Acaso fue porque iba concentrado en sus sentimientos profundos o porque pergeñaba en la mente algún artículo para su revista o porque le dio en pensar en los últimos acontecimientos internacionales. Suficiente cualquiera de estos motivos para dejarle absorto y descuidar su paso. Pudo ser simplemente el reflejo y el despiste, cada vez más acusado en sus ojos miopes, pero el caso es que no vio venir la bicicleta. La calle estaba demasiada oscura, como los tiempos, y el riesgo acechaba en metáfora y en acto. En los dos o tres días en que convalece recuerda con dificultad su declaración de principios en la revista que durante decenas de años ha mantenido en activo. El programa político de este periódico -decía en el primer número- parece, por tanto, escaso; no ha elegido como lema un sonoro lo que levantamos, sino un sincero lo que tumbamos. Sin saberlo todavía lo suyo iba a ser un deconstructivismo cultural, en el sentido más amplio de la palabra. No sólo político, ni de los reflejos culturalistas y artísticos, sino eminentemente dirigido a los comportamientos clasistas, los hábitos morales, las mentalidades nefastas, los tópicos y los vicios ideológicos de la sociedad. ¿Tendría el hombre conciencia, en medio de su estado doliente, para elaborar ingeniosamente uno de los aforismos donde sintetizaba un discurso? Algo así como: Toda la vida combatiendo al lenguaje prostituido e insidioso y fustigando la venta de la primogenitura por parte de los individuos, para que al final le venzan dos ruedas. Probablemente la trombosis final abortó el último aforismo con la misma implacabilidad con que ahogó sus latidos. Fue un 12 de junio de 1936, hace setenta y cinco años.
Vaya. No sabía ésto. conozco poco al personaje. Habrá que ponerse al día con él. Me ha impresionado saber que "murió" a causa de un atropello por una bicicleta. Gracias, amigo. Un abrazo
ResponderEliminarQuerido Fackel:
ResponderEliminarsobre la vida -y la muerte- de Kraus se puede decir mucho, muy interesante este pequeño recorte de sus ùltimos momentos, del aforisma que se quedò en embriòn, del destino que muchas veces se burla de todo una vida de empeño e intelecto
un saludo cordial
Blas
Supongo que es hora de prender todas las antorchas posibles antes de quedar silenciados por el fascismo.
ResponderEliminarUn saludo
Mateo, hay muchos personajes interesantes en este mundo. Pero los españoles nos hemos enterado tarde y mal. De todos modos se ha publicado bastante de su obra en los últimos tiempos. Lo último, una selección de La Antorcha en editorial El Acantilado.
ResponderEliminarConocer a Kraus exige situarse en el tiempo y en el espacio y tener cierto interés por Centroeuropa. A mí me cuesta mucho. Lo más accesible: los aforismos. Absolutamente recomendables. Me gusta su espíritu rebelde frente a todos. De no perecer por la bici, el Anschluss que tuvo lugar dos años después le hubiera pasado cuenta.
Gracias por pasarte y un abrazo.
Blas, si Kraus se entera de la pequeña y tonta libertad que me he tomado con él, al inventarme un aforismo nonato, me defenestraría. Pero lo he hecho por cariño.
ResponderEliminarMe gustaron siempre esta minoría de personajes tenaz, informada, analítica y que sabe leer en los comportamientos oscuros y retorcidos de las sociedades.
Se admiten sugerencias sobre otros personajes. Un abrazo. Buen lunes.
Camino, en mayor o menor medida uno se ha iluminado con esas luces incluso en los tiempos más optimismas y risueños. Para mí el problema clave siempre reside en la sociedad, en su mentalidad acrítica y ciega.
ResponderEliminarMe daría con un canto en los dienes si la gente leyera a Larra o a Machado o a Blanco White, por ejemplo.
Saludo y templanza.
Aquí me tienes, dispuesta a seguir aprendiendo. Gracias. Beso.
ResponderEliminarHola, Emejota, qué moral la tuya, jaj.
ResponderEliminarSalud.
Gracias por darme a conocer a este señor en bata con gesto preocupado que sabe leer en los comportamientos oscuros de las sociedades. Un motivo más que acrecienta mi interés.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por pasarte, Isabel. Te recomiendo sus aforismos encarecidamente. Tienen carga de profundidad, aunque sean de hace muchos años. Y siguen en vigor muchos de ellos.
ResponderEliminar"...En los reinos donde sobra escasez de fantasías, donde muere el hombre de hambre espiritual sin husmear siquiera lo ayuno de su alma, donde la pluma se moja en sangre y la espada en tinta, allí ha de hacerse lo que se piensa, pero lo que llega sólo a pensarse es inexpresable. No esperen de mí una sola palabra..." K.K.
ResponderEliminarLa verdad es que si de la resistencia y la indignación emerge toda una filosofía como la suya también es para celebrar.
Gracias Fackel por comentar en La emoción.
Un saludo
Que tal Unamuno? estoy leyendo sus obras, me gusta el suyo no querer nisiquiera querer la muerte...
ResponderEliminarun saludo
Caray, Gabriela, cómo prospectas en la obra de K.K. Tienes mucho por delante si te gusta el autor y tienes valor para acometer la lectura de sus escritos.
ResponderEliminarGracias por la cita. Buena noche.
Pues no conozco demasiado la obra e Unamuno pero, en el tiempo y plan en que me hallo, no tengo inconveniente en hincarle el diente. Al menos lo haré con libertad, porque cuando estudiaba era de los autores obligados pero que casi nadie se obligaba.
ResponderEliminarSaludo cordial.
Estoy un poco abrumada, llevaba tanto tiempo sin venir a leerte, y lo que encuentro me gusta tanto. También el 12 escribí algo sobre Kraus, algo muy malo que metí en una gaveta que, esperemos, no se abra más nunca. Leer esto sacó a relucir mi naturaleza de corazón retractil, estoy conmovida. Un saludo.
ResponderEliminarEsa gaveta...¿puede abrirse,Susan?
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