirtieran en símbolos de los hombres no sólo de soportes o acogimientos o exaltaciones sino para fantasear con el universo que el hombre ha ido descubriendo y puesto que la percepción humana ha sido siempre anterior a su comprensión el hombre otorgó primero un sentido abstracto a las piedras y con ellas más allá de ser elementos de arquitecturas vivientes trató de sentar principio de admiración y reconocimiento y donde la vieja abadía expone un ojo de buey para que entre la luz medida en aquella no amplia sala capitular quieren también que sea el sol pero también el ojo que todo lo ve o a través del cual se pretende observar los otros mundos o quién sabe si el espacio circular que nos congrega y nos proyecta a infinitos desconocidos a los que se nombra de modos diversos y donde se muestra un capitel hay un relato cuadrangular de la tierra plano pero no tanto como para no dejar que un fuste haga de tallo que vincule a raíces ocultas y los hombres que hicieron tal lugar sabían que era inevitable un diálogo entre elementos porque las piedras hablan siempre desde su primitivo estado y siguen hablando en su dispersión y comunican los días y las noches y los rigores de las estaciones pero también se hacen eco de las alegrías y las penas de una especie que es digna hija de una naturaleza mutante y transformadora y caótica y ordenadora y rígida y caprichosa y según concierne a cada manifestación produce un sistema u otro en que los hombres saben salir airosos y algunos llaman arte a ese modo de huir siempre hacia adelante pues si no ¿a dónde podrían ir los hombres a cambio de no estar muertos del todo?

     

4 comentarios:

  1. Yo diría simplemente que arte es ese modo de huir, sea hacia adelante, hacia atras, hacia afuera o hacia adentro...pero sí, me gusta esa definición: huir...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón, puede que vaya en muchas direcciones. Y tal vez desde el punto de vista técnico no sea la expresión "huida hacia adelante" la más adecuada, pues el arte siempre busca soluciones...Yo la utilizaba en plan más personal, anímica...

      Eliminar
  2. cierto, uno hace cosas (arte o artificio) para salirse de su propio yo
    es una huida eterna, aunque hay muchos que están encerrados en su
    egocéntrica nada
    de estos últimos nada debemos esperar
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También buscando soluciones...aunque no las encontremos siempre, y al final nos espere la nada, nuevamente. Solución definitiva al problema.

      De los egocéntricos pero que basan su actitud en la imposición sobre los demás no cabe esperar sino insolidaridades, evidentemente.

      Eliminar