martes, 11 de marzo de 2008

Títeres de cada día


Canta Omar Jayyam en sus Robaiyyat...

Nosotros somos títeres, titiritero el cielo,
es la pura verdad, no se trata de un cuento;
durante cierto tiempo actuamos aquí
y uno tras otro luego a la nada volvemos.


Los títeres pueden servir como metáfora de nuestro escaso margen de maniobra personal. Una metáfora que toma cuerpo en nosotros como sujetos caracterizados por un entreguismo a lo aparente y superficial de la vida. Como individuos robotizados a merced del mercado y de los dedos que mueven los hilos o las varillas de cada figura. Como ficciones extraviadas entre una materialidad agobiante. Como vanidades cuyo destino consiste en inflarse y desvanecerse sin dejar rastro. ¿Hasta qué punto aceptamos la representación? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a dramatizar la ceremonia? ¿Que encarnación nos salvará? Más claro, el poeta sufí.


(Acompaña títere indio de mi colección)

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