jueves, 25 de agosto de 2011

veinticinco de agosto



"...Hoy, solamente en el sagrado misterio vagan las sombras de algunos escogidos que hacen renacer el tiempo antiguo de griegos y romanos, cuando los efebos coronados de rosas sacrificaban en los altares de Afrodita. ¡Felices y aborrecidas sombras! ¡Me llaman y no puedo seguirlas! Aquel bello pecado, regalo de los dioses y tentación de los poetas, es para mí un fruto hermético. El cielo, siempre enemigo, dispuso que sólo las rosas de Venus floreciesen en mi alma y, a medida que envejezco, eso me desconsuela más. Presiento que debe ser grato, cuando la vida declina, poder penetrar en el jardín de los amores perversos. A mí, desgraciadamente, ni aun me queda la esperanza. Sobre mi alma ha pasado el aliento de Satanás encendiendo todos los pecados: Sobre mi alma ha pasado el suspiro del Arcángel encendiendo todas las Virtudes. He padecido todos los dolores, he gustado todas las alegrías: He apagado mi sed en todas las fuentes, he reposado mi cabeza en el polvo de todos los caminos: Un tiempo fui amado de las mujeres, sus voces me eran familiares: Sólo dos cosas han permanecido siempre arcanas para mí: El amor de los efebos y la música de ese teutón que llaman Wagner."


Y qué disfrute con la Sonata de Estío, de Valle-Inclán, de la que adjunto este párrafo ya que me parece la quintaesencia del libro (se puede discrepar de mi criterio) Porque el espíritu del Marqués de Bradomín y probablemente las ensoñaciones del escritor se revelan en total y abierta confidencia al lector. Con un punto final precioso, irónico y rompedor: el rechazo de Wagner (¿lo abominaba Valle o es sólo parte de la personalidad tradicionalista del Marqués?) Sobre el Marqués, nada nuevo de su personalidad que no se supiera. Pero el personaje de la Niña Chole es fantástico. ¿Y nos hablan de realismo mágico de García Márquez como una novedad, a mi modo de entender bastante barroca? Valle participaba de un modernismo que, no obstante el estilo aparentemente retórico (¿no será la retórica de Valle una excusa para ejercitar su sátira?), es personal y moderno. El precio de que muchos términos del relato, en parte propios del habla mejicana y en parte del vocabulario español del XIX, no los entendamos claramente no es óbice para dejarnos capturar por su secuencia. También nos sucede con un novelista de nuestro tiempo, el mejicano Jorge Ibargüengoitia, trágicamente fallecido, al que hay leer y tener en cuenta por la seducción de su manera de relatar. ¿Me paso un poco colgando un autorretrato de Frida? Para mí es también una Niña Chole y ella se sentiría halagada.




2 comentarios:

  1. Permíteme que me centre en Frida, su dolor me conmueve, su arte también. Beso.

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  2. Por supuesto, Emejota, por supuesto. A mí siempre me impactó su vida. Te recomiendo un libro que hay sobre sus diarios, una especie de facsímil con letras y dibujos y angustias y sorpresas...una maravilla. Ya te pasaré el título.

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