domingo, 22 de mayo de 2011

Todavía quedan, y muchas




Todavía quedan campos de amapolas. Ya lo creo. Incluso ocupan algunos solares urbanos. Donde otras se descoloran ellas beben de su savia. Brindo por ellas. Resistentes y rojas.




17 comentarios:

  1. En vista de los resultados de hoy, no sé si resistirán mucho tiempo. Aunque de todo lo nefasto siempre sale algo bueno: quizá necesitábamos esto para hacernos más fuertes.
    Mañana me uniré a los "indignados" de la Pl. del Ayuntamiento de Valencia y espero que seamos muchas amapolas las que sembremos el centro de la ciudad.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Tan hermosa siempre la amapola, y tan frágil.

    Salud!

    ResponderEliminar
  3. Gran belleza la de las amapolas, pena que sean tan efímeras. ¿O en eso radica parte de su belleza? Lo ignoro. Beso.

    ResponderEliminar
  4. Yo también brindo, son mis preferidas y nunca desaparecen a pesar de su fragilidad.

    ResponderEliminar
  5. Y más que van a salir con lo que ha llovido.

    Abrazo

    ResponderEliminar
  6. Tenemos la mayor fuente de valentía, la frustración y el desencanto.
    Como en las amapolas la vida surge buscando el esplendor, es lo que levanta la sangre por encima de los campos baldíos.

    ResponderEliminar
  7. CMG. Las especies tienen sus ciclos y vuelven a resurgir. En la humana, hay que utilizar el magín, la racionalidad y la acción para recomponer lo perdido. Pero hay que encontrar la dirección.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Ata. Sigue el Tao. Lo frágil resulta lo fuerte. Pero la belleza de las amapolas me impactó siempre. ¿Te has fijado que no se trata de una belleza individual sino del conjunto?

    ResponderEliminar
  9. Emejota, puede que tengas razón. Pero, ¿qué no es efímero? ¿Se creen los vencedores de hoy que serán eternos? Gran risa en mi pecho. Pero ya he dicho antes: la amapola individualmente mirada no es igual que como el campo de todas ellas. Y sin desmerecer a la individual.

    ResponderEliminar
  10. Isabel. Brindamos y cogemos un ramo sin arrancarlas, porque esta flor no debe ser nunca tomada con las manos sino con el corazón. La mirada es intermediaria de lo que nos transmite. Su fragilidad me habla.

    ResponderEliminar
  11. Jaj, Freia, genial. Y tanto. Saldrán, saldrán, y los azules, salvo que sean del cielo o del mar, no podrán con ellas.

    ResponderEliminar
  12. Campos baldíos hay muchos, CaminoGaia, y mientras los hombres no se den cuenta de que su necedad no siembra ni recoge no habrá nada que hacer.

    No pasa nada, sino la vida.

    ResponderEliminar
  13. Siempre me llamó la atención ese efecto del campo de amapolas que es impresionista per sé, que no hace falta ver su depuración impresionista sobre el lienzo de algun pintor como Manet, por ejemplo,porque ya poseen esta impronta de la pincelada... si es que parecen haber nacido de una arrebatadora necesidad del entorno por ser artista... Pero cuando te acercas a ellas y acaricias esos pelillos del tallo o rozas esos pétalos tan finos que no sabes ni cómo se sostienen... una delicia.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. En efecto, Gabriela, los impresionistas establecieron un vínculo especial entre su ojo y el objeto. Los paisajes, en la medida en que en ellos hay colores variados, movimiento de aire, de agua, de luces y sombras, se prestan a un tratamiento especial como el que desarrollaron los impresionistas. Pero ya sabes: si te acercas al cuadro no ves figuración, ves dispersión. Es el distanciamiento del ojo, el del artista y el del observador, respecto al objeto lo que aporta acierto. Una manera más de representar lo visible y lo invisible.

    Deja a las amapolas en su ubicación, no son flores de tocar, coger u oler. Son de contemplar, y no en individual, sino en el agrupamiento. No en balde no decimos he visto una o diez amapolas, sino un campo de amapolas. Es una flor simbólica del colectivo. Se realiza en él.

    (Se me ocurre, me tomo la libertad de enfocarlo así, jaj)

    Fackel.

    ResponderEliminar
  15. Ruego si alguien puede aclararme si le pasa lo mismo que a mí. No puedo firmar ni en mi blog ni en otros un coment con mi dirección de Google. Si lo intento me sale automáticamente Anónimo y se dispara. Tengo que recurrir a Nombre/URL y poner Fackel, que es lo que aparece ahora. ¿Os pasa lo mismo? Gracias.

    Fackel

    ResponderEliminar
  16. Hola Fackel,
    He leído lo que te pasa y sí, a mi me pasa algunos días, no hoy, pero ya son dos o tres veces. No sé a qué se debe y he leído a algún compañero que tambíén le ocurre lo mismo de vez en cuando. Misterios de blogger, no sé... igual como viene se va.

    Por cierto, tienes razón respecto al campo de amapolas, pero hay veces que una hace lo que no debe, lo sé.

    Espero que se solucione pronto el problemilla de tu firma.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  17. Gracias, Gabriela, pero si alguna vez me había pasado ya no lo recuerdo. Tengo la impresión de que Blogger está siempre abriendo y cerrando puertas y tanta manipulación del sistema descoloca. Esperemos que se solucione, porque no es de recibo andar así.

    La amapola es la flor favorita de Ferdinando el Toro, el cuento ilustrado de Munro Leaf. Ferdinando el Toro era un toro antitaurino, pacifista y antibelicista (sobre todo antiguerra civil española)

    Buena noche.

    ResponderEliminar