viernes, 6 de enero de 2012
el compás
¿no tienes la impresión de que están diseñando un mundo a nuestras espaldas?, me dice mi amigo en la primera charla del año; ¿que una mano firme pero no segura está trazando una nueva geometría de las relaciones sociales y de la vida?; ya sé que las cosas no son tan simples, que los dibujos no son tan precisos, pero se advierten movimientos cada vez menos invisibles que prácticamente están prescindiendo de los humanos; algo se hace y deshace todos los días en ciertas instancias de impuros farsantes; de pretenciosos demiurgos que no son nada sin sus poderes; pero que lo son todo precisamente por eso, porque están trazando esferas donde quedamos atrapados, donde no contamos nada; el ruido de tambores comienza siempre en los cuarteles del mercado bursátil; no, aquí ya no hay un Gran Arquitecto cuyo compás quedó obsoleto hace tiempo; los humanos van a ser atravesados una y otra vez por las agujas del compás más moderno que se haya diseñado; mitad uso geométrico, mitad uso quirúrgico; ¿crees que de esas maniobras orquestales saldrá una recomposición de fuerzas?, le digo, tratando de acotar la dispersión de su discurso; más bien, dice severo, contemplando con tristeza el paisaje de boira que oculta el bosque, va a tener lugar una descomposición si no del humano en sí, al menos de sus clanes actuales, de sus formas de vida, donde un retorno a la servidumbre puede producirse con el propio beneplácito
(La imagen es obra del calígrafo Juan de Yciar)
muy geomètrico existencial- exotèrico en èsta entrada; creo que sobre el diseño trazado o por elaborar se pueda discutir mucho, cada uno desde su punto de vista.
ResponderEliminarun poco de espìritu optimistico nos dice que las obras por hacer seràn muchas y muy ùtiles para nosotros y para todos.
un saludo renovado
Blas
Yo cada vez me introduzco más en un entorno reducido donde procuro mantener intactas la belleza y la sensibilidad.
ResponderEliminarConscientemente realista,es muy duro,ver como los demiurgos transforman lo bello en escabroso,esas fuerzas primigénias que cada vez adquieren mayor relevancia. Y tienes razón, los seres colaboran en esa tarea casi con beneplácito, porque se han desgastado los genes de la fecundidad artística, el rumor de una glaciación espiritual ya no es mitología.
El poder de la materia subyuga el alma y ya nada se hace por amor al arte. Potencialmente todo va camino de la manufacturación global.
Una entrada que necesita una buena digestión.
Saludos
¿Eres masón? jaja. Bueno, seguramente coincido con ellos que es necesario construir un nuevo mundo, ni que sea a nuestras espaldas. En lo que probablemente ya no íbamos a ponernos de acuerdo es en el tipo de mundo...
ResponderEliminarSe me ha adelantado mi querido Eastriver, cada vez que veo un compás, inevitablemente mi mente los relaciona con la masonería. Del resto ya sabes lo que pienso, bueno mejor dicho siento. Bs.
ResponderEliminarPor supuesto, Blas, que se puede discutir bastante. Tal vez tampoco hay diseños únicos, salvo en ideas fundamentales. Lo que pasa es que pueden proyectarse diversas reacciones que no sabemos todavía que arquetipo de ser humano se parirá en los próximos tiempos. Claro que el lado optimista nos dice que nunca hubo tantos medios para facilitar la vida y de manera más equitativa que nunca. Pero la recomposición de hegemonías y estrategias a alto nivel no lo va a poner fácil.
ResponderEliminar¿Refugio en la guarida individual, Gene? Es un recurso legítimo y válido, no sé hasta qué punto suficiente. Respecto a que el poder de la materia subyuga el alma...será si se trata de la materia bruta o meramente crematística. Porque el alma (la sensibilidad estética, emocional, intelectual, solidaria) acaso no sea sino esa afinación de la materia que nos sitúa en otro plano.
ResponderEliminarPor amor al arte exclusivamente no sé si alguna vez se hizo algo. Siempre hubo encargos, mecenas, directrices...Pero el arte tenía sus márgenes.
Creo que la glaciación espiritual (me gusta el término) de la que hablas va de la mano de una glaciación cívica, moral, política.
Buen día.
Ramón, nunca me planteé ser masón. Ahora, menos que nunca, ellos también son deístas a su manera. De todos modos era curioso el odio que Franco tenía a esa gente. No tanto porque fueran multitud sino porque, según parece, él quiso pertenecer a una logia y no le dejaron, no daría la talla intelectual. En aquellos tiempos ser masón se vinculaba con intelectual e influyente. Él fue siempre un mediocre al que el azar le benefició. Y no soportaba a los intelectuales, cultos o masones, acaso solo por envidia.
ResponderEliminarOye, Emejota, que a mí también me pasa. No en vano la masonería ha elevado a los altares el compás y el triángulo con el ojo en medio.
ResponderEliminarUn abrazo.
El momento mas oscuro de la noche es justo antes del amanecer.
ResponderEliminarMercedes. ¿Tú crees que en este caso es así? Yo veo la noche larga. Y que en el amanecer podemos ser otros.
ResponderEliminarEl amanecer sera otro, seremos otros o no será amanecer.
ResponderEliminarTu entrada me ha hecho pensar mucho.
Me he despertado varias veces esta noche dándole vueltas a la cabeza. Tengo un monton de piezas de puzzle entre mis neuronas.
A veces no hay que pensar, pero todavía no se como dejar de hacerlo.
Besos
Mercedes, eso espero yo también. Porque todos esperamos de un amanecere, de un día nuevo, sentirnos regenerados de alguna manera. No es fácil sentirse nuevo a cierta edad, pero al menos sentirse vivo (en su sentido activo no solo inerte) ya justifica la esperanza. Claro que pedimos más, queremos más.
ResponderEliminarCaray, no pensé que hicieran pensar mis entradas. No, yo creo que siempre hay que pensar, que siempre se piensa. ¿Y cómo podríamos vivir sin hacerlo?
Un abrazo. Buen ensueño.