lunes, 27 de abril de 2009

Roce


Con el inviolable roce
de mis dedos
me asomé a tu febril majestad

te aspiré hasta sentir que el aroma
teñía mis venas
tu frágil corazón
se abrió a un abismo donde caí
sin aliento

hice de mi mirada una cópula enardecida
y tú
satisfecha
desplegaste sin ira todos los colores
hasta cegarme

3 comentarios:

  1. Has vuelto con ganas. La primavera te hace ser caudaloso, maestro...

    ResponderEliminar
  2. No sé. La primavera me vuelve frágil, camarada.

    ResponderEliminar
  3. Caudalosamente frágil, pues...

    ResponderEliminar