jueves, 4 de septiembre de 2008
Simeón el Estilita
¿Qué vislumbra desde el extremo de la cerca? ¿Mira por inercia hacia un horizonte incierto? ¿Da la espalda a la incomprensión? ¿O acaso ha sido expulsado de la tribu? ¿Se aparta voluntariamente de presencias que repudia? ¿Le inmoviliza la melancolía de una ausencia? ¿Se resguarda de la ira? ¿Huye del ruido, de la furia, de los energúmenos? ¿Siente que su cuerpo se encoge en una marcha atrás? ¿Se solaza con la intemperie? ¿Qué latitud mide su posición? ¿Le expulsó el fogonazo violento del amor? ¿Naufragó su barca? ¿Busca la complicidad del viento? ¿Se diluye en el silencio? ¿Traza un ejercicio de equilibrio en el límite? ¿Encarna una fuga de su propio cuerpo? ¿Conjura la quietud? ¿Invoca al huracán? ¿Se dispone a saltar al vacío? ¿Duda entre la estabilidad monótona y el riesgo creativo? ¿Bailará una danza entre el cielo y la tierra? ¿Qué nota musical fija sobre el pentagrama virgen? ¿Qué sinfonía va a componer? ¿Se considera una referencia del territorio desposeído? ¿O se dispone a tomar fuerzas para reconquistar la plaza perdida? ¿Se abstrae, se olvida, se refugia? ¿Permanece fijado en el paralelo de la esperanza? ¿Ha abandonado la roca, ha dejado de subir a la montaña? ¿Medita sobre la bondad, la calma, el reencuentro? ¿Disputa al suelo el derecho a abusar de la bondad de sus pies? ¿Se enerva con la inutilidad del tiempo? ¿Se siente ave de paso? ¿Es la última semilla depositada por el aire?
(Fotografía del japonés Eikoh Hosoe)
Simón el estilita... qué recuerdos de la película de Buñuel... seguramente Simón hace todas esas cosas que dices y algunas más: entre otras, buscar su centro. Cosa que, dicen, es más fácil en el desierto...
ResponderEliminarSí, Stalker, gran mito el del centro, en todas las culturas y en todos los tiempos. Habría tanto que opinar al respecto...Puede que el apartamiento solucione temporalmente el problema personal de un individuo...Pero se va tan lejos...¡fuera de la sociedad, nada menos! Cada cual es tan libre como quiera serlo, claro.
ResponderEliminarFackel: es el racimo de 33 preguntas más bonito que he leído antes y el único, claro. Pero se me viene a la mente otra curiosidad más: si esa persona fuera real y estuviera posado en un vallado de su ciudad o pueblo...¿Se las plantearía igualmente? ¿Se atrevería a formularle alguna?
ResponderEliminarUn saludo afectuoso
Perdón, quise decir posada
ResponderEliminarEstimada Aladelta. Sí, lo haría, claro que lo haría, ¿porqué no? E incluso probablemente la hiciera otras treinta y tres preguntas. O acaso escogiera una sola que fuera suficientemente significativa, aunque será difícil reducir tanto. Usted, ¿qué la formularía?
ResponderEliminarGracias por aparecer por aquí, si le sirve de algo. Vd. me halaga con lo del racimo (una imagen, por otra parte, que me encanta)
Saludos cordiales también.
Quizá si no tuviera el día tímido,cosa bastante improbable, le invitaria a bailar una danza entre el cielo y la tierra.
ResponderEliminarSeguramente lo único que le preguntaría sería ¿Qué le trae por aquí? y dependiendo de la respuesta....
Sería una suerte encontrarlo a usted por cualquier vereda,pues la gente (en general) no está acostumbrada a que alguien muestre interés por algo más allá del ombligo propio.Buenas noches
Gracias, AD. Ya ve, los perplejos siempre andamos por las veredas. Y yo creo que sí hay caminantes que miran y escuchan y sueñan y aspiran más allá del ombligo posicional. Buena noche.
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