lunes, 29 de abril de 2013

El cansancio de Job


















Al abandonarse al cansancio de la noche sintió que el fuego rodeaba su extremo abandono. No obstante sujetó con el nudo de los brazos el torso y cruzó un pie sobre el otro, protegiendo de esta manera el destino de sus sueños.




(Imagen de Ralph Gibson)

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonito! y también esa imagen.
    En cuanto al título, me ha hecho sonreír, jajj, es que el pobre Job debía ser ya muy viejito. Bss.

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    1. Los pies tan juguetones, ¿verdad? Y en ellos palpita un ánimo protector del resto de nuestro cuerpo, no obstante lo olvidados que les tenemos ordinariamente.

      ¿Job viejo? Viejísimo. Mira tú que aún vive y le necesitamos para hacer frente a la tentación de las desesperanzas.

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