martes, 28 de abril de 2009

Pandemia


Cuenta Bocaccio en la introducción a su Decamerón a propósito de la peste de la primera mitad del siglo XIV...

“Tanta y tal fue la crueldad del cielo, y en parte de los hombres, que entre el mes de mayo y el siguiente mes de junio, por la virulencia de la enfermedad tanto como por la poca diligencia que cerca de los enfermos se tenía, se cree y afirma que dentro de los muros de la ciudad de Florencia más de cien mil criaturas humanas fueron arrebatadas de esta vida presente, número que, por ventura, antes que aquel malaventurado accidente ocurriese no se pensaba que en toda ella existiera. ¡Oh, cuántos grandes palacios, cuántas hermosas y bien edificadas casas, cuántas nobles habitaciones y moradas, llenas y pobladas de nobles moradores y grandes señores y damas, de los mayores hasta el menor servidor quedaron vacías y solas! ¡Cuántas familias, cuántos excelentes linajes, cuántas grandes y ricas heredades y posesiones, cuántas y cuán preciosas riquezas se vieron, sin heredero y legítimo sucesor, desamparadas! ¡Cuántos valerosos y nobles hombres, cuántas y cuán hermosas, graciosas y galanas damas, cuántos gentiles y alegres hidalgos que, no a juicio del pueblo común, más al de Galeno, Hipócrates y Esculapio, serían juzgados bien salubérrimos y sanos, a la mañana comieron con sus compañeros y amigos, y a la noche cenaron en el otro mundo, con sus antepasados!”

8 comentarios:

  1. "E perchè il sol del avenire
    splenda ancora sulla terra,
    facciamo un po' di largo
    con un altra guerra"

    Parece que el fin de los días llega puntual.
    Feliz crisis y prospera pandemia.

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  2. En efecto. No me cabe duda alguna de que cualquier calamidad, cualquier desgracia colectiva, cualquier hecatombre, cualquier masacre que comentan los humanos, será usada y bien usada por los comerciantes del caos. Mira cómo estos días suben como la espuma las acciones de las empresas farmacéuticas. En otras ocasiones -caso de guerrasn y despliegues militaristas por los continentes- son las industrias de armamento las que alcanzan cotas de dividendos magníficas.

    Para que luego digan que este mundo no es un mundo sindiós. Dios nunca dejó de ser el Becerro de Oro, y esta adoración sigue en vigor per saecula saeculorum.

    Gracias por tu rabia e ironía, la comparto. Salud.

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  3. A mí lo que más me preocupa del asunto es la gestión pública del miedo, el marketing del miedo, la rentabilización mediática (y económica, aunque esto ya lo habéis apuntado) del miedo.

    El miedo como negocio en esta reedición de la gripe aviar. Antes fueron las aves y ahora los cerdos quieren acabar con nuestra sangrienta hegemonía.

    Toda esta cobertura hipermediática gestionada por los amos de la realidad es nauseabunda y da cuenta del mundo enfermizo en que vivimos.

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  4. Pues sí, Stalker, pero me niego a hacer apocalipsis de izquierda. Hay que denunciar una por una y sistemáticamente cada actitud aprovechada, cobarde o injusta. No hay otra solución. Humanos contra humanos, o humanos con humanos: he ahí la clave. Necesitamos redefinir nuestras actitudes éticas para que rijan las conductuales. Pero me temo que estoy pidiendo peras al olmo.

    La gestión pública del miedo no se gestiona. Se gestionan negocios, controles políticos, presencias administrativas. Los mass media, con esa careta cínica de que sirven a la noticia y a la información, es el primer negocio que se aprovecha de las calamidades.

    Al final queda: ojo avizor, reaccionar idividualmente, tenerlo claro, desalojar fantasmas, no identificar con el pasado lo que sucede ahora, aunque haya similitudes que nos dejen perplejos e incluso nos aturdan.

    Mi cita del Decamerón era con intención de señalar que no hay nada absolutamente nuevo bajo el sol. Hay zonas el planeta para las que los cambios no se han operado lo suficiente, y las pestes se ceban ellos. Al final, todo resulta no un problema de enfermedades corporales (son un efecto) sino de enfermedades sociales, políticas y de recursos.

    Hay que ejercitar el boca a oído, y en esto el blog es necesario. Hagamos cundir el debate, hagamos cundir nuestras tomas de postura. Razonemos, reaccionemos, actuemos.

    Un abrazo.

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  5. De acuerdo, Fackel, no hagamos apocalipsis de izquierda, pero tampoco discursos vacíos. Si me permites, y aunque estoy de acuerdo con tus propuestas, no las veo concretas. Muéstrame exactamente dónde clavar el clavo. Razonar, movilizar el debate, eso ya lo hago. Enséñame cómo actuar.

    Mientras tanto, temo seguir hilvando despropósitos y apocalipsis, como señalas. Pero tampoco sirven las declaraciones de buenas intenciones sin un programa eficaz, y claro, y al margen de toda retórica.

    Apelo a la santa paciencia que tienes conmigo, hermano.

    Abrazos

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  6. No seas impaciente, hermano lobo, ni te aflijas por mis intemperancias. Piensa que hay algo peor que los apocalíticos, y son los integrados, jaj (retomo a Umberto Eco)

    Todo resulta a veces inevitable: la queja continua desde abajo, la falta de perspectivas claras, la reorientación del pensamiento y de la acción en un mundo convulso, pero no creo que más confuso, que el que conocimos algunos hace cuarenta años, por ejemplo. Antes se creía tener las cosas claras (contra Franco, contra el Capital, contra los usos y costumbres burgueses, etc.) Tú sabes bien que se vivieron también cantos de sirenas y se configuraron enemigos fáciles desde el punto de vista del esquema mental. ¡Todos estábamos menos integrados! Hoy la complejidad heredada no nos resulta fácil afrontar, pero creo que muchos estamos en ello. No te voy a dar recetas, y menos aquí y ahora, porque las recetas acaso no existen.

    Te doy la razón y comparto contigo que las declaraciones de buenas intenciones no bastan (de esto la socialdemocracia sabe mucho, y se va a volver contra ella)

    Y tranquilo, que no me haces perder paciencia alguna, yo soy un no-divino impaciente de siempre. He ahí una virtud que nunca conseguiré poseer del todo, la paciencia, pero que me vendría muy bien a mi psiqué.

    Un abrazo de víspera de fiesta, perdón de Fiesta.

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  7. Tendré el infinito placer de pasar el 1 de mayo trabajando, de todos modos gracias, Fackel.

    Respira tú, al menos

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  8. Pues buen trabajo, si te place, hermano. Yo me dedicaré a soñar, es de lo poco que se me da bien.

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