Le tientan los llamadores, ya ha reproducido varios. Algo que ha caído en desuso pero que está cargado de simbolismo. En los puestos y tiendas de los chamarileros se pueden encontrar. Las manos que están a todas las quitaron de las puertas o de los derribos. Pero su sitio es ése, colocados en vertical. Es extremadamente curiosa su atracción por los llamadores, sí.
Gracias por tu comentario. El llamador es un elemento que se utilizaba en mi niñez, y eso que entonces las puertas estaban más abiertas que ahora. Pero ya se sabía: el cartero, el lechero, el panadero...y si la llamada era más brusca e insistente, la policía, desgraciadamente. En muchos pueblos de la España profunda siguen figurando en las puertas de las casas, y por lo que he visto últimamente en Portugal también.
Le tientan los llamadores, ya ha reproducido varios. Algo que ha caído en desuso pero que está cargado de simbolismo. En los puestos y tiendas de los chamarileros se pueden encontrar. Las manos que están a todas las quitaron de las puertas o de los derribos. Pero su sitio es ése, colocados en vertical. Es extremadamente curiosa su atracción por los llamadores, sí.
ResponderEliminarSaludos, intenresante blog.
Gracias por tu comentario. El llamador es un elemento que se utilizaba en mi niñez, y eso que entonces las puertas estaban más abiertas que ahora. Pero ya se sabía: el cartero, el lechero, el panadero...y si la llamada era más brusca e insistente, la policía, desgraciadamente. En muchos pueblos de la España profunda siguen figurando en las puertas de las casas, y por lo que he visto últimamente en Portugal también.
ResponderEliminarVuelve cuando quieras, Armando.