Cinco, siete, cinco. La cadencia del verso. No es frecuente en tu blog. Me gusta. Yo voy a intentarlo también. En ese modesto "arte menor", donde no hay espacio para lo que no sea verdadero, puede uno intentarlo...Un abrazo. Francisco Aranguren.
Hola, Francisco. Pues de verdad que no me lo había propuesto. A veces las corrientes fluyen a través de aguas subterráneas y nace el manantial. Naturaleza de la palabra, como la naturaleza entera. Aunque la naturaleza de las palabras, como la total, tiene sus reglas particulares, sus tendencias, sus motivaciones físicas. Pero adivine vd. Pero sí, no estaría mal seguir intentando el haiku, como expresión tiene su miga. Fuerte abrazo.
Cinco, siete, cinco. La cadencia del verso. No es frecuente en tu blog. Me gusta. Yo voy a intentarlo también. En ese modesto "arte menor", donde no hay espacio para lo que no sea verdadero, puede uno intentarlo...Un abrazo. Francisco Aranguren.
ResponderEliminarHola, Francisco. Pues de verdad que no me lo había propuesto. A veces las corrientes fluyen a través de aguas subterráneas y nace el manantial. Naturaleza de la palabra, como la naturaleza entera. Aunque la naturaleza de las palabras, como la total, tiene sus reglas particulares, sus tendencias, sus motivaciones físicas. Pero adivine vd. Pero sí, no estaría mal seguir intentando el haiku, como expresión tiene su miga. Fuerte abrazo.
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