sábado, 14 de julio de 2007

Piedras




Canta Omar Jayyam, el persa:

Ya que no es cuanto existe sino viento en la mano,
ya que hay en cuanto existe defectos y fracasos,
supón que cuanto no existe en el mundo, existe,
cree que cuanto existe en el mundo, no existe.


Bajo el asfalto de mi calle siguen estando los adoquines. Yo los conocí de pequeño. Y más abajo, el aluvión de cantos rodados que durante millones de años se fueron sedimentando. Todo es verdad, y sin embargo nada se manifiesta como tal. Lo aparente es lo que se da como bueno. Lo oculto es lo que no existe, lo que no se reconoce. Y está ahí. Antiguas vías romanas esconderán caminos de tierra ahítos de pisadas desconcertadas. Actuales calles con modernos materiales para que los neumáticos se deslicen mejor sumergen las huellas invisibles de otros pobladores. Cada vida se desdobla, a lo largo de su propio tiempo y de su propio territorio. Cada vida se impone a otras que no se admiten ya. Y sin embargo, no siempre se entierra el pasado. Tiene una largo mano, en ocasiones. Como tampoco siempre se acepta lo vivido al día, sobre todo cuando se ahorca en la insatisfacción. Se impone deslizar nuestra existencia como cantos rodados. La humildad de vivir sin estar seguros de qué edificios se levantarán sobre nuestros sentidos. Siendo piedras cuya forma y densidad es modificada por el viento.

(Fotografía de Rolfe Horn)

2 comentarios:

  1. Bueno, ¿no son estratos al fin y al cabo lo que conforman nuestras vidas? Tú lo dices. Esa es la experiencia. Si se sabe digerir, ésa es la sabiduría. Un abrazo.

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  2. Pues claro. Échate un vistazo a la obra de Jayyam. Más auténtica, profunda y directa que lo que se escribe hoy día. Por supuesto, las farsas de pensamiento que hoy se escriben bajo nombres como Coelho, Bucay o Jodorowski (que sé que aborreces en sumo grado) quedan a la altura del talón del persa. Meros copiadores.

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