viernes, 14 de mayo de 2010

Primitivas convergencias (VI)


La luz no ha sido suficiente para ilusionar la convergencia de aquella masa desorientada. Ni para dotarla de solidez. Se desplazan en medio de los rigores de las estaciones. Las adversidades se manifiestan no sólo a través de la dureza del clima, sino también de las acechanzas de otras poblaciones nómadas que, como ellos, tratan de asentarse. Los animales que habitan los espacios donde ellos penetran se sienten a su vez turbados por la presencia de la nueva especie que avasalla y se defienden. A su vez, los invasores se enfrentan a las fieras, en las cuales buscan recursos para su alimentación y su abrigo. No todos los hombres de barro confían en la elección que comenzó con euforia. Algunos propugnan el retorno a los lugares de partida. Pero la suerte está echada. Realizar un regreso sin la fuerza colectiva, diezmados o en pequeños grupos, es temerario. Esa duda produce malestar y los hombres de mando son mirados torvamente. Hay otros individuos que sugieren reducir a los díscolos. Ello tiene el peligro de un choque abierto que les merme en número. Las escaramuzas son ocultas. Hay días en que desaparecen miembros de la tribu, sin que nadie pueda aseverar que han decidido marcharse voluntariamente. Cunde la desazón. Una ira larvada puede observarse en los ojos de muchos de los seres de ambos sectores. No se llega a ninguna parte. Pesa el ejercicio permanente que parece agotarles. Se extiende el cansancio por el esfuerzo no recompensado.

5 comentarios:

  1. Sé lo que estás pensando.

    Se avecinan días oscuros en la piel de toro, hermano mayor.

    Ya parece que la cosa no tiene solución. Y serán ocho años como mínimo. Ocho años de oscuridad, una vez más.

    ¿Qué hacemos?

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  2. Hoy he visto en tv a Ian Gibson asqueado, elevando el tono y a punto de llorar. Él, que lleva años identificado con la pell de brau más que millones de nativos. Me ha sobrecogido.

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  3. Bueno, la oscuridad es el ámbito propio de los hombres de barro. Siempre atraídos por una luz...ficticia.

    Resistencia, Stalker. El que resiste es fuerte (de fortaleza)

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  4. La debilidad resiste "mejor".

    Ante la adversidad, asumir lo flexible.

    El junco al viento

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  5. La debilidad resiste "mejor", dices. Bueno, según se lea, según se interprete. Hay más de una acepción. Dejémoslas abiertas para los buenos entendedores.

    Pero el símil me fascina. Claro que la resistencia de lo frágil está en función de la acometida de los vientos.

    La fuerza del junco no reside en un junco en sí. Sino len a mata, en las matas, de juncos. En el bloque.

    Perseveremos. Recuerda aquello de "cosas veredes"...

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